—¿Quién se aprovecho de ti?- eso no lo pronuncio Cory y mucho menos yo, volteé hacia el umbral y vi que era Josh el que entraba a la sala cargando bolsas.
—Tu idiota...- dijo mientas se acercaba amenazantemente hacia Josh, trate de pararlo, tomándolo de la camisa, pero fue inútil, se paro frente de él y lo empujó.
—Mira...- soltó una sarcástica y furiosa carcajada —no se dé que rayos estás hablando...- puso las bolsas en el piso —pero será mejor que te largues ahora...- le dijo amenazantemente.
—Bueno...- reí nerviosamente mientras me ponía entre los dos, de frente a Cory —creo que será mejor que te vayas- le dije casi rogando, puse mis manos en su pecho, para hacerlo hacia atrás.
—No... yo no me voy hasta partirle la cara a este...- ni siquiera me miraba, solo lo miraba a él con una fría mirada, y estaba cien por ciento segura que la mirada de Josh era igual o más despectiva.
—Genial... no sabes las ganas que tengo de dejarte en el piso- sus voces llenas de rabia, me hacían estremecer.
—Ya basta... déjense de tonterías... Cory vete por favor...- le insistí, pero lejos de hacerme caso, me tomo de la cintura, para levantarme en el aire y hacerme a un lado.
—¡Cory!- grite cuando vi como le tiraba un golpe a Josh, este paso el dorso de su mano por debajo de su labio inferior, para limpiar la gota de sangre que había brotado —¡Basta!- volví a gritar solo que ahora Josh le devolvió el golpe.
Todo pasaba tan rápido y a pesar de mis seguidos intentos de separarlos, si no era Cory, era Josh el que me hacía a un lado.
—¡Cory! ¡Uno más y no te vuelvo a hablar en mi vida!- le grité haciendo que volteara a verme, su ceja y labio sangraban al igual que Josh.
—No puedo dejar que este tipo se aproveche...- me dijo molesto.
—¡Pero entiéndeme no me hizo nada!- me puse nuevamente en medio —por favor vete...- le volví a pedir. Tomo el cuello de su camisa y limpio sus labios.
—Sabes que te quiero...- me dijo resignado, se acerco a mí, me abrazo y beso mi mejilla.
Miro fulminantemente a Josh una vez mas y salió de la casa, escuche el golpe de la puerta e inmediatamente lleve mis manos hacia mi rosto para ocultarlo. Me sentía terrible.
—Por eso quería hablar contigo... para evitar que le dijeras a medio mundo que abuse de ti...- me dijo furioso mientras tomaba las bolsas del piso que ahora estaban esparcidas por toda la sala.
—Yo no dije absolutamente nada a nadie...- le dije caminando detrás de él.
—Si claro... ¿entonces por qué este imbécil se me hecho enzima?- me gritó.
—¡Tal vez porque vio las marcas que estúpidamente dejaste en mi cuello!- le grité igualmente, no iba a permitir que me él me gritara sin razón.
—Discúlpame... pero tú dejaste las mismas marcas o incluso peor en mi cuello y no estoy quejándome con la primera persona a la que vea- dejo las bolsas sobre la mesa de la cocina.
—¡Ja! Ahora resulta que yo tengo la culpa...- le dije sarcásticamente.
—Si... ¡tienes la culpa desde haber hecho una fiesta, beber hasta perder el conocimiento y no dejarme ir!- se acercó mientras enumeraba fríamente lo que decía.
—¿No dejarte ir?- pregunte riendo —¿Acaso te apunte con una pistola? ¿Te amarre? O ¿Te amenacé para que te quedaras?- ahora yo enumere con mis dedos.
—Pues uno solo recuerda lo que le conviene...
—¿Lo que le conviene?- volví a reír —no lo creo... porque nada de lo que sucedió me conviene y aun así recuerdo algunas cosas- dije seca.
—¿No te conviene?- ahora fue él quien soltó una carcajada —'¡Shh Josh! ¡Si podemos!'- dijo haciendo una aguda voz, tratando de fingir la mía.
—¡Eres un idiota!- le dije ahora más que molesta.
—¡Si un idiota al cual casi violas!
—¡Brincos dieras!- le dije soltando una sonora carcajada —sabes que... por qué no te vas... ¡tomate el día! ¿Por qué no te vas con tu novia o algo así?
—¿Qué? ¿Ahora estas celosa?- se acercó a mi lentamente.
—No tienes tanta suerte...
—No necesito suerte...- seguía acercándose —se que te gusto...- esta vez yo no retrocedí, no le demostraría debilidad.
—Si me gustaras ya te tendría aquí...- levante mi mano mostrándole la palma de ella.
—¿Cómo? ¿Así como yo te tengo a ti?- levantó una de sus cejas mientras sonreía victoriosamente de lado.
—Bien sabes que no es cierto...- le dije riendo, me di media vuelta y camine hacia las escaleras.