Capítulo 29.

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Cuando salimos del agua, Grayson dejó la cercanía que teníamos. Sentía su nariz rozar con la mía, su respiración agitada por haberla contenido bajo el agua.

-Estas loco-dije para después volver a unir nuestros labios y pero esta vez era un beso muy tierno e inocente, pero por causas naturales, en un momento tuvimos que separarnos

-Ya me quiero salir-dijo Grayson.

-Acabamos de entrar.

-Lo sé, pero ya hice lo quería hacer-dijo saliendo de la piscina, me quedé helada, él solo había entrado para darme un beso de película.

-¿Vienes?-preguntó, acostado en un camastro.

-Voy- dije para acercarme a las pequeñas escaleras de metal que estaban pegadas a una de las paredes de ésta. Fui subiendo, hasta que llegué afuera, sacudí mi cabello con mis manos y noté que Grayson me miraba.

-¿Qué?-pregunté.

-Na...Nada-dijo un poco nervioso-Oye...

-¿Qué pasa?-dije acostándome y poniéndome los lentes de sol de Grayson.

-¿Estas 100% segura que no quieres ocupar...?-dijo retomando el tema del pequeño paquetito metálico, que Blair me había dado.

-Si, mil veces si. Estoy 100% segura que no quiero usarlo.

-Tendré que aceptar tu decisión.

-Si, deberías-dije sonriendo, y acomodándome, para que tener una mejor posición y tener un buen bronceado.

El resto del día, se pasó entre risas y el comentario del paquetito.

Ya cuando se hizo tarde, Grayson me ofreció quedarme, lo cual tuve que rechazar.

-¿Pero por qué?-dijo con carita de perro y voz de bebé.

-Por qué no nos pueden descubrir-dije de la misma forma.

-Vamos, nadie se enterará. Ethan no entrará.

-Para empezar, no sabes si entraría o no, ya que la última vez que me quedé entró sin tocar la puerta. Y si esta vez ocurre lo mismo, no hay forma de explicar.

-Pero quiero estar más tiempo contigo.

-Bien, entonces llévame a mi casa. Blair debe estar preocupada. Así no sospecha-dije fingiendo que ella no sabe lo "nuestro"- y estamos más tiempo juntos, le diré que llegue como me fui de la casa, en taxi.

Él asintió, subió a su habitación y bajó con dos sudaderas. Una de ellas me la extendió.

-Ten, para que no te de frío-la tomé.

-Gracias-dije colocándome la sudadera-¡Me queda enorme!-el solo rió-No puedo creer que esto te quede, es casi un vestido para mí.

-Vámonos-dijo aún con una sonrisa en los labios.

Nos dirigimos a su auto, me abrió la puerta y esperó a que subiera para cerrar la puerta, le dio la vuelta al auto y entró del lado del piloto.

Encendió el auto y arrancó, el camino fue silencioso, pero nada incomodo. Cuando llegamos a mi casa, le agradecí e in a salir, pero me detuvo.

Copy Paste |Grayson Dolan|Where stories live. Discover now