CAPÍTULO 24.

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Joder, porfín le veía.
Porfín le besaba.
Porfín le tenía.

Quería estar con él todo lo que me quedaba de vida, tenerle todos los días cerca, y decirle lo que le quiero.
Pero, se me hacía difícil confiar en él.
Me había fallado una vez, pero, ¿quien sabe si no volverá a hacer algo por el estilo?
Era el chico más bueno, sensible y dulce cuando estaba conmigo, pero se convertía en el chico opuesto cuando estaba con sus amigos.

-¿Me perdonas? -dice él cojiendome de las manos.
-Me has hecho mucho daño, Dani. -digo cabizbaja.
-Y no te lo volveré a hacer. -dice subiendome la barbilla para así, levantar mi cabeza.
-Es increíble como una persona puede romper de tu corazón, y aún así seguir amándole con cada trozo. -le sonrío.
-Sé que nunca volverás a sentir lo mismo por mi, Lorena. Te he hecho daño, lo sé. Pero quiero intentar enamorarte de nuevo, empezar de cero, pero de una manera distinta a como lo hiciste la otra vez. -se muerde el labio inferior.
-Ahí está, que quizás no sienta lo mismo que sentí hace un mes, que miro atrás y no sé exactamente lo que pasó. Sólo sé que desde sucedió, me di cuenta de dos cosas; de que eres el chico más cabrón del mundo, pero a pesar de eso, creo, que me hagas lo que me hagas, lo dejemos o no, te voy a amar siempre de la misma forma, pero no confiaré tanto en ti nunca. -le acaricio la mejilla.
-Podemos intentarlo de nuevo. -dice él.
-Podemos. -sonrío.
-¿Eso es un si? -dice él con la sonrisa de un niño pequeño.
-Exacto.
-Te quiero, nena. -me coje y me abraza

Permanecemos 10 minutos abrazados(tumbados, yo apoyada en su pecho, y el abrazandome), diciendo lo que nos ha pasado últimamente.
Hasta que los dos nos quedamos callados unos segundos.

-¿Sabes? Creo que a la chica rara que estás abrazando ahora mismo, tiene ganas de un helado. -le miro.
-Pues me tienes que llevar tú esta vez, no me conozco esto. -sonríe.

Vamos caminando hasta la heladería que estaba a unos 5 minutos a pie desde mi casa.
Cuando llegamos, no había casi nadie, pero la gente poco a poco iba entrando, y llenando el lugar.
Yo me pedí una tarrina pequeña de oreo, en cambio, él se pidió una de limón.

Entre bromas, risas y chistes, una silueta masculina, se para enfrente de nosotros; era Jesús. El Jesús al que no veía hace 4 meses.

-Creía que ya no estábais juntos después de lo que te hizo este gilipollas. -dice Jesús mirando con desprecio a su gemelo.
-Me he dado cuenta de que aunque sea un gilipollas, es el gilipollas que me vuelve loca, el único chico que me ha vuelto loca. -digo con indiferencia y le miro sonriente a Dani.
-Yo era tu novio, ¿no te volvía loco? -dice Jesús.
-No, la verdad es que no sé ni porqué estaba contigo, quizás fue porque fui tonta, o el destino, que quiso que me encontrara con tu hermano. -digo borde.
-¿Te puedes ir, Jesús? -dice Dani sin levantar ni siquiera la mirada hacia él.
-le mira con mirada asesina a Dani. -Lorena, creía que era diferente.
-Yo también creí que lo eras tú cuando me levantaste la mano en el Instituto. Ahí me di cuenta de todo; hasta que tú, eras el malo de los dos gemelos, y Dani, era el que intentaba hacérselo, pero cuando estaba conmigo, era completamente diferente que con los demás. -le cojo la mano a Dani.
-Está bien. Que seáis felices. -nos mira y se va cabreado.
-Gracias mi niña. -dice Dani.
-Gracias a ti. -le digo yo.

El Lado Oscuro. Daniel Oviedo. || #Wattys2016Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ