19.

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 Vernon abrió con torpeza la puerta de su habitación. Obtuvo de inmediato una mirada del castaño, compañero de la junta directiva. Dokyeom no se expresó de ninguna manera al sentirlo entrar, estaba lastimado y molesto. Cuando iba por unos libros hacia la biblioteca, encontró en su camino a dos animados chicos que compartían una malteada. Sabía que SeugKwan estaba enredado en las mentiras de Vernon. El gran dilema era si él también debía comportarse como un revelador más para conseguir lo que quería.

— ¿Estudiando? —comenzó Vernon, dejando las cosas sobre la cama—. ¿Se acercan las pruebas?

—¿Quieres que finja que somos amigos también? —preguntó, revisando sus apuntes de la clase de ciencia—. ¿Quieres que continúe una conversación de buena manera?

—¿Por qué no? —lo miró, sacándose el uniforme. Imaginó que el muchacho estaba molesto, todo era por diversión propia después de todo—. De ninguna de las dos formas, me afecta.

Escuchó un bufido suave del mayor.

—Quizá no te afecte ahora.



—Escuché que hubo muchas denuncias en contra del entrenador —comentó Joshua, tirando su cabello hacia atrás al captar la atención de JeongHan y SeungKwan—. Creo que si alguien nuevo ocupa su lugar, estaré regresando al equipo.

—Estoy contento por eso —sonrió el peli-rojo de cabello largo—. Espero no estropearlo.

—Fue heroico a decir verdad —les dijo SeungKwan—. Dejar lo que te apasiona por alguien que aprecias... Estuvo muy bien.

—Gracias —lo apuntó JiSoo—. ¿Ves JeongHan? Soy un héroe.

La blanca sonrisa de JeongHan podía hacer muy feliz a JiSoo en ese momento. ¿Hace cuánto que el chico no mostraba sus blancos dientes? La cuenta la había perdido porque ya no lo recordaba. Por un instante, pensó en que si seguía dando pasos lentos por el mismo camino, si seguía moviendo las rocas que estropeaban, podría encontrar el gozo infinito.



— Ya no sé cómo explicártelo, niña —espetó Jun con fastidio, a la muchacha que interrumpía su ida hacia el dormitorio—. No me gustas, no me gustarás. Posiblemente sueñas que seamos pareja, pero te diré algo, no pasará.

— P-Pero, el destino-

— Ingenua —le tocó la frente con un dedo—. ¿Crees en eso? —La niña le agarró la mano con apuro, sorprendiéndolo—. ¡Oye, suéltame! ¡Suéltame ya!

Para entonces un pequeño muchacho de cabello negro pasaba con un par de libros y su mochila. Jun forcejeó para alejar a la chica, pero ella insistía. Dino se detuvo a mirarlos por un segundo y luego continuó. Jun gritó de sólo verlo entrar al edificio.

—¡Suéltame de una vez! —se deshizo del agarre de forma brutal ante el llanto desconsolado de la menor—. Niña, lo que quieres que pase, lamentablemente no pasará.

La muchacha cayó al suelo muerta en llanto. Esperó que con eso, guardara un poco la estadía del chico y lo tuviese preocupado. Pero, no fue así. Jun ya estaba corriendo por las escaleras, en busca del chico que ingresó antes.

—¡Dino! —chilló el peli-rojo corriendo atrás de él—. ¿Por qué llegas tan tarde? ¡Pronto serán las nueve! —el otro no contestó—. ¡Háblame!

—Quería ocupar un poco de tiempo —respondió sin cortar su caminar—.Tengo un asunto pendiente más tarde.

Jun tomó su brazo con la reciente declaración.

Pledis School [SEVENTEEN]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora