49

594 45 25
                                    

Maggie

- ¡ERES UN MALDITO TRAMPOSO! - digo desplomándome en el sillón y dejando el mando de la play en la mesa.

- Yo no tengo la culpa de que seas una debilucha jugando a esto,enana - dice Steven riéndose.

¡¿Debilucha?! Eso si que no.

- Yo no soy ninguna debilucha, idiota - digo golpeándole el hombro.

- Ai dios... creo que me estoy muriendo...- se burla de mi tirándose hacia atrás en el sillón y con las manos en su hombro.

- Que gracioso - digo con tono irónico- no sabía que fueras tan buen payaso, si lo hubiera sabido te hubiera ido a visitar al circo - vuelvo a decir sacándole la lengua en modo de burla.

- Seré todo lo que quieres pero este papasito a ganado la apuesta - dice señalándose - y creo que cierta señorita me debe algo - me mira guiñandome un ojo.

- Yo no te debo nada - digo levantándome del sillón.

- ¿A no? - dice levantándose y dirige su mirada hacia mi - que sepa fuiste tú quien dijiste que el ganador - se señala- le pedía algo al perdedor - me señala y camina hacia mi.

Maldigo la hora en la que se me ocurrió eso...

- Esa apuesta la hubiera cumplido si no hubieses sido tan tramposo - digo caminado hacia la gran ventana de mi habitación.

- ¿Tramposo? Si eras tú quien me golpeaba y despistabas mientras jugábamos - dice riéndose y caminado hacia mi.

- No te golpeaba, tenías un bicho en la camisa - digo aguantadome la risa.

Claro que lo estaba golpeando para que perdiera.

- Recuerdo esa misma excusa que utilizabas cuando éramos pequeños y me golpeabas para ganarme en cualquier juego - dice riéndose.

¡MIERDA!

- Que me dejes, igualmente eres un tramposo - digo bufando.

- Una apuesta es una apuesta,no se pueden romper - dice cogiendome de la cintura y atrayendome a él.

Sentí mi corazón ir a mil al estar tan cerca de él, hacia años que no sentía este nerviosismo al estar a su lado, él me mira fijamente a los ojos y con sus manos en mi cintura hace pequeños círculos que hace que mi cuerpo se ponga aun mas nervioso.

- Y que-e-e qui-e-rees - intentó decir pero mi voz se esfuma al sentir su mirada en mis labios.

- Te quiero a ti,enana - dice y derrepente siento sus labios moviéndose sexualmente contra los míos, son tan carnosos que no puedo negarme a seguirle el beso. Juega con mis labios. Besa mis comisuras. Me besa sensualmente mi mandíbula y se va entendiendo hacia mi cuello. Vuelve a mi boca y roza mis labios con la punta de tu lengua hasta el punto de que nos quedamos sin respiración.

- ¡¿Pero que está pasando aquí?! - dice Teala en la puerta de mi habitación y haciendo que nos separemos.

Dios creo que la acabo de fastidiar.







Unknown → Cameron Dallas Where stories live. Discover now