La primera vez como marido y mujer

3.5K 224 50
                                    

INUYASHA NO ME PERTENECE, PERO LA HISTORIA SI.

Serie de Drabbles que tendrán conexión entre si

Una primera Vez.

ACTO 6

La primera vez como marido y mujer.

Cuando tomaron este camino del matrimonio, sabían que lo hacían no sabiendo con certeza el tiempo que durarían juntos.

Kagome era una mujer venida de otro tiempo, que por recovecos del destino había caído a esta época, donde se vió sometida al capricho de Naraku por Kikyo y también hacia la perla de Shikon.

Él era un matón resucitado, cuya vida pendía de un trozo de perla oscuro que tenía incrustada en la nuca.

Se habían conocido de forma imprevista y habían unido sus circunstancias sin siquiera quererlo.

Y cayeron en una red que no pudieron evitar.

El amor.

Hoy, por hoy y a casi un año del rapto de Kagome y que haya sido llevada a una lejana zona del sitio de dominio de los demás, se encontraban ambos en un transcendental momento al cual la vida los había empujado y a la cual se habían entregado alegremente.

Habían contraído matrimonio.

Kagome había pasado todo un mes cosiendo su kimono y preparando su ajuar, mientras que Bankotsu había decidido que en vez de comprar una cabaña en la aldea, lo mejor era construir una, en el sitio que más le gustaba a su futura esposa.

En medio del bosque.

Así que todo ese mes de preparativos, Bankotsu y sus hombres se dedicaron a construirlo en una construcción que el ex mercenario se había esmerado mucho, porque quería que Kagome viviera bien con todo lo que tuviera al alcance para darle.

La ceremonia fue muy bonita. Todos los aldeanos fueron participe de la misma. Kagome era una mujer muy querida porque los últimos tiempos hasta había empezado a habilitar una especie de escuela donde enseñaba tanto a niños como a adultos. Eso sin contar que era una sacerdotisa.

Él era un hombre respetado. Temido quizá por su tosco carácter, pero él había impuesto un sistema de orden y seguridad en el pueblo, que gracias a su presencia ya no volvió a ser objeto de presencia de ladrones o saqueadores. Por ese motivo lo respetaban mucho.

Así que la ceremonia se realizó de manera pública con muchos presentes, al cual Bankotsu aceptó para darle gusto a Kagome, porque si hubiese sido por el moreno, él hubiese querido algo más íntimo, pero no pudo ser.

Así como también tuvo que atragantarse las ganas de decirle a su esposa que estaba demasiado bella con ese kimono inmaculadamente blanco.

La verdad estas bodas shinto tenían tanto protocolo que casi no hubo oportunidad de que estuvieran solos durante la ceremonia y durante la comida que ofrecieron a sus invitados.

Kagome había estudiado mucho la regla de estas bodas, para que todo saliera muy bien, y junto con la señora Okina, así como con otras señoras del pueblo, había logrado recrear una boda perfecta.

Ella también había cosido el precioso hakama de boda de Bankotsu, que por darle el gusto, había cedido en todo y no hizo ningún pataleo, pese que frente a sus ojos, todos estos detalles o rituales eran innecesarios cuando lo único que deseaba era vivir con ella.

#

La primera en entrar a la casa había sido Kagome, porque Bankotsu había ido a dar una vuelta, para darle tiempo.

La Primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora