Capítulo 2: Corazones debilitados

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Casi todos los miembros estaban en el gremio refugiándose de aquella inusual tempestad, nadie había notado la ausencia de 2 ciertas personas, bueno casi nadie...

-Gray y Lucy ya están de regreso, pero no veo por ningún lado a esos dos...- pensaba Mira algo preocupada.

Aún no comprendía porque ese par no aparecía todavía, hasta que vio una escena que le brindó todas las respuestas que necesitaba... Gray y lucy estaban más pegados de lo normal, ni siquiera era normal que esos dos estuviera tan juntos.

-Ahora entiendo todo...la ausencia de Natsu y Juvia, esta inusual lluvia... es reflejo de lo que siente Juvia en estos momentos, espero que esos dos no cometan alguna locura...sobre todo Natsu conociendo lo impulsivo que puede llegar a ser-

Estaba tan metida en sus pensamientos que no había notado la presencia de una pelirroja sentada en la barra que estaba a punto de explotar.

-¡Mira!- grito Erza sacando de sus pensamientos a la peliblanca.

-Llevo un buen rato aquí sentada y no me has traído el pastel que te pedí- dijo la pelirroja haciendo pucheros.

-Perdoname Erza, en un momento te lo traigo-

-¿Por que estas tan distraída? Pareces muy preocupada- decía la pelirroja con un gran trozo de pastel en su tenedor.

Mira sólo suspiro.

-¿Ya notaste quienes faltan?- pregunto mira.

Erza comenzó a observar detenidamente el gremio, estaba demasiado tranquilo...algo muy extraño; se extraño de no ver a Natsu o a Juvia por ningún lado, continuó con su observación y vio algo que la dejó extrañada y un poco sonrojada; Gray y Lucy se estaban besando...

-Con que eso fue lo que pasó, esto debe ser difícil para ellos, especialmente para el; era la primera vez que lo había visto así...tan ilusionado y emocionado- dijo algo triste la pelirroja

-Si...Erza, ¿Podrias buscar a Natsu y Juvia? Me preocupa mucho lo que vayan hacer, sobre todo el, es muy impulsivo y nunca ha lidiado con estos sentimientos- decía Mira con mucha preocupación en su rostro.

-Esta bien, pero quiero un pastel grande cuando esté de regreso- dijo levantándose de su lugar para dirigirse a la salida del gremio.

En otro lugar el silencio reinaba, sólo se escuchaban las gotas de agua aún presentes; ni un solo quejido o lamento había sido emitido por el pelirrosa aún en el suelo cabizbajo con sus cabellos tapando su mirar o la maga de agua con la vista pérdida en el cielo todavía de pie estática, ambos se encontraban totalmente perdidos, como si no estuvieran ahí...

-Juvia... Natsu- dijo la pelirroja en un susurro.

Erza se encontraba ya en el lugar, pero no sabía que hacer...sus amigos completamente devastados y destrozados estaban ahí, sin moverse o decir algo.

-Tengo que hacer algo, no puedo sólo quedarme aquí de brazos cruzados mientras ellos están ahí en ese estado- pensó Erza.

Decidió salir de su escondite desde el que los observaba, no soportaba verlos así, intento de una y otra forma de llamar la atención de ambos, pero ninguna sirvió...era como si los que estaban ahí no fuesen sus amigos, sólo unas cáscaras vacías.

Natsu sin aviso alguno se levantó del suelo, se dio media vuelta y se marchó sin dirigirle siquiera la mirada la pelirroja; ella decidió dejarlo tranquilo y quedarse a lado de juvia, la tomo de la mano y se dirigió devuelta al gremio con ella.

La lluvia no paraba, pero tampoco se hacía más fuerte...

-Vamos juvia...eres más fuerte que esto, no te dejes derrumbar por alguien asi- decía Erza mientras se dirigían a su destino, pero no hubo respuesta.

Al llegar al gremio todos se dieron cuenta de la tristeza de Juvia, a excepción de dos personas; pero decidieron seguir con sus actividades y dejarle el asunto a Erza y Mira.

Al llegar a la barra ambas magas tomaron asiento.

-¿Donde esta Natsu? Te dije que fueras por ambos Erza- dijo Mira un poco preocupada.

-Necesita tiempo a solas, debe calmarse o ¿acaso preferirías reconstruir el gremio desde las cenizas?- pregunto seria Erza.

-Es verdad...pero cambiando de tema, Juvia no se ve nada bien; pareciera que su mente no está aqui.- decía la albina mayor mientras observaba detalladamente a la maga de agua.

Juvia no hacía más que observar la barra directamente, cómo si fuera la primera vez que la viera; a su alrededor no había nadie, estaba totalmente...sola.

-Despues de todo el culpable de que ella esté así es...- la pelirroja se vio interrumpida.

-¿Quien es el culpable de que Juvia este así?- pregunto una voz bastante familiar.

Aquí está la siguiente parte, espero y la disfruten ;D.

Hasta la próxima, se despide su amigo Yost.

Opuestos (TERMINADA) Where stories live. Discover now