Juegos de azar

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Los tres grupos avanzaron a las tres salas diferentes, corriendo contra el tiempo antes de que fuera demasiado tarde. En la tercera sala no todo empezaba bien; frente al primer grupo, Monique y Will, amenazaba la tranquilidad de una diminuta sala vacía con baldosas grandes negras y blancas en el suelo, muro y techo intercalando se como un juego de ajedrez. Habían tres puertas de metal y sin perillas, sin ninguna seña o indicacion de lo que debìan hacer. Monique miro sin aliento su celular, esperando que consiguiera la señal que necesitaba para ver los planos del lugar. Se veía mas desanimada que nunca, las misiones de búsqueda y espionaje eran en las que mas destacaba y nunca alguien había sufrido daño, Will siempre estaba junto a ella cuidando las espaldas de todos y nunca alguien habia salido con heridas graves ... hasta ahora. Will se sintió solo, Momo estaba ausente de la realidad, mirando la hora de su celular esperando que el tiempo se devolviera y nada de eso hubiera empezado. "No- pensó- nunca tendría ese poder ". el tierno brazo de Will la tomo por la cintura y la abrazo con fuerza.

- No pude salvar a Lìa ni a Alex, no hice nada

- Gracias a eso ... aun estas con migo.

Will no cambio su mirada entristecida y la abrazo con mayor intensidad hasta perder la fuerza, ella respondió el abrazo y sin mayor dramatismo lo soltó, Will no tenia la culpa, no la tenia nada mas que el perro de Macaster.

- Ahora, No te muevas... - Momo exhalo dilatando sus ojos de reptil mirando las diferentes puertas, se concentro por un corto tiempo y luego sus vías respiratorias se taparon haciéndola toser secamente sin darle tiempo de respirar. Tras reconfortarse con ayuda de su amigo miro el suelo con desconfianza y hablo con la garganta reseca.- Las dos puertas de la derecha ... tienen dosis altas de... amanita adentro.

De inmediato Will le tapo la boca para que dejara de ingerir el olor de la seta. La madre de Monique había nacido con ciertas características que la asimilaban a una serpiente, no solo por su habilidad física, sino que también sus ojos y su lengua habían recibido los dotes del reptil, ademas tenia cierta conexión sobrenatural con las serpientes y un manejo anormal de las sombras como si fueran un elemento. Estas habilidades habían sido heredadas por su hija, y sus sentidos se agudizaron increíblemente.

Entraron con prisa a la proxima sala y poco a poco Momo se fue tranquilizando. Will le destapo la boca pero sin aguante alguno empezó a toser de nuevo y con mas esfuerzo para manejar su respiración. Al alzar la vista noto habían seis puertas nuevas de las cuales solo una estaría desalojada del hongo y tendrían que seguir usando a Momo para pasar hasta el final del juego.

- No te preocupes...- dijo Monique recuperando la compostura- aguantare, no debes preocuparte.

- ¿Estas segura?

- Mas que nunca - respondió ella a la pregunta dudosa de Will - Saldremos pronto de aquí

Sin dejar que respondiera lo tomo de la mano y se abalanzo hacia la cuarta puerta, luego paso por la octava, luego por la segunda dudo un momento en la cuarta sección confundida por el fuerte olor del veneno, a la quinta sección tambaleo buscando entre las doce puertas pequeñas y angostas. A la séptima sala las diez ocho puertas eran tan pequeñas que tenían que separarse como si fueran conductos de ventilación, Monique tenia la vista borrosa, la respiración agitada y sus manos temblaban, su piel se puso del tono de la leche cortada y sus rodillas se tropezaban entre si, al pasar por el pequeño pasaje llegaron a la ultima sala, la cual solo tenia una puerta grande y las paredes eran grises y sin color, adherido a la puerta había un pequeño letrero que decía "felicidades" en letra blanca y gruesa. Una gran sonrisa se ilumino en el rostro del peli negro.

- Lo logramos ... ¡Momo! ¡Llegamos!

La chica alzo la vista, pero nada mas eso pudo levantar, su cuello y su cabeza se habían quedado inmóviles en la misma posición agachada con sus manos recostadas en sus rodillas de como había llegado. Sin fuerzas y aturdida por el alto contenido del veneno en sus sangre, cerro sus ojos y dejando escapar un aliento de vida cayo de rodillas.

RolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora