Capítulo 11.- Afortunadas.

8.4K 546 242
                                    

Lauren y yo estábamos por cumplir un mes el día que visité por primera vez su casa.

— ¡Vamos! Sólo está mi mamá —me decía la cajera para convencerme de entrar.

— No. Dinah se preocupara y no tengo saldo para avisarle.

Ese día la había acompañado desde su trabajo hasta su casa.

— Puedes marcar desde mi casa y avisarle.

— ¡Tengo miedo, Lauren!

— Mi mamá no es mala.

— Pero me da vergüenza.

— ¡Vamos! Sólo estaremos un rato y después podemos irnos si quieres.

— ¿Segura que tu madre no va a querer interrogarme o algo? No estoy lista para eso.

— Segura —levantó su mano en señal de promesa.

Accedí a entrar.

Lauren me había invitado a su casa anteriores veces, pero me daba bastante vergüenza porque su familia siempre estaba ahí, a excepción de su padre que, trabajaba hasta las 21:00 horas.

— ¡Hola, mamá! —soltó mi novia cuando cruzamos la puerta.

— ¡Estoy en mi habitación, Lolo! —una voz se escuchó desde el segundo piso.

— ¿Lolo? —pregunté aún parada en la puerta ya cerrada.

— Así me dice mi familia. Un apodo.

— ¡Oh! —fue lo único que respondí.

— ¡Camila viene conmigo! —informó la ojiverde.

— ¡Oh Dios mío! —la misma sorprendida voz habló. — Ahora bajo.

Segundos después vi bajar por las largas escaleras a la madre mi novia.

— Entonces tú eres Camila —era una afirmación. Me tendió la mano.

— Sí. —estreché su mano —Un gusto conocerla señora, Jauregui.

— Lo mismo digo, Camila. Pasa, siéntate —me tendió la mano a la derecha para visualizar una pequeña sala.

Tres sillones cafés, con las paredes pintadas de color amarillo suave y una televisión sobre un mueble café, conformaban su sala.

— Gracias —dije, esperando Lauren pasara antes que yo, pero no fue así.

Cuando estábamos por sentarnos, un teléfono sonó y la madre de Lauren fue a otra habitación. Supuse que fue a responder.

— ¿Lo ves? No está tan mal —me dijo mi novia entre tanto nos sentábamos en el sillón de dos personas.

— Pero cuando vuelva seguro me interrogará.

— ¡No! Sólo quiere hacerte sentir cómoda con ella. Platicar para bajar tus nervios que son evidentes. —Empezó a reír.

La madre de la cajera apareció de nuevo.

— Camila, realmente me siento mal por hacerte esto, pero tendré que dejarlas por unos minutos —me dijo. — Lauren, debo ir al trabajo de tu padre a llevarle unos papeles. No tardaré mucho —¿advirtió?

— No hay problema —dije. Vi a Lauren asentir.

— Te quedas en tu casa, Camila. —Salió por la puerta con los papeles que había tomado del pequeño mueble que sostenía la tv.

Hubo un pequeño silencio. Lauren parecía haberse puesto incomoda y eso me hizo sentir de la misma forma.

— ¿Quieres un vaso de agua? —rompió el silencio.

El último tema || CAMRENWhere stories live. Discover now