CAPÍTULO XI.

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CAPÍTULO XI.


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Doce, trece, catorce y quince, sí, me llevaría justo esa cantidad de camisas porque desde que Johnny me regaló al lobito éste tan perspicaz ha tomado la loca manía de comerme todas mis camisas, bueno, digamos camisas porque si me pongo a mencionar mis pantalones, calzoncillos y calcetines, pues, ya no sería muy "perspicaz" que digamos.

Así que gracias a eso me encuentro comprando más playeras para llenar así de nuevo mi closet, debería empezar a hacer algo al respecto con eso, aun me encuentro en debate de que sería lo más prudente que se podría hacer en este caso y créanme que el sacarlo al patio trasero nunca será para mí una opción por mucho que ese perro me fastidie.

Me encaminé con todas las camisas en mis manos para pagar, la chica que atendía frunció el ceño al ver la enorme cantidad de camisas en mis manos, como queriendo decir: "ese chico es adicto a comprar ropa" o algo más o menos así, no soy muy bueno para andar adivinando mentes.

--no son mías, son de mi de mi hermano—aclaré como tratando de ocultar mi vergüenza.

Ella asintió no muy convencida. Salí ya con mis bolsas de compras en las manos y con un suave suspiro la realidad me dio un golpe en la cabeza diciéndome: "oye, con sonreír no vas a ocultar la tenebrosidad que viviste hace un rato" y es que hace una hora o menos cuando Troy me agarró de la mano a la fuerza y me dijo todo lo que sentía y pensaba me dejó muy confundido y hasta me hizo sentir culpa, después de todo yo hace como 7 años fui novio de él y le prometí un sin fin de cosas las cuales olvidé, esa pequeña parte de mi vida es la que me invade a cada instante y la que me perjudica en todos los aspectos.

Prometer algo y luego ir con la idea en la vida de que esas promesas pueden romperse porque será facil y nadie nunca te lo reclamará es lo peor que puedes hacer, porque la vida odia, la vida detesta las promesas ignoradas.

Seguí caminando a paso lento = ¿uno más dos es igual a cinco? por más que pensaba no entendía la razón por la cual Troy me había dicho esas palabras, no tenía que entender la frase en sí, sino, lo que trataba de transmitirme con ellas.

A lo lejos vi acercarse al auto de Johnny, susurré una maldición dándome la vuelta para disimular que nunca en mi vida había visto ese auto, no me sentía preparado como para estar dando explicaciones en este momento, empecé a caminar más rápido para así doblar la esquina y que no me viera, Troy me había besado y como soy pésimo para mentir podía descubrirlo y no me sentía preparado para nada que tuviera que ver con "asuntos de pareja", no si eso me deja muy mal parado.

--¡Kris espera! ¿que estás haciendo? —me giré haciendo mueca de "no quise hacerlo pero lo hice"y no sé cómo decir que lo siento, Johnny se detuvo frente a mi levantando las manos exigiendo una explicación--¿vas a decirme que fue lo que pasó hace un momento? —dijo algo enérgico y enojado.

Diario De Un Chico Gay.Where stories live. Discover now