Capítulo 32.

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Los últimos días estuve pensando lo que Dana me había dicho, siempre que veía a Grayson trataba de decirle que ya no podíamos seguir con este juego pero no lo hacía. Él se encargará de preguntarme si me encontraba bien , a lo que yo solo contestaba que estaba estresada por la obra, lo que era cierto pues después de terminar clases todos los que estaban en el taller de teatro se quedaban a practicar, a revisar el vestuario, efectos visuales, etc.

Pero también había un lado bueno me había vuelto más unida a Ethan, a decir verdad era un chico increíble era muy gracioso y amable. Por otro lado la fiesta de Indiana se acercaba era este fin de semana y aún no sabía que me pondría por lo que está tarde a término de la práctica de teatro iría de compras junto a Dana, tal como hicimos para la fiesta de los gemelos.

El día había pasado realmente rápido. La chicharra sonó anunciando que este era el término del día, lo que significa que era hora de ir a el teatro, para practicar la obra pero algo me detuvo. Unas manos me tomaron por la cintura lo que impedía seguir el paso.

—¿A dónde vas?–dijo en mi oído.

—¿Qué haces? No nos pueden ver–dije quitando bruscamente sus brazos de alrededor mío.

—¿Sucede algo?–preguntó extrañado.

—¿Debería?

—No–dijo con el ceño fruncido–¿Te ocurre algo?, ¿estás bien?

—No te preocupes, estoy bien. Ya sabes cómo me pone de estresada la obra.

—Okay...¿A dónde ibas?

—Al ensayo de la obra. Tengo ye ir a colocarme el vestuario para que lo ajusten y practicar algunas escenas en las que aún tenemos problemas.

—Esta bien... Pero antes ven acércate.

—Grayson, es enserio. Llegaré tarde.

—Solo ven–dijo tomando mis manos.

Me acerqué y esta vez me tomo de la cintura y me besó.

—Nos van a ver—dije en medio del beso.

—No hay nadie—dijo mientras seguía su acción.

—¿Y si llega alguien?—pregunté esta vez separándome de él.

Él al notar mi acción, decidió tomarme de la mano, mientras se conducía a un lugar que yo desconocía hasta que entre y supe exactamente donde era.

—¿Enserio el armario del conserje?—dije riendo.

—Aquí ni nos van a encontrar. No hay de qué preocuparse–dijo retomando el beso.

Al principio era un beso lento y romántico Grayson mantenía sus manos en mi cintura pero después aquel beso desapareció para convertirse en un beso desesperado y esta una de las manos de Grayson se encontraba en mi nuca provocando que mi cabello se despeinara y la otra descansaba en mi cintura.
Cuando sentí que había soñado mucho el tiempo que había pasado, decidí separarme.

Saqué mi teléfono del bolsillo trastero de mi pantalón, y chequé la hora.

—Demonios. Voy 15 minutos tarde–dije guardando el teléfono de nuevo en el bolsillo. Grayson solo río.

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