Capítulo Doce

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Capítulo doce.

No sé que es lo que me decepcionaría más:

Que ella no diga nada al respecto.

O si intentara decírmelo.

Mamá se mantiene acariciando mi mano mientras yo observo el techo. Es incómodo.

Hay demasiada distancia entre nosotras y solo se hace más grande.

— ¿Te arrepientes?— me encuentro preguntando.

No responde, pasan los minutos. La clínica comienza a sentirse como mi nueva casa. Un hogar en donde mi vecina es April.

—Siempre tendré arrepentimiento— susurra.

No volverá a ser la misma, me doy cuenta de ello.



2 de mayo, 2014

Creo que es muy fácil darse cuenta cuando alguien te esta observando. Por ello me despierto sobresaltada solo para dar un grito ante la sombra sobre mí. La sombra ríe mientras estira su mano y enciende la lámpara.

— ¡¿Te has vuelto loco?!— grito empujándolo antes de llevar una mano a mi pecho. Me incorporo hasta sentarme. Mi puerta se abre y Lola se asoma— Todo bien Lola.

Ella asiente con la cabeza y sale. Quito el cabello de mi rostro mientras Ethan se sienta a mi lado en la cama. Ni siquiera entiendo qué hace aquí.

—Tu compañera me ha dejado entrar. Es fiver.

— ¿Qué haces aquí?

—Los chicos y sus chicas pensamos en ir a una discoteca. Dije que vendría por ti, no esperé que estuvieras durmiendo. Es temprano.

—Bueno, me dormí leyendo un libro al que debo hacer una portada— él asiente de manera distraída viendo mis piernas y luego todo mi cuerpo— ¿Qué?

— ¿Es esa tu pijama? Es un bonito camisón.

Me doy cuenta de mi corto camisón de seda que la tía me regaló en mi cumpleaños. Él me sonríe y toma un mechón de mi cabello en sus dedos.

— ¿Qué dices? ¿Te animas a divertirte esta noche?

Mi estómago se retuerce ante la pregunta, suena tan... sugerente. Cómo si escondiera otras intenciones.

—Tengo que conseguir esta portada, estoy atrasada. Ni siquiera debí quedarme dormida.

—De acuerdo ¿Qué tal si te prometo ayudarte con ella? Ya sabes que somos un bien equipo en ello.

— ¿Promételo?

Él sonríe, su mano busca la mía enlaza su meñique con el mío. No puedo evitar sonreír. ¡Mierda! Es muy difícil esto, es muy difícil saber qué es lo real y cuál es la farsa.

—Lo prometo, habladora.

Me estiro bajo su atenta mirada y luego bajo de la cama. Dejo mis pies buscar la calidad de las pantuflas y me dispongo a caminar.

—Espera—Toma mi brazo.

— ¿Qué?

No responde. Me hace caminar hacia la venta en donde la luz se proyecta. En un principio cuando hace mi cabello a un lado y se ubica detrás de mi no lo entiendo. Pero luego me tenso.

Los Miedos de Ethan (BG.5 Libro #3) Disponible en libreríasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora