Epílogo: Dos años después

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Supongo que bienvenidos al epilogo. Preparen sus pañuelos, inhaladores y antidepresivos.

Siempre suelo dejar una nota al final de todas mis historias, y esta no es la excepción.

El mensaje de Seguirte o Perderte puede variar según quien la lea. Para algunos puede significar más, para otros menos y para otros nada. Quise decir muchas cosas aquí, pero quiero creer que han notado esas cosas a lo largo de la historia. Aun así, existen tres lecciones que me encantaría resaltar.

La primera se trata sobre la aceptación: Siempre que leo un libro donde el protagonista tiene algún problema se habla sobre cambio, aceptación, soluciones... No los odio, pues entiendo que la sociedad pretende que todos seamos iguales. Aun así, quería crear algo distinto. Camila jamás intentó cambiar a Lauren y Lauren jamás intentó cambiar a Camila. Si sucedieron algunas cosas fue de forma involuntaria, no porque existiera alguna presión. Ellas se aceptaron tal y como eran.

Y es que está bien ser diferente. Trastornos, enfermedades o discapacidades no deberían de ser vistas como algo negativo si no afectan a la sociedad de igual forma.

Y es que está bien ser diferente, porque los que presumen de ser únicos realmente son todos iguales.

La segunda lección es un poco más comprensible en el epilogo: El sacrificio debe ser igualitario.

Si, todo amor puede funcionar. Amor a distancia, entre hablantes de diferentes idiomas, e incluso entre dementes. Por supuesto, no puede funcionar si ambos no están dispuestos a renunciar a la mitad de sus piezas.

Y es que el amor es sacrificio, pero no debe verse como algo aterrador. En realidad, sacrificamos la mitad de nuestras piezas para armar un rompecabezas que nadie más podrá tener.

La tercera lección será breve: Nunca confíen en el tiempo. Es cruel, así de simple, así que no esperen demasiado ni hagan algo de forma apresurada. De ambas formas todo puede salir muy mal.

Supongo que eso ha sido todo. Gracias por leer. Espero que amaran esta historia tanto como yo.

Es mi favorita, créanme, porque la escribí sabiendo que tendría este final. La escribí para dar esperanzas, porque la vida real también puede ser locamente maravillosa.

-Lore-

***

Me gustaba tener una vida completamente controlada. Odiaba lo inesperado, los cambios innecesarios, los días sin planificar. El azar era mi peor enemigo, y los números dentro de mi cabeza se habían convertido en los únicos que podían comprenderme.

Sin embargo, cuando Camila llegó a mi vida, me di cuenta de que podía olvidar las cantidades unos momentos, pues cuando quisiera regresar a ellas seguirían allí.

Camila me había enseñado a ver el lado incontable de la vida.

Cuando ella se marchó no perdí esa capacidad. En realidad, comenzó a reforzarse.

Había vendido mi departamento de toda la vida por uno dos pisos más abajo. Ya no revisaba mi cerrojo seis veces antes de salir de casa, pues sabía que con tres sería suficiente. Tampoco regresaba para comprobar si había olvidado algo. Ya no corría para llegar al Body Rock Café e incluso me detenía para saludar a las aves. Al entrar al café lo hacía solo una vez, y saludaba a Ally tanto como ella quisiera.

De repente mi vida se basaba en números que podían variar.

— ¿Ninguna señal de ella? —Preguntó Adam, quien ahora tenía quince años y ya no estaba tan locamente obsesionado con mi jefa. Era el único de todas las personas que conocía, incluyéndome, que creía que Camila podría regresar.

Seguirte o Perderte |CAMREN|Where stories live. Discover now