Capítulo 6

7.5K 444 4
                                    

Al día siguiente, me desperté muy temprano en la mañana. Tan temprano que Dominic aún seguía durmiendo con tranquilidad. Me levanté muy despacio para que no se despertara por mi culpa y fui directamente a la cocina, muriéndome de hambre. No había comido la cena porque nos habíamos encerrado en su habitación y para cuando terminamos de hacer el amor, ya estábamos demasiado agotados como para levantarnos a comer.

En la cocina encontré Donas frescas y ropa nueva. Estaba segura de que la ropa y las donas eran para mi, y eso solo ayudo para que recordara que hoy tenía que irme. Era fácil olvidar, sobre todo cuando Dom se había comportado muy bien anoche, haciéndome el amor con suavidad y besando cada parte de mi cuerpo. En realidad, no quería irme.

¿Cómo podía quererlo? Mientras pasaba más tiempo con Dominic ayer mis sentimientos florecieron de nuevo, como habían hecho la primera vez que me enamoré de él. Aunque sabía que no podía ser, sabía que tenía que correr lejos de aquí y nunca más volver. Ésa era la verdad.

Me tomé mi tiempo y desayune, luego fui a ducharme a la habitación de invitados y me vestí con la ropa nueva que me habían dejado. Me sentía como yo de nuevo, más limpia y con ropa femenina. El vestido y mis bragas se las dejaría a Dominic, después de todo, él había pagado por ellos.

Terminé de arreglar mi cabello, pero no pude hacer mucho.

—Veo que tienes prisa por irte.

La voz de Dom me hizo sobresaltar, cuando me giré, lo encontré en el marco de la puerta, mirándome con una extraña expresión en su rostro. Maldije internamente, no había querido que él me viera irme, hubiese preferido que cuando despertara yo ya no estuviera, todo sería muchos más fácil de esa forma. No había necesidad de alargar todo esto, era una despedida para siempre, fría y rápida.

Pero por la mirada que me estaba dando, pude predecir que no iba hacer ni rápido ni fácil. ¿Qué estaba esperando? ¿Qué me quedara justo hasta las ocho para poder irme? Seguramente quería disfrutar un poco más de mi cuerpo antes de que me fuera, después de todo era por lo único que había venido aquí.

—Tengo cosas que hacer —murmuré nerviosamente.

Sí, era una excusa tonta, y ambos lo sabíamos. Todo lo que iba hacer al llegar a casa sería llorar mientras recordaba lo patética que era mi vida, enamorada de un hombre que lo único que esperaba de mi era mi cuerpo. Si hubiese sido más lista, me habría alejado de él antes de que mis sentimientos comenzaran a florecer. ¿En que estaba pensando? Si mi mejor amiga estuviera aquí, me diría que he sido una completa tonta.

—Aún no ha terminado el contrato nena —respondió con ojos apagados— todavía me queda todo un día contigo. ¿Crees que voy a desperdiciarlo?

Él caminó a la velocidad de la luz, y en menos de un parpadeo, estaba frente a mi. Sus manos fueron hasta mi mejilla antes de que sus labios besaran los míos. No espere que me besara de esa forma, tan dulcemente. Lo estaba haciendo como si no quisiera romperme, como si fuera importante para él, como si le importara de verdad y no solo para tener sexo.

Y fue tan cálida, puso tanto sentimiento en ello que me rompió.

Ignore las lágrimas que caían por mis mejillas, el dolor filtrándose por mi cuerpo.

—Basta Dom —intenté, pero él no me hizo caso— Dominic por favor, déjame ir.

No esperé que me hiciera caso, pero lo hizo. Me soltó y dio paso atrás, alejándose de mí. Inmediatamente extrañe su calor, sus labios en los míos, pero no podía permitirlo. Dominic iba a romperme el corazón, él no era el hombre para mi, incluso cuando habíamos sido novios lo sabía. Solo me aferré a la idea porque lo quería, pero esto no funcionaria, éramos demasiado diferentes.

Dulce ChantajeWhere stories live. Discover now