*POV Lauren
No logré cerrar los ojos en toda la noche. Las horas pasaban lentamente mientras mi estomago me dolía conforme pensaba en Camila. Y lo cerca que estuvo.
Gruñí, dejándome llevar hacia atrás hasta caer en la cama, presionando una almohada contra mi rostro, en el intento de detener la voz irritante en mi mente.
Francamente, es imposible vivir así. Me senté, derrotada. El reloj prácticamente se burlaba de mi cara de espanto al ver que ya habían pasado las cinco. Hice las sabanas a un lado y, arrastrando los pies, llegué a la cocina. Preparé un café fuerte y abrí la puerta que me llevaba hasta el balcón. El viento helado hizo que me arrepintiera del acto en el mismo instante.
Me enfoqué en la ciudad, pocos autos pasaban por la calle, todo Miami parecía estar dormido, con la obvia excepción de mí.
Dejé de luchar contra el frío y entré al apartamento, bebiendo del café en mi taza. Inevitablemente los interrogatorios comenzaron en mi mente, con preguntas que se quedarán sin respuesta...será que Camila es consciente de cuánto la quiero!? De cuánto solamente su perfume me hace perder los sentidos!? Caray, siento una falta absurda de besarla.
Dejé caer la cabeza sobre el respaldar del sofá, cerrando los ojos por algunos segundos, realmente estoy cansada, mi cuerpo entero me pide dormir, pero simplemente no puedo. No con esta presión sofocante en el pecho.
Extrañarla me está matando.
*POV Camila
Después de la madrugada cubierta de lagrimas el brillo del sol era casi una ofensa. Suspiré, levemente molesta con el cantar de las aves, lo que predecía que el día de hoy va a ser complicado. Después de un momento, relativamente corto, de pereza, me obligué a salir de la cama, estiré los brazos y moví el cuello, aun con los ojos cerrados, antes de aceptar que no me puedo quedar escondida debajo de las sabanas para siempre. Bostecé, mientras preparaba un café fuerte que me ayudara a despertar de una vez, ya que el baño no fue de mucha ayuda, pasé la toalla por mi cabello húmedo, mientras ponía el líquido caliente y con aroma penetrante en mi taza.
Me senté de forma de indio en el sofá, soplando el café antes de beberlo. Respiré hondo, dejándolo sobre la mesa de centro de sala, gruñí, recordando que todavía necesito terminar la limpieza que comencé ayer. Lavé el poco de platos que habían quedado y subí a acomodar mi habitación. La cama me llamaba, pero resistí con valentía. Me senté en el suelo y abrí las gavetas de la cómoda, con una bolsa de basura al lado para desechar lo que ya no era necesario.
Pésima idea.
Tercer gaveta... Fotos. Alianza escondida. Recuerdos. Mis ojos se llenaron de lagrimas al ver nuestras sonrisas congeladas en algún lugar del pasado. Era mucho más fácil antes, cuando yo no tenía nada que perder. La siguiente fotografía era con Taylor y Drew, hace poco más de dos meses, una amarga sonrisa brotó en mis labios. Chistoso como las personas tienen el don de criticarte, pero cuando más necesito de un abrazo me encuentro sola en mi apartamento viendo fotos antiguas, no hace falta ser muy experta para darme cuenta cuál lado ellos decidieron apoyar. Siento que todos me están viendo como la villana de la situación, la idiota que dejó a la mujer de sus sueños por un estúpido trabajo.
Sí, pero ese trabajo es la única cosa realmente mía y hubiera sido mucho egoísmo optar por Lauren y dejar a los pacientes arruinar la clínica y a ellos mismos, así como privarla de tener la oportunidad de conocer a una mujer menos complicada que pueda dedicarse de cuerpo y alma a ella. Lauren merece eso, merece a alguien que pueda estar a su lado en todo momento y no solamente por las noches.
Pero por cuánto tiempo podré ser fuerte y resistir al impulso de ir tras ella!? según mis cálculos, poco...muy poco.
