Los Elegidos.

Capítulo 5: Recuerdos.

Punto de Vista: Aries

Esto era horrible, vivir con 9 personas más; es suficiente vivir con Leo y Sagitario. —Creo que yo debería irme ya, si me necesitan sólo tienen que decir mi nombre.— dijo el niño cabra.

Me adentre más al lugar que supuestamente debería llamar hogar de ahora en adelante, era un asco. Todas las paredes despintadas, el techo tenía goteras que caían al suelo de madera lo que provoca que oliera a muerto. Y éste es sólo el primer piso.

—¿Creo que deberíamos empezar por arreglar este lugar?— dijo una de las chicas tierra que no sé cómo se llama. —Sí, tienes razón Virgo.— le responde Escorpio a está.

—Leo, Acuario y Sagitario vayan y consigan materiales de limpieza; Virgo, Libra y Escorpio recojan todo tipo de basura que encuentren; Tauro, Capricornio, Géminis y Piscis recorran la casa para ver si hay algo que nos pueda ayudar o sirva y Aries... ven conmigo a buscar algo de comer.—dijo Cáncer.

El que se cree para estar dando órdenes a todos, yo puedo ir a hacer lo que quiera. —No quiero.— dije tartamudeando. —No estás cooperando en esto, tienes que. — dije éste jalándome de la muñeca.

—Qué crees que haces— grité dándole un manotazo en el brazo para que me soltara. —Será mejor que te calmes Aries.— dijo Sagitario alejándome del idiota.

—Son 5 niveles y un tejado, creo que el tejado y este nivel lo deberíamos limpiar todos juntos y cada equipo su nivel. Así es más justo— dijo Libra a lo que todos asentimos y me calme un poco más.

Limpiaba con Sagitario y Leo nuestro nivel que era una cochinada. Tres puertas cada una con un signo diferente, cuando encontré los cuernos de mi casa tallados en una puerta, entre.

Una cama doble con un mostrador, armario y baño. Una habitación sencilla a mi parecer. Me puse a recoger las cosas que estaban en el suelo y a limpiar, tantas cosas absurdas que tenía. Sabía que tenía que descansar aunque no estuviera cansada. Me recosté en la cama con sábanas blancas llenas de polvo.

Una bufanda morada reposaba en ella. La agarre y me la puse, camine hacia la ventana donde me veía. No me quedaba mal así que me la puse y...

—Aries, ¿quieres salir a caminar?—gire para ver a Géminis poniendo su chaqueta. —Si claro.— dije y camine hacia a donde estaba el. Me puse mi chaqueta de cuero y guantes y salimos.

Caminábamos y hablábamos de cualquier cosa. Estábamos en el gran parque de la ciudad. —¿Nos podemos sentar?— pregunte a lo que él asintió.—¿Sabias que Leo y Acuario empezaron a salir?— pregunto a lo que yo asentí. Tenía claro que esos dos se gustaban desde hace tiempo, además Acuario es mi mejor amiga y me lo cuenta todo. —Sí, lo sé sabía— respondí y en eso una brisa llegó haciendo que me estremezca de frío, sabía que tendría que haber traído mi bufanda. Tengo una obsesión con ellas, son mi prendas favoritas.

—¿Tienes frío?— preguntó un Géminis preocupado. —Sí, creo que será mejor volver. —dije parándome para entrar rápido hacia La Guarida. — Espera— sentí como me jalaba hacia el haciendo que quedara en su pecho. —Ten mi bufanda— dijo mirándome atentamente a lo que yo la agarre sin queja alguna.

Me puse la bufanda morada y luego me separe. Todo el camino a casa no nos dirigimos la palabra. Esto fue muy incomodo....

Que fue lo que acababa de pasar, yo y Géminis éramos algo. Este lugar sinceramente me vuelve loca. Tire la bufanda lejos de mí y me fui a la sala, era la única ahí y era un desorden así que decidí empezar a limpiar.