Capítulo 30

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-¿Y luego qué pasó?

-De acuerdo seguiré con la historia:

Cuando Tom, cumplió los seis meses, Natalie tuvo un gran accidente. Ella iba camino a su trabajo, en nuestra camioneta. Estaba lloviendo, cuando de repente un auto estaba a punto de adelantarse a un camión. Fue una de las peores noticias que me dieron en la vida. Sentí mi corazón destrozado, como cuando Emily me había dejado. Tú eras un pequeño, aún no conocías del todo a tu madre. Fue más fácil para ti.

En su funeral todos llorábamos incluso mi madre, quien la había conocido en nuestra boda. Fue duro para todos, la muerte de tu mamá. Incluso luego de mucho tiempo volví a llorar.

Meses después me encontré a alguien que extrañaba mucho, Jerry Cherre. Yo fui a comprar unos pañales para ti, cuando veo un rostro muy familiar. La alegría que apareció en mí al ver a mi mejor amigo, fue inmensa.

-¡Jerry!-grité. Él volteó y una sonrisa enorme apareció en su rostro.

-¡Taylor! ¡Amigo!- nos abrazamos fuertemente.

-¿Cómo has estado?

-Muy bien, la verdad eh estado excelente ¿Y tú? ¿Ahora con traje? La última vez que te vi estabas trabajando con hamburguesas en aquel viejo vecindario.

-Sí lo sé, ha pasado bastante tiempo.

-¿Acaso veo un anillo en tu dedo? ¿Te casaste?

-¡Sí!

-Igual yo. Hay que cenar algún día, debes presentarme a la afortunada.

-Ojalá, pudiera. Ella falleció hace cinco meses.

-Oh, lo lamento mucho.

-No importa.

-¿Pañales?-dijo al ver lo que llevaba en mi mano.

-Sí, se llama Tom.- él me abrazó muy fuerte.

-Te extrañé demasiado amigo ¿Por qué no vamos a tomar algo?

-Claro, así me cuentas de tu esposa.

Desde ese día no me eh vuelto a separar de Jerry, como sabes.

-Sí, sí ya sé ¿Pero cuándo llegarás a la otra parte?

Ya lo estoy haciendo ten paciencia. Cuando tú cumpliste tu primer año, yo tenía veinticinco, creo. Fui a comprar las cosas para tu fiesta de cumpleaños. Debía invitar a todos nuestros familiares y amigos también, así que llevé las invitaciones al correo. Estaba entrando cuando una hermosa mujer salía. Cabello castaño, su piel era blanca como el papel y los ojos más verdes que jamás había visto. La reconocí al instante, mi sonrisa era inmensa al verla. Ella tenía la mirada hacia el piso y sin querer me había chocado. "Disculpa" fueron sus palabras sin mirarme, estaba seguro que era ella, tímida y su voz dulce como un caramelo. Esos labios perfectos seguían iguales. Al igual que sus hermosos cristales verdes.

-¿Emily?-dije, ella rápidamente levantó la vista.

-¿Taylor?-contestó sorprendida.

-Hola...-saludé.

-Hola.-respondió.

-¿Cómo estás?

-Muy bien ¿y tú?

-Ahora mejor.-sonreí.

La invité a tomar un café, ella me preguntaba cosas, le había contado sobre tu mamá y sobre el accidente. Ella solo sonreía mientras hablábamos. Yo le pregunté cosas, su trabajo. Estaba desempleada hasta el momento. Porque había renunciado. Pues el lugar donde trabajaba estaban llenos de personas corruptas e injustas y a ella no le agradó para nada. Típico de ella. No estaba casada ni tenía novio. Entonces inconscientemente hablé.

-Dejarte ir fue el peor error que cometí en mi vida.-me miró entristecida.

-Taylor, no digas eso, ahora tienes un hijo. Te casaste con una buena mujer que desgraciadamente falleció. Tienes un excelente trabajo.

-Lo sé, pero es que yo te amaba, perdí mi orgullo en esa preparatoria. Perdí a mis amigos. Te perdí a ti.

-Sabes... cada vez que tú hacías esas cosas, eran un paso más lejos de mí. Comenzaste a beber, salías con cualquier chica que se te cruzaba en el camino. Peleaste con tus amigos ¿Creíste que con eso volvería a tú lado?

-No, sabía que de todas maneras no lo harías. Porque no te busqué en ningún momento. Te perdí por completo. Lamento que te hayas enamorado de un idiota.

-Y yo lamento que te hayas enamorado de una loca.-nos sonreímos mutuamente.

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TaylorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora