[67] Newt

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Newt.
Chris me agarra del brazo y me arrastra a la emisora. Noto la presión de cada uno de sus dedos sobre mi piel. Los colores se arremolinan ante mis ojos; decenas de olores desconocidos me colman la nariz. Me tambaleo y Chris me endereza de un tirón; solo entonces me doy cuenta, horrorizado, de que estaba olfateando el aire como un animal que siguiera un rastro. Porque eso es lo que soy ahora, un animal. No humano, sino animal.
El dolor es aún peor que antes, como si una cuchilla helada me traspasara la piel y me desgarrara los músculos. Cuando me debato para liberarme del agarrón de Chris, me sorprendo al darme cuenta de mi fuerza; de hecho, Chris parece estar echando mano de toda su energía para arrastrarme.
Al llegar al cuerpo de mi padre, Chris da una zancada para evitar pisarlo. Bajo la mirada y estoy a punto de derrumbarme. Mis nuevos ojos detectan todos los detalles: el brillo del sudor de su frente, la distorsión de sus facciones apoyadas directamente en el suelo, el meñique curvado de su mano izquierda, como si esperara a que yo enroscara el mío en él para hacerle promesas que ya nunca podré cumplir...
–¿Thomas? –digo, con una voz quebrada que suena extraña incluso a mis oídos.
Mis nuevos oídos, mucho más perceptivos de lo que nunca han sido.
–Newt –responde él, en un tono que mezcla el alivio con otra emoción que no sé identificar.
–¿Qué... qué vas a hacer? –pregunto, notando una oleada de temor que me recorre el cuerpo como una sustancia tóxica.
–Voy a estrellar la Fortuna contra la estación espacial.
Chris desliza la mano por la pantalla, y el líder híbrido se asoma sobre mi hombro para observar un diagrama del planeta con sus satélites. Las lucecitas se apagan cada pocos segundos y se vuelven a encender en su nueva posición. La lanzadera está pegada a la Fortuna, tan cerca que los letreros de las dos se superponen. Me imagino a la gente entrando por la escotilla del estanque y colocándose ordenadamente en la bodega.
Cerca, a unos diez centímetros en el plano, reluce otro puntito: la Estación de Preparación Interplanetaria.
–Newt, ¿sigues ahí? –pregunta Thomas con voz trémula.
–Sí, Tommy.
–Tengo que decirte... –empieza, pero su voz se interrumpe de pronto.
Examino los controles de la emisora. No parece que se haya cortado la comunicación. Debe de estar buscando las palabras que mejor expresen lo que quiere decir.
–Lo siento –murmura al fin.
Y, ahora sí, la línea se interrumpe.
–¿Qué ha pasado? –pregunto.
Me gustaría estampar el puño en los controles para hacer que vuelva la voz de Thomas, pero no serviría de nada.
Chris examina la emisora y aprieta varios botones.
–Todo funciona correctamente –dice–. Thomas debe de haber cortado la comunicación. Lo estoy llamando ahora mismo y no responde.
Me doy la vuelta y veo que el líder de los híbridos me mira atentamente.
Y el alma se me cae a los pies al descubrir la compasión que hay en sus ojos.

*     *     *     *     *
Son, más o menos, los últimos capítulos.

Godspeed: Sombras de la Tierra|NewtmasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora