Capítulo 11: "Alcohol imaginario"

30.2K 1.6K 200
                                    

«Amelí».

«Disculpa, ¿te conozco?»

«Y bastante bien diría yo».


—¿Lo de siempre?

—Si lo dices así parecerá que vengo seguido —le respondo a Alejandro.

—Solo quería ser amigable. —Sonríe con encanto.

—¿Qué te puedo ofrecer? —trato de decirlo como hombre—, eso suena mejor.

—He tenido problemas diciendo eso. —Niega con la cabeza—. Muchos novios celosos.

Asiento como si supiera de lo que habla.

—Linda, ¿qué puedo hacer por ti? —le sale una voz profunda que me pone la piel de gallina.

—Si tuviste problemas con lo otro, te caerán denuncias con esta. —Me río y bebo un poco del trago que me preparó, solo para disimular que no me han dado ganas de hacer cosas traviesas... con Jack, claro.

—¿Y si te lo digo solo a ti, lindura? —Se acerca y sonríe de lado.

—Ah. —Asiento—. Acabo de entender tu problema con novios celosos, no solo eres apuesto, también muy coqueto. —Niego con la cabeza y sorbo otro poco del dulce alcohol—. Terminarás metiéndote en problemas.

—Por suerte mía... —Se acerca aún más, apoyando sus codos en el mueble—. Aquí no veo a ninguno. —Sin disimulo alguno, me mira los labios.

Acabo la colorida bebida.

—Gracias por recordarme que no tengo novio. —Por alguna razón me río de mi desgraciada realidad.

Sonríe y se aparta para prepararme un nuevo trago.

—Sírvame un tequila en las rocas. —Alguien se sienta en el puesto vacío que tengo al costado—. Cárguelo a esta tarjeta—. Desliza una tarjeta negra bien fina y brillante, casi me quedo ciega de verlo—. E incluya la bebida de esta hermosa joven soltera.

Me atoro. ¿Acaso todos aquí saben que no tengo novio?

Miro al osado joven que ni se atrevió a disimular que espiaba mi conversación con Alejandro. Sus ojos verdes y cabellera igual de sedosa que la de Jack son suficientes para confirmarme que es alguien apuesto.

¿Acaso todos aquí son apuestos? ¿Este lugar está repleto de modelos?

Sí, parece que sí. No importa en donde mire solo veo gente hermosa. Por eso he notado que algo no encajaba aquí. Se trataba de mí.

—¿Viniste sola?

—Yo le hago compañía —contesta Alejandro antes de que yo pudiera hacerlo.

Intercambian miradas y sonrisas profesionales que podrían cegar a mortales como yo.

Ya había estado aquí antes, pero esta es la primera vez que alguien se me insinúa, sin mencionar la extra atención que recibo de Alejandro. ¿Cuáles son las probabilidades? ¿Hoy finalmente es mi día de suerte? ¿Sería raro que empiece a grabar? Es que nadie me creerá sin pruebas.

—Déjame invitarte otra copa —ofrece el joven al notar que ya la he vaciado, aunque ni cuenta me he dado—. Y mientras el cantinero lo va preparando, ¿por qué no me cuentas un poco de ti?

No me agrada este tipo, no cuando trata así a mi confidente, sin importar lo sexy que luzca.

—Ale, ¿podrías prepararme otra? —Acaricio su mano y le sonrío con amabilidad.

¿Me van a dejar hablar? [Presente MVDH #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora