El último tema || CAMREN

Capítulo 8.- Sorpresa.

                  

No quise seguir escuchando más y bajé las escaleras.

— ¿Qué dijo? —Blair preguntó desde la puerta, decidida a salir junto a Serena.

— Nada. Dijo que no se le antojaba nada —me encaminé a ellas. — Voy con ustedes. —No me molesté en preguntar si podía acompañarlas, necesitaba salir de ahí. No quería ver a Lauren en ese momento.

Caminamos por la banqueta que estaba junto a una carretera transcurrida. La tienda no quedaba tan lejos. Blair y Serena hablaban cómodas de algo que, sinceramente no recuerdo haber escuchado pues, yo iba concentrada pensando en las palabras de Lauren.

Mirando los coches pasar a una velocidad recurrente, mi corazón empezaba a dolor. No es como si estuviera enamorada de Lauren, pero me gustaba y me veía enamorándome de ella en un futuro. La cajera sabía mis intenciones desde un principio y supongo que se las dejé claras conforme pasaba el tiempo entre nosotras. Además, los besos que nos dimos no podían no significar nada, pero entonces ¿por qué dijo aquello? Las posibilidades no eran muchas.

Llegamos a la tienda y yo seguí inmersa en mis pensamientos, Serena me preguntó una cosa que no escuché y asentí sin saber la razón para que ella volteara al mostrador a pagar todo y salir de la tienda.

Cuando salimos, vi caminar a Lauren hacia nosotras.

— ¿Podemos hablar? —su voz suave y ligeramente avergonzada llegó a mis oídos cuando se posó frente a nosotras. — Dinah me dijo que subiste al baño para hablarme, cosa que no hiciste y creo que escuchaste algo que no querías escuchar.

— ¡Wow! ¿Tan importante te crees? —no iba a retener mi enojo.

— ¡Hey, Camila! No es lo que piensas. No de esa forma.

— ¿Qué debo pensar entonces? —Blair y Serena parecían no entender, y era obvio que no lo hacían porque no tenían idea de la "relación" que llevábamos ella y yo, y tampoco sabían lo que escuché tras la puerta del baño.

Blair empezó a caminar y con ella la rubia. Parecieron entender la incomodidad de que estuvieran ahí mientras peleábamos, y nos dejaron solas, aunque no era lo que yo quería.

— Vamos a caminar y puedo explicarte.

— No creo que sea necesario que me lo expliques. Las palabras fueron muy claras. —Seguí el ejemplo de las otras chicas para regresar al departamento.

— Te prometo que lo que dije no fue por mí. Erika no es el amor de mi vida, ni me da el mejor sexo.

— ¿Qué? —me detuve por la sorpresa. Eso no era de lo que yo escuché.

— ¡Joder! Qué lo juro. Ni siquiera llegamos a tener sexo.

— ¿De qué hablas?

— De lo que me escuchaste decir.

— Yo no te escuché decir eso.

— ¿Entonces que fue? —una cara confusa acompañó las palabras de Lauren.

— Nada que sea importante. —retomé el camino.

— Camila, dime que fue lo que dije para que te molestaras conmigo, porque si eso no fue, no entiendo que pudo ser.

— ¿Es en serio, Lauren? —no me molesté en mirarla mientras hablábamos. Mi mirada iba puesta al frente, ignorándola en una totalidad para poder visualizar cerca la entrada a mi departamento.

— Es en serio, Camila.

— Pues quizá puede estar relacionado con el hecho de que no te gustan las chicas.