Vigesimoquinto plato

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[Jin]

El centro comercial a hora punta era una aglomeración de gente imposible de soportar, casi peor que cualquier discoteca. Mientras Taehyung me arrastraba a diferentes tiendas de ropa y Jungkook tiraba en dirección contraria cada vez que veía algo relacionado con Marvell, yo me llevaba miles de empujones en cada centímetro de mi cuerpo.

- ¡Ash, Jeon Jungkook, estate quieto!

- Pero hyung... –hizo un puchero, agarrándose aún más a mi brazo y señaló el escaparate de enfrente repleto de cómics y demás artilugios de superhéroes. – Se van a acabar si no vamos ya...

- No se van a acabar, probablemente tengan quinientas copias iguales de cada producto, todas esperando a ser compradas por pequeños frikis como tú. –respondí con aburrimiento, descruzando las piernas y volviéndolas a cruzar al contrario, repitiendo el mismo acto por vigésima vez desde que Taehyung entró en el probador. Solo llevaba una camisa y unos vaqueros, pero por lo que tardaba, el castaño parecía estar fabricándolos en el interior de la cabina. – ¡Taehyung, date prisa!

- ¡Eso, que aún tenemos que comprar mis cómics!

- ¡Ya voy, ya voy! –medio segundo después una cabellera castaña asomó tras el vestidor, abriéndose paso entre la cortina. Una vez fuera, dio una vuelta sobre si mismo, sonrió abiertamente y posó de diferentes formas, causando más irritación en su hermanastro, quien se moría de impaciencia por terminar cuanto antes. – ¿Verdad que me quedan bien?

- Estás horrible. Págalos y vámonos de una vez.

- No le hagas caso –añadí tras golpear suavemente en la nuca a Jungkook como llamada de atención. El pelinegro soltó un bufido y frotó la parte golpeada, pero su semblante molesto no cambió en absoluto. – Te quedan muy bien.

- Lo sé –respondió alegremente el menor, volviendo a girar otro tanto de veces, tropezando a la tercera vuelta y teniéndose que apoyar en el marco del probador. – Le mandé fotos a Hobi y dice que estoy espectacular.

- ¿Por eso tardaste tanto?

- Y porque se me quedó pillada la cremallera de los pantalones con la tela de los bóxers.

- Ojalá se te hubiera pillado otra cos-

- ¡Jungkook! –esta vez no llegué a darle, porque el muy desgraciado se levantó a tiempo, inflando los mofletes y alejándose de mi campo de alcance. Ese niño era rápido. Suspiré y dejé el tema, centrándome de nuevo en Taehyung. – Los pantalones me gustan, pero la camiseta no me termina de convencer. Era más bonita la que te probaste antes.

- ¿La azul?

- Sí, la de manga larga.

- Mis cómics... –recordó el menor por el fondo, haciéndome desesperar. Tenía las mismas ganas de ir a por sus cosas frikis que de soportar a Taehyung otra ronda de probadores, es decir, ninguna. En momentos así me preguntaba por qué narices aceptaba salir de compras con ellos cuando podía haberme quedado en casa tranquilamente. Debía ser masoquista o algo, seguro que era eso.

- ¡Ash, vale! ¡Ve a por tus malditos cómics de una vez!

- ¡YAS! –dio un salto de alegría y salió prácticamente corriendo de la tienda de ropa, atrayendo la atención de casi todos los clientes. Yo aparté la vista avergonzado y me distraje con el móvil en lo que Taehyung tardó en cambiarse.

Namjoon estaba terminando de grabar su último álbum, y por lo tanto, tenía muchísimo menos de tiempo libre, lo que implicaba muchísimas menos horas para estar juntos. Me alegraba ver que le iba tan bien en su trabajo, que pudiera compaginarlo con las clases y todo eso, pero había momentos en que hubiera preferido tenerle conmigo a conformarme con releer nuestras conversaciones de móvil mientras esperaba ansioso a que se conectara. De todas formas, solo era una etapa. Una vez sacara el disco me había prometido compensarme en todos los aspectos, y supuse que la espera merecería la pena.

Taste it [Namjin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora