Que vieron nacer a sangre de su sangre

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INUYASHA NO ME PERTENECE, PERO LA HISTORIA SI.

Serie de Drabbles que tendrán conexión entre si

Una primera Vez.

ACTO 13

Que vieron nacer a sangre de su sangre

― ¿Ya ves porque me parecía tonto venir?―arguyó un poco amigable Bankotsu que estaba al mando del caballo en que el venía Kagome y donde él estiraba las riendas.

Kagome insistió en que la trajera al mercado local porque necesitaba comprar cosas para su recién estrenada cabaña. Pero el principal motivo es que estaba demasiado aburrida todo el tiempo encerrada y cuidada por su esposo, sino también por todos que no la dejaban a sol ni sombra.

En realidad era una excusa para salir, ya que bien que podría pedirle a Sango que fuera por esas cosas, pero al menos antes de recluirse para dar a luz, quería respirar un poco.

Los partos en esta época no eran como ella habia visto de su tiempo. Aquí las mujeres se recluían en sus casas esperando el momento crucial, y la ventaja que tenía ella es que la atendería una comadrona con mucha experiencia como Kaede.

Solo cuando ya regresaban a su casa, cargados con las cosas que Kagome decía necesitar , fue que la joven insistió:

―En serio, Bankotsu, no deberíamos temer. ¿Ves como este viaje fue bien fácil?, podemos venir por lo menos dos veces a la semana

―Claro que puedes venir....pero cuando hayas teñido al niño. No antes. De hecho esta es la última vez que hacemos este trajín―respondió él, con los ojos muy serios y mirando al frente.

―Aguafiestas―refunfuñó ella, aunque enseguida alzó la mirada y añadió―. Oye, espera ¿dijiste niño? ¿Tu sospechas que podría ser un varón?

―No es que sospeche, es que tengo la certeza―fungió seguro el hombre

―En mi época se usan aparatos para saber el sexo de un bebé a los pocos meses de embarazo―comentó ella

―Pues no estás ahí. Tendrás que conformarte con lo que yo te digo. Será un varón, lo sé.

― ¿Cómo lo sabes?―inquirió ella curiosa

―Simplemente lo sé. En mi familia los primeros niños siempre fueron varones, es la norma implícita.

― ¿No me digas que te disgustará si es una niña?

―No seas tonta. Claro que no me molestará. Es mi sangre y es mucho más de lo que alguna vez imaginé que tendría―finalmente dedujo él, con una mirada azul soñadora.

Eso era cierto. Todo lo que estaba viviendo en esta vida prestada era como un sueño para él pero aun así intentaba como podía tener los pies en la tierra.

Hacia par de meses habían regresado a reencontrarse con los antiguos conocidos de ella, y aunque al inicio las cosas fueron difíciles porque ambos se sentían muy cohibidos ante la mirada de los otros, al final acabaron acostumbrándose.

Bankotsu, cuyo único gran talento era la exterminación, y ante la imposibilidad de seguir capitaneando su barco pues se empezó a dedicar a matar demonios para seguir generando ingresos. Tampoco quiso venderlo, así que lo conservó además que tenía hombres a cargo suyo, a quienes ahora encargaba los trabajos de viajes aunque él ya no pudiere estar al mando. Pero secretamente tenía la ilusión de alguna vez recobrar su antigua vida con su esposa, lejos de aquel sitio. Aunque fuere imposible.

La Primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora