Doncastah rulz.

46.6K 2.6K 1.5K
                                    

[Louis]

Una semana después.

—No te vayas.— susurró Harry sobre mi cuello.— quédate conmigo, por favor.

Estos eran los momentos en que no podía decirle no a Harry, su mirada tierna, sus labios hinchados y rojos por la gran cantidad de besos que le he dado, sus ojos suplicantes y sin embargo, tuve que reunir fuerzas para poder hacerlo.

—No puedo, Hazz.— suspiré, levantando su cabeza para mirarlo a los ojos.— sabes que mamá ha estado esperando a que fuera a Doncaster desde hace mucho.— acaricio su mejilla suavemente, él cierra los ojos al contacto.— y sabes que no me perdonará si no voy.

—Lo sé.— suspira.— a veces Jay puede ser un problema.— suelto una carcajada y él sonríe.— te vas hoy, ¿verdad?.

—Sí y realmente estar acostados cuando es más del medio día, a pesar de que lo amo, sobre todo en nuestro día libre.— beso su nariz y él sonríe al instante.— no hará que mis maletas se preparen solas.

Me levanté a regañadientes de la cama, Harry soltó un suspiro frustrado. Maldito sea por no haber preparado las maletas el día anterior; pero, nos avisaron a último minuto de nuestro descanso. Llegó Liam diciendo que Mike había hablado con él para decirle que hoy era nuestro día libre, así que opté por una rápida desición de viajar a Doncaster. A Harry, quien quería que pasaramos juntos, no le pareció una buena idea, pero de todas maneras no dijo nada más al respecto y tampoco reclamó. Una de las muchas razones de por qué lo amo. Debería escribir un libro sobre eso.

Mis pantalones de pijama arrastran por mis pies, aunque decir que son míos es mentir, son de Harry, por eso me quedan tan grandes y ajustados. Me observo en el espejo de su habitación, esta vez decidimos dormir aquí. Cabello despeinado, labios rojos pero no tan hinchados como los de Harry y marcas moradas por mi cuello y parte de mi calvícula; las toco suavemente, a pesar del fuerte color morado que se extiende por mi piel no duele nada. Miro a Harry a través del espejo, su reflejo me muestra una sonrisa radiante y yo también me siento sonreír.

Busco a tientas por la habitación mis vans, cuando siento que él se levanta de la cama. Camina en bóxers hasta su ropero. Pongo los ojos en blanco, algunas cosas nunca cambian. No sé cuál es la maldita manía de Harry de andar siempre semi o desnudo por todas partes, aunque la mayor parte del tiempo no me quejo; de hecho me gusta apreciar hasta el más mínimo detalle de su cuerpo. Si fuera un gran artista y pudiese dibujar tan bien como Picasso, seguramente, lo que más tendría serían cuadros de Harry. De su cuerpo y su hermosa sonrisa.

De un momento a otro se me ovlvida el qué estaba buscando, Harry aún no se da cuenta de que lo miro embelesado. Él está ladeado buscando algo en su ropero; sin embargo, aún puedo ver su parte frontal. Sus tatuajes, la mariposa en su estómago, sus golondrinas, el hueso que marca su clavícula llena de moratones también, bajo la mirada hasta sus ajustados bóxers. Él se estira repentinamente, haciendo que parte de su ropa interior se levante en el acto. Entonces me detengo en sus piernas y las veo.

Líneas de forma vertical. Algunas ya están blancas, cicatrizadas. Pero, hay unas que están al rojo vivo y levemente irritadas. Siento una presión en mi pecho. No puedo distinguir si es culpa, dolor o frustración.

Aún así. No me lo creo.

— Harry.— lo llamo con los ojos abiertos como plato.

—¿Sí?.— él aún no se gira pero su voz es dulce y esboza un sonrisa.

—¿Qué demonios te hiciste en las piernas?.— suelto de repente, demasiado enojado para evitar que mi ceño no se frunza.

Harry se para derecho, tenso, sus labios formando una línea recta. Me mira asustado y con asombro. Como que si todo el tiempo que estuvo escondiendo aquellas marcas se hubiesen ido por la borda y todo su plan de que yo no me diera cuenta, se evaporara en un segundo. Titubea aún impresionado, en decirme la verdad o simplemente quitarle importancia.

Stubborn Love.  [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now