Capítulo 7

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Desperté ese lunes, por la mañana con un solo propósito. Darle su merecido a Este tal Jake. En todo un día no había visto a Emily y necesitaba saber de ella. Ese domingo anterior fue un infierno, pues tuve que quedarme en casa a almorzar con mamá. Quien me obligó a hacerlo aunque yo no quería.

Cepillé mis dientes, busqué mi desayuno. Que ya estaba preparado, con una nota a su lado "Que tengas un lindo día hoy mi amor, te quiere mamá." El enojo del otro día ya se le había pasado, se notaba porque me había hecho mi desayuno favorito. Huevos con Tocino.

Salí de la casa y subí a mi auto. Fui lento y con música tranquila. Pase junto a un montón de chicas muy hermosas, pero solo las ignoré y seguí mi camino. Cuando llegué a la escuela, como siempre mis amigos y mi novia me esperaban en el estacionamiento. Bajé y los saludé menos a ella; me había enterado que esa noche en la fiesta, la encontraron con dos chicos en la habitación de Jeison. Toda la escuela se había enterado y ya era demasiado. Debía romper con ella de una vez por todas. Ella me miraba con tristeza. Ni si quiera le dirigí la mirada. Una vez que terminé de saludar a mis amigos comenzamos a caminar, ella quedó atrás. Me enfureció aquella acción entonces volteé:

-Ashley, qué haces. Lo nuestro terminó desde que subiste a esa mesa. Así que más te vale que te vayas yendo. No tengo ganas de iniciar una discusión y que lleguemos a la nada. Ya es definitivo, acabó ¿de acuerdo? ¿O necesitas que te lo deletree?

-¡Eres un idiota!- dijo molesta, entonces se nos adelantó y siguió su camino sola. Mis amigos rieron y yo les devolví la risa. Seguimos caminando, cuando llegamos a las escaleras para ir a la puerta del colegio. Pero de repente escuché:

-¡Jake! ¡Amor!- pensé no puede ser justamente ese Jake seguramente hay muchos en la preparatoria. Pero luego...

-¡Hailey mi amor!- volteé y era el idiota que estaba molestando esa noche a Emily. Me rasqué la cabeza, pensando si lo mataba o no. Quedé parado mirándolo.

-¡Ey! ¡Taylor! ¿Vienes?- Jerry. Solo le eche un último vistazo a ese infeliz para guardarlo en mi memoria y así luego matarlo cuando tenía la oportunidad. También me grabé a su novia, para después asustarla un poco.

-Claro.- Seguí mi camino e ignoré a ese par de idiotas.

Cuando entramos, todos nos saludaban a Jerry y a mí por el partido que habíamos ganado. E incluso en un momento aplaudieron y como era costumbre de mi amigo hacerse el payaso, comenzó a hacer alabanzas y a dar gracias. Reímos y luego entramos a clases. Con mis amigos comenzamos a reírnos y a hacer bromas, hablamos tantas estupideces que no parábamos de reír. Sonó la campana y la maestra de literatura entró. Al verla en la puerta recordé que Emily tenía literatura conmigo. Volteé para buscarla. Y la encontré, cómo era posible que no la hubiera visto entrar. Estaba en el fondo sentada mirando la ventana. Traté de llamar su atención, pero no me veía. Hasta que puso la mirada al frente y me vio le sonreí y la saludé desde lejos con la mano, ella me miró molesta y puso su vista a la pizarra. Di media vuelta para fijar mi vista hacia delante. No entendía por qué ni si quiera me regaló una sonrisa como yo se la di. Luego de la clase, sonó la campana y todos salimos al receso. Quedé esperando fuera del aula para hablar con ella. Mis amigos pidieron que fuera con ellos, pero yo decidí esperar. Luego de que todos salieran ella lo hizo última.

-¡Emily!- dije, ella me miró y siguió caminando. Yo la seguí detrás. – ¡Oye! ¿Qué sucede?- la seguí, ella caminaba muy rápido.

-Dime ¿somos amigos?- se detuvo. La miré muy sorprendido.

-Sí, sí lo somos.

-Entonces ¿de qué sirve tener un amigo que ni si quiera voltea a saludarte cuando pasas a su lado?

-¿De qué hablas? Te saludé desde mi asiento.

-¡Aja! ¿Pero por qué no lo hiciste cuando yo te saludé?- la miré muy confundido.- Estabas con tus amigos, cuando entré al aula y te saludé. Tú solo me ignoraste. Yo estaba allí parada, esperando a que me dieras una respuesta. O al menos un saludo, pero tú solo me ignoras. No sé en qué estaba pensando cuando te pedí ayuda.-comenzó a caminar nuevamente.

-¡Emily!- se detuvo y volteó molesta.

-¿Qué?

-Es que, no sé cómo decirte esto, porque temo que te enojes... Pero no te vi y tampoco escuché.-miré hacia un costado.

-Lo sé.-asintió con la cabeza – A eso me refiero.- y se fue. Solo pensaba ¡Estúpido, estúpido! Me recosté contra la pared. Todos pasaban por al lado mío. Muchos me saludaban y felicitaban por nuestra victoria. Yo en aquel momento, solo deseaba no ser tan idiota.

Fui a tomar un poco de agua a los bebederos. Cuando comencé a tomar, sentí que alguien estaba parado frente a mí. Alcé la vista y era Rebecca. Dejé de tomar agua y la miré con un gesto de "¿qué quieres?". Crucé mis brazos esperando su respuesta.

-Es triste lo que pasó, contigo y Ashley ¿no crees?- hizo un gesto de tristeza falsa.

-¿A qué quieres llegar Rebecca?

-Bueno, me preguntaba si un chico tan apuesto como tú tiene planes para esta tarde.- ¡Qué demonios! ¿Acaso ella no era su amiga? Pensaba. Negué con la cabeza.- Okay, entonces salgamos ¿Qué te parece si me llevas al cine?- comencé a reír a carcajadas sarcásticamente.

-Claro ¿cómo no?- con sarcasmo.- Mejor lárgate. No estoy de humor.- Me miró muy molesta dio media vuelta y se fue.

TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora