CAPÍTULO 31.

1K 70 11
                                    

-Daniel...-dijo mi madre mientras una lágrima recorría sus mejillas.
-Mamá... -dije con una pequeña sonrisa.
-Has cambiado mucho. -dice ella fría, pero sin dejar de mirarme a los ojos.
-Yo no he cambiado, me han cambiado las personas.
-Suele pasar cuando te das cuenta de que has dejado a alguien atrás y no puedes volver porque hay algo que te lo impide.
-Ahora estoy bien, no te preocupes. -digo intentando que sonría, pero ella era fría, borde, aunque fuera mi madre.
-He estado preocupándome por ti 3 años, he estado tres años sin verte, llorando todas las noches porque no tenía a uno de mis dos hijos aquí conmigo, ahora dime que no me preocupe, dímelo. -ya no aguantaba más, y se pone a llorar delante de mi hermano y yo.
-Perdón. -solamente dije eso.
-Tú para mi ya no eres mi hijo. -se levanta y se va a su habitación.

No me lo podía creer.

Había vuelto a hacer llorar a mi madre.

Yo también lloraba.

Cree un mar de lágrimas en esa casa.

En mi antigua casa.

Esto me dolía demasiado, no podía ver a mi madre así.

Estaba muy dolida.

Lo entiendo.

Soy un gilipollas, un inmaduro.

Pero no me he dado cuenta de lo que tenía hasta que lo he perdido.

Mi hermano me mira y me dice "quedate aquí hasta que te tranquilices, yo voy a ver a mamá."

Me da un abrazo y se va.

Miré ese inmenso salón, y volví a recordar lo de todos mis pesadillas.

Esa noche.

Esos hombres en mi casa.

Mi madre llorando tanto como acababa de provocarle yo.

Mi hermano llorando.

Esos hombres y mi padre destrozándolo todo.

Y yo, hice caso a mi padre a lo de "ven conmigo, y serás un verdadero hombre.."

Como me arrepiento de eso.

Como me arrepiento de todo.

Las lágrimas se apoderaban de nuevo de mi.

Miro mi teléfono y veo una llamada perdida de Lorena.

No se lo cojo.

No era el mejor momento.

Ando hacia su casa y cuando llego me tumbo en su cama.

No había nadie en casa.

Lloraba como nunca antes lo había hecho.

Quería desaparecer.

Aunque no lo creáis, lo único que quería en estos momentos era abrazar a Lorena; sé que es la única que podría secar mis lágrimas con tan solo un "tranquilo, todo se pondrá bien, confía en mí."

Pero ella no llegaba.

No quería llamarla, porque estaría por ahí con su amiga, no quería destrozarle la tarde.

No podía hacer nada más aquí.

No quería llorar más.

No quería recordar más cosas.

A si que hago esto:

Busco un bolígrafo y un papel, y empiezo a escribir una carta.

Era para ella, para mi Lorena.

Después decidí escribirle otra a mi hermano, y otra a mi madre.

En la de Lorena, al final ponía que entregara esas dos cartas a los otros dos, y cuando escribí eso, cogí mis cosas, y me fui.

Holaa, como veis, ahora la historia no va a ser tan de amor, si no también de los problemas de Dani, el protagonista junto a Lorena.

Espero que os guste y que no os aburra.

El Lado Oscuro. Daniel Oviedo. || #Wattys2016Where stories live. Discover now