Capítulo 6

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En la fiesta, todos tomaban cerveza, bailaban y hacían todo tipo de cosas que no me gustaría mencionar. Pensé en buscar a Emily para preguntarle cómo estaba por lo que había visto. Pero no la encontré. Quedé preocupado pensando en ella, temía que volviera a hacer lo mismo que el día anterior.

Ashley apareció en mi camino cuando iba a hablar con Jeison para preguntarle si Emily había venido.

-¡Hola precioso!- le sonreí- Al parecer hoy no necesitaste de mi inspiración para jugar tan bien como lo hiciste.

-No, la verdad no. Con permiso- dije haciéndola a un lado.-Jeison- saludé.

-Taylor ¿Qué pasó hermano?- dijo

-¿Emily no vino?- pregunté.

-¿Quién?- me miró confundido.

-Emily Parker.- Rio.

-No tengo idea de quién es ella amigo.- contestó y fue a saludar a otro compañero.- ¡Ey! Hermano.- y se alejó.

Quedé completamente confundido. Entonces comencé a preguntar a todos los que estaban es esa fiesta si habían visto a Emily Parker y nadie la conocía. Fui fuera de la casa, para ver si en algún lugar la veía. Pero no tuve éxitos. Necesitaba saber cómo estaba. La preocupación me comía vivo. Sentía una angustia al no saber nada de ella. No entendía por qué ni cómo me podía importar tanto.

Luego Jerry apareció.

-¡Hasta que al fin te encuentro! ¿Qué haces aquí solo?- preguntó.

-Buscaba a alguien pero al parecer no está aquí.

-Oh, claro. Ashley está bailando sensualmente arriba de una mesa mientras unos idiotas la están mirando. En cualquier momento se quitará su blusa y no creo que te agrade eso.

-¿Sabes qué? Mejor me voy. Estoy muy cansado y la verdad no tengo ganas de fiesta esta noche. Diviértete tú.

-Pero tu chica...- reí.

-Déjala en cualquier momento se dará cuenta de que esos babosos querrán llevarla a cama y seguramente ninguno de ellos es su tipo.

-De acuerdo.

-Buenas noches.- asintió y fui a mi auto.

En el camino iba atento mirando para ver si en algún lado la veía. Nuevamente no tuve suerte. Mi corazón palpitaba a mil por hora, estaba nervioso. Necesitaba saber si estaba bien o no. Temía que hiciera una locura. No entendía cuál era la razón de mi preocupación, pero solo quería saber cómo estaba, me sentía completamente vacío al no tener noticias de ella. Llegué a casa y Marc estaba sentado en el sofá mirando televisión como siempre. Y no, no asistió al partido. De cualquier manera no importaba. Solo lo ignoré y fui a mi cuarto. El maldito día había sido más corto de lo que creía. Me lancé a mi cama y tomé mi teléfono. Solo miraba su interior y no sabía qué hacer con él. Miré la hora las 1 am. Rendido, cerré mis ojos y comencé a dormir.

Luego, escuché unos leves golpes en el vidrio de mi ventana. Yo me levanté, miré la hora en mi reloj eran las 3 am caminé hacia ella y luego la abrí, en el momento que abrí, una piedra golpeó mi cara despertándome del todo y dejándome del peor humor.

-¡Lo siento!- Jerry gritaba desde afuera.

-¿Qué haces? ¿Por qué demonios no entras por la puerta? ¡¿Acaso eres idiota?!- Él rio.

-Marc no quería abrir tuve que recurrir a esto.

-Okay ¿qué pasa?

-Conseguí a unas chicas, no sé si serán tan sexys cómo las que conseguiste ayer, pues como no las conozco. Pero de que están fuertes lo están.- con una sonrisa de oreja a oreja.

-Okay, diviértete. Buenas noches.- dije cerrando la ventana.

-Pero...- y me fui a recostarme en mi cama a seguir durmiendo. Justo cuando me había acomodado para dormir. Escuché nuevamente esos golpecitos en mi ventana. Me levanté muy furioso.

-¡¿Qué?!- dije abriendo la ventana muy molesto. Cuando miré hacia abajo, no era quien yo pensaba que era. Emily.

-Lo siento, no fue mi intención venir.-Noté todos sus ojos llenos de lágrimas, cosa que me parecía extraño, pues estábamos a aproximadamente cinco metros.- Ni si quiera sé por qué lo hice lo lamento. Ya me voy.- estuvo a punto de irse.

-¡No! ¡No te vayas!- ella quedó allí parada.- Pensé que eras mi amigo Jerry. Ve hacia el frente te abriré la puerta.- Contesté con una sonrisa. Algo hizo que me mirara al espejo y revisara que todo en mí estuviera bien. Luego al ver mi reflejo pensé: "¡¿Qué demonios haces?!" Fui hacia abajo y abrí la puerta.-Pasa.- dije sonriendo. Ella entró. -¿Cómo supiste dónde vivo?

-Estaba caminando por aquí y vi a tu amigo salir. Luego vi tu auto y me imaginé que esta era tu casa.- no podía dejar de mirar sus ojos llorosos. Y aunque estaban completamente rojos por el llanto, eran hermosos. Limpié su mejilla la cual estaba llena de lágrimas. Lo que hice fue tan extraño tanto para mí, como para ella, quien me miró muy confundida y sorprendida.

-Lo siento.- dije- Vamos a mi cuarto. Aquí está el novio de mi mamá y es incómodo tenerlo cerca.- ella asintió y subió. Cuando entramos no sabía ni qué decir ni qué hacer. Era la primera vez que había una chica en mi habitación, sin que yo intentara seducirla para tener relaciones. La cosa se me hacía difícil.

-Lamento molestarte, es solo que... No tenía ganas de ir a casa.

-¿No has vuelto desde el partido?- ella bajó la mirada y noté su cabeza sangrando.- ¡¿Quién te hizo eso?!

-¡Nadie!- dijo- Me lo hice yo.- eso era prácticamente imposible alguien más le había hecho eso.

-¿Quién?- no contestó- ¡¿Quién?!- enojado.

-De acuerdo.- cerró los ojos y suspiró.- Jake Miller.

-¿Quién demonios es Jake Miller?

-Un compañero de clases. Un maldito abusivo, el novio de Hailey Robbin una chica que me molesta, en la preparatoria. Es todo ¿sí?

-¿Era el idiota que estaba en la tribuna molestándote en el partido?

-¿Cómo lo sabes?

-Lo vi.- agachó su cabeza

-Sí, era él.

-¿Cuándo?

-Esta noche, luego de que todos se fueron, yo quedé en la cancha esperando a que ellos se vayan y así poder irme, tranquila. Cuando creí que lo hicieron, me tomaron por sorpresa nuevamente y me empujó contra un caño. Hizo que me golpeara la cabeza, cayera y quedara inconsciente. Cuando desperté ya no había nadie. Y decidí no ir a ningún lado solo me senté en el piso y como siempre comencé a llorar. Me sentía muy mal. Luego de unas horas decidí caminar y vi a tu amigo. Es solo que pensé en ti, fuiste el único que me hizo sentir bien. Cosa que después de mucho tiempo no sentía.- la miré muy sorprendido.- No quería molestarte.

-No molestas.- miró hacia un costado y suspiró.

-No entiendo cómo, pero de alguna manera lo que me dijiste ayer hizo que ya no me sintiera sola, y ahora que estoy mal siento que necesito de tu ayuda, para no volver a esa soledad.- al decir esas palabras, algo dentro de mí me hizo entender que todo ese tiempo en el que estuve preocupado por ella, era porque yo tal vez también la necesitaba. Y entonces me prometí, jamás dejarla sola.

-Y tal vez también, me siento así.- ella me miró rápidamente.- Si quieres puedes dormir en mi cama esta noche yo lo haré en el piso.-Asintió.

Busqué una almohada y una manta para dormir en aquel suelo. Mientras yo estaba recostado mirando el techo sin poder dormir, sentía que ella también estaba así. Luego me dormí nuevamente.

TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora