las ideas de Esperanza

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Capitulo 8 las ideas de Esperanza

EN LA TARDE

-aquí hay otro- dice el chico observando una sabana manchada

-pues yo tengo aquí un montón- comenta el chico de cabello negro y ojos oscuros. Su compañero se acerca pero se tapa la nariz con la manga al sentir el olor a sangre. Sangre mas que muerta, eran vampiros.

-Keith eso no es un montón esos son muchos- le dice cuando observa la sabana que el otro encontró desenvuelto. Había partes de unos cuantos cuerpos todos desnudos.

-Iván esto tenemos que decírselo al Rey Alfa. Con estos ya van once cuerpos desmembrados debe saberlo- dice moviendo las manos

-todos están preocupados por la princesa- explica Keith –está aquí y todos quieren que recuerde pronto-

-¿Yon?-

-la sigue como si fuera su mismisima sombra. Sean ha dicho que solo se separa de ella para ir al baño solamente no me sorprenderia de que no se pasara por su casa -

-esta mas desesperado que antes- comenta Iván

-ni te lo imaginas- Keith rueda los ojos.

-tenemos que avisarle igual, a alguno de los dos-

-saca tu celular- suspira Keith mientras saca el suyo –tu a Yon. Yo a Diego-

-y ahora por favor no maten al mensajero- murmura Iván mientras busca el numero de Yon en su agenda, haciendo que Keith se ría.

TRES AÑOS EN EL PASADO

Selene enredaba y desenredaba sus dedos rápidamente, le urgía tanto escapar de ahí despavoridamente que por las mismas razones que tenia por escapar debía quedarse. Algo estaba mal con ella, y por mas que no le gustara el lugar debía quedarse para investigar que era lo que le pasaba.

-CLARKSON MONTES- escucha el grito, levanta la mirada y ve a un anciano con bata al final del pasillo. Ella se levanto pero todo su cuerpo le daba señales de querer irse, su brazo era evidencia de ello la urticaria que tenia la estaba matando.

Se sintió humillada, sentía que el pasillo era mas largo de lo que parecía. Bajo la cabeza apretó la correa de su morral con una mano y con la otra se rasco desesperadamente el brazo. nunca tuvo que hacer el camino de la vergüenza pero creía que lo estaba haciendo, se sentía como una de las chicas esas que pasaron la noche con alguien y al otro dia se tenían que ir por que solo eran un polvo rápido, algo de una noche si alguna vez tuvieron la ilusión de que fuera algo mas eran unas jodidas tontas. Ella no había estado con nadie esa noche pero la vergüenza que sentía era lo peor que le había pasado en su vida.

-soy yo- dijo una vez que estuvo frente al viejito alegre.

-me doy cuenta princesa- dice el sonriente.

-por favor no me llame de esa manera- le ruega a lo que el asiente con una sonrisa de oreja a oreja.

-pase y toma asiento- ella con tantas ganas de irse del lugar casi atropella al anciano por entrar, el se sorprende pero con rapidez cierra la puerta para escuchar el por que de la joven en puerta de su consultorio.

-gracias por atenderme rápido en uno de los consultorios externo del hospital- dice ella quitándose el morral para dejarlo en el suelo. –no sabe cuanto lo aprecio-

-mi amiga dijo que tenia un problema con los hospitales- dice el acordándose de su viejo amor de la infancia –la curiosidad hace que quiera preguntarte el porque pero si no quieres-

LUNAOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz