Capítulo 5

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Cuando me desperté en la mañana, me encontré sola en la cama.

Me levanté y miré alrededor, la habitación de Dominic estaba impecablemente limpia, él tipo era el hombre más higiénico que conocía. Todo estaba ordenado, y sabía que no era probable que el mismo lo hubiese hecho, hace cuatro años, Dom había tenido una mujer de limpieza que venía una vez a la semana a ordenar y limpiar lo que él no podía, lo que era mayormente todo. Era increíblemente bueno en los negocios, pero no podía ni siquiera hervir agua. Terminaba quemándose.

Exhalé y fui directo al baño, no había nadie allí así que hice pis rápidamente, me lave las manos y me cepille los dientes. Recordando ahora que no había traído ninguna maleta conmigo. Que tonta era, iba a pasar dos días aquí, y no había traído ni siquiera mi cepillo de dientes. No tendría nada de ropa que ponerme, aunque era probable que a mi ex eso le agradara.

Busqué en el armario de Dom y tomé una de sus camisas de cuatro, me la puse y la abotoné sintiéndome sucia por ponerme ropa limpia sin haberme duchado antes, pero no tenía ni idea de donde estaba Dominic, y no me sentía cómoda bañándome sin haberle dicho antes. Sí, podíamos habernos acostando anoche, pero las cosas eran muy distintas en la mañana, y me sentía a ciegas con él, no sabía como iba actuar después de anoche.

El recuerdo de su boca en mi sexo me hizo apretar las piernas, mentiría si decía que no la había pasado bien, realmente la había pasado fantástico, el mejor sexo que había tenido en mi vida. Sin embargo, no debía olvidar que esto era un trato, un chantaje y que todo terminaría mañana en la noche, cuando me fuera a casa y nunca volviera a ver a Dominic. Tomé mis bragas y vestido del suelo, tenía que encontrar donde lavarlas, después de todo, no me iba a ir a casa desnuda.

Cuando salí de la habitación no encontré a Dom por ningún lado, hasta que llegué a la cocina y note una pequeña nota en el refrigerador. Decía que estaba "solucionando" un asunto fuera y que vendría dentro de un par de horas. Suspiré en alivio, al menos tendría hasta el mediodía para aclarar mis emociones y pensar en que es lo que iba hacer. No cabía duda de que él me quería de nuevo, y tenía que dárselo, había sido parte del trato, y sinceramente, eso no me molestaba por ahora.

No encontré donde lavar mi ropa, y recordé que cuando había estado con Dom hace cuatro años, el siempre había llevado su ropa a la tintorería, no tenía donde lavarla. Exhalé en molestia, ahora no tenía que ponerme, y no podía andar sin bragas todo el fin de semana. O sí. Todo depende de Dominic, y como me quería.

Me preparé el desayuno, amando la cocina de inmediato, y dándome cuenta de que mi ex tenía bastante de mi comida favorita, yo amaba la fruta, así que aquí había en abundancia. Tomé un poco de cada una y me hice un muy buena ensalada de frutas, sintiéndome una ballena, pero completamente satisfecha.

Una hora después de levantarme Dom no había vuelto, y yo ya estaba comenzando aburrirme; me quedé mirando la vista, asombrada de nuevo por lo hermosa que era, pero eso no duro mucho. Nunca había estado en un lugar tan lujoso, en realidad, nunca había estado en uno para empezar. Mi casa era pequeña, y la de mi padre también, así que no sabía que hacer en una tan grande, y como todo estaba tan perfectamente limpio, tampoco podía dar rienda suelta a mis dotes de ama de casa.

Media hora después, encontré un pequeño portátil de la habitación de Dom. La tomé rápidamente, ignorando mi conciencia que me decía que estaba extendiendo mi límite al tomar algo sin permiso.

¡Pero al diablo! Dominic me había chantajeado con mi padre para acostarme con él, no debía importarme lo que pensara de mi. Tampoco era probable que se molestara por tomar su portátil, a menos que tuviera cosas secretas y confidenciales allí, lo que dudaba mucho, no la hubiese dejado aquí a plena vista si así fuera.

Dulce ChantajeWhere stories live. Discover now