Primer plato

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[Jin]

¡No tenía tiempo para esto! Mañana iba a ser el día más importante de mi vida y justo la noche anterior, justamente esa, me llamaba Jungkook alegando que estaba escondido y asustado en una discoteca homosexual a la que le había llevado su reciente hermanastro, Taehyung. Mientras conducía hacia la dirección que el pelinegro me había mandado, solo podía pensar en las mil maneras diferentes en las que castraría a ese par, empezando por el mayor de ambos.

- Quita de en medio -espeté a un chico, entrando apresuradamente en los baños del local en busca de mi pequeño. Cierto que estaba enfadado, pero la preocupación le ganaba a cualquier odio, pues después de todo ambos eran mis bebés, por muy pervertidos o estúpidos que fueran. - ¿Jungkook? ¿JUNGKOOK? ¿Dónde estás?

- ¡Hyung! -de inmediato una de las cabinas se abrió, saliendo de ella mi adorable pelinegro con el rostro envuelto en lágrimas. Abrí los brazos y se echó de inmediato a ellos, abrazándome como un niño a su peluche en medio de la noche. - H-has venido, muchas gracias.

- Claro que he venido, bobo -di un suave golpe en su cabeza y levanté su rostro para comenzar a limpiar las lágrimas que emborronaban sus mejillas. - ¿Qué ha pasado?

- Taehyung -Claro, cómo no. Ya podía imaginarme que él había sido el causante de todo, pues bien sabido era que el pequeño pelinegro aún era muy inocente e inexperto para pisar una de estas discotecas por voluntad propia. - Di-dijo que sería divertido, y-y que tenía car-carnets falsos, y-y... y hyung, no me gusta este sitio...

- ¿Te han hecho algo?

- ¡Me han tocado el culo! -exclamó desesperado, volviendo a romper en llanto. Suspiré aliviado de que solo hubiera sido eso, pues tal y como estaba me había imaginado algo mucho peor. - Y no encuentro a Tae...

- Venga -agarré suavemente su brazo y le rodeé en ademán protector, empujándole hasta salir de los servicios y teniendo cuidado de que nadie siquiera le rozara. - Busquemos a Taehyung y salgamos de aquí, os llevaré a vuestra casa.

- ¿No podemos ir a la tuya? -no respondí a pesar de que ya sabía lo que iba a venir a continuación. Si había algo que conseguía tirar de Jungkook en la vida, eso era la comida, y ya fuera a favor o por desgracia, yo era un genio en ese ámbito. - Podemos hacer algo rico para cenar y luego ver una peli.

- Mañana madrugo -respondí cortante, indignado porque aún no se percatara del gran acontecimiento que tendría lugar al día siguiente. Menos mal que mi silencio no tardó en hacerle entrar en razón.

- ¡CIERTO, MAÑANA TIENES EL CONCURSO, LO OLVIDÉ! -Exclamó de repente, girando la cabeza para mirarme y mostrar una preocupada expresión, la cual ignoré por el enfado que aún me invadía. - ¿No deberías estar descansando, hyung?

- Debería, y lo estaría haciendo si no fuera por dos niñatos inmaduros que salen de fiesta aunque no tienen edad para ello.

- Pe-perdón, hyung... -debí sonar bastante enfadado, pues ni siquiera se molestó en echar la culpa a su hermanastro, tan solo agachó la vista y se dejó guiar en silencio, enterneciendo mi estricto y preocupado corazón.

- No pasa nada, no importa -revolví su cabellera y le hice mirarme, para hacerle saber que todo estaba bien. Él sonrió complacido, y fue a decir algo con más ánimo, pero sus comisuras volvieron a caer en una milésima de segundo, descomponiendo su rostro mientras clavaba su fija en algún punto a mi espalda. - ¿Qué? ¿Qué pasa?

- E-es él, hyung, es el que me tocó...

- ¿El que te tocó el culo? -asintió asustado y seguí la vista que indicaba su dedo hasta toparme con un grupo de cuatro chicos, bebiendo y charlando tranquilamente en la barra. - ¿Quién de todos?

Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora