CAPÍTULO 29.

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-!¿Jesús?!
-Me gustaría que nos viéramos.
-¿Para qué?
-¿Enserio no quieres verme ni aunque sea una hora, y hablar de nuestras cosas?
-....
-Venga Dani, haz sólo eso por mi.
-Vale, ¿donde?
-A las 5 en la heladería de ayer.
-Ahí estaré, adiós.

¿Por qué me pasa a mi ahora esto? No quiero verle, ¿no lo entiende?
Que si yo le hice daño, el me lo hizo a mi.
Que si él me odia, yo le odio más.
Que si él quiere arreglar esto...yo también quiero.

Pero quizás no sea para hablar de nada, sólo pelearnos.

Me siento en el sofá y me pongo la televisión.

Al rato escucho a Lorena decir "buenos días, mi príncipe."

Cada vez que escucho eso, ya da igual en lo que piense, en mis problemas, en todo, que sólo me centro en ella y sólo en ella.
Joder, como la quiero.
Sin saberlo, me hace tan feliz...

Me levanto y la beso.
-Buenos días, reina. -sonrío.
-¿Has dormido bien?
-Contigo si. -le doy besos por el cuello.
-Dani, sabes que esto es mi devilidad...-ríe.
-Hola chicos . -dice la madre de Lorena.
-Hostia mamá.
-Buenos días a ti también guapa. -dice la madre entrando a la cocina.
-Creía que estabas en casa de la tía.
-Que va, vine ayer noche a las 12. ¿Qué tal has dormido Jesús?
-Dani, señora. -sonrío. -Y sí, he dormido muy bien.
-Perdón, es que mira que sois de diferentes estilos, pero os sigo confundiendo.
-No pasa nada, para eso somos gemelos. -suelto una pequeña carcajada.
-Bueno, ¿Que vais a desayunar?
-No sé, haré unas tostadas o algo. -dice Lorena.
-Vale, pues si queréis que no os moleste, esperad diez minutos, que me voy a hacer la compra.

Nos sentamos en el sofá y nos ponemos la televisión.

-Esta tarde he quedado a las cinco, no tardaré mucho, a las seis estaré aquí.
-¿Con quién? -frunce el ceño.
-Un viejo amigo de la escuela.... -miento.
-Vale, pues yo quedaré con Carol para ir al centro comercial, si quieres o necesitas algo llámame.
-Tranquila.

Pasa el tiempo y llega la hora.
Voy al parque y Jesús ya estaba esperándome.

-Hola. -digo serio.
-Hola, hermano. -sonríe.
-¿De qué quieres hablar?
-Estuve 3 años con ella, y no me había dado cuenta de que no sabía nada de ella en realidad, aunque lo sabía todo. Sabía sus canciones favoritas, su libro preferido, la película que le hace llorar, las palabras que más repetía... Pero no sabía si ella era feliz a mi lado.
No sabía cómo era por dentro, sus pensamientos y emociones. Y eso era lo más importante.
-Ella te quería, aunque no lo creas.
-Me quería, claro. Pero quizás me quería como un amigo.
-No sé...
-Pues cuentame, ¿como es en realidad?
-Es preciosa. Lo sabes. Preciosa por dentro y por fuera. Me encanta cuando se pone celosa cuando otras chicas hablan conmigo. Amo cada vez que me pasa algo y se pone a llorar y me cuida. Ella es la rara que todos odian, pero que yo necesitaba. La que no se duerme hasta que yo me duermo, la que sonríe por mi, la que me saca sonrisas en los peores momentos, aunque yo esté peor que ella.
Amo cuando se sonroja. Amo sus gestos, su sonrisa.
Pero, ¿sabes? A veces sobra saber todo esto. A veces sólo sobra con tener a alguien que te abrace y una todos los pedazos rotos de tu corazón, y ella lo ha hecho conmigo.
-La quieres mucho. -dice Jesús mirándome y escuchando cada palabra que salía de mi boca.
-La amo. -sonrío. -Pero tú también.
-Ella te quiere a ti. No se puede hacer nada. La querré todos los días de mi maldita vida. La recordaré cada momento. Imaginaré que está a mi lado, conmigo. Sólo me queda hacer eso. -dice cabizbajo.
-Lo siento... -me acerco a él y lo abrazo.
-¿Me perdonas por todo lo que te he hecho por ella? -dice mientras cae una lágrima por su rostro triste.
-¿Me perdonas tú por lo del pasado?
-Si.
-Te quiero, Dani. -me abraza otra vez.
-Te quiero, hermano.

El Lado Oscuro. Daniel Oviedo. || #Wattys2016Where stories live. Discover now