Capítulo 5: Sentimientos...¿verdaderos?

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-¿Que haces aquí?- dijo la pelirroja fría y sería.

Ella sólo quería que su amigo descansará después de todo lo que pasó y eso sería un problema si esa persona se quedara.

-¿No piensas contestar?-

El silencio seguía reinando, no se habían pronunciado mas palabras desde la pregunta de Erza, se podía sentir una tensión en el ambiente que casi era posible tocarla.

-S-solo quería saber si...su condición era grave- dijo cabizbaja.

-Esta bien, sólo son unos cuantos golpes, sobrevivirá- contestó más relajada la pelirroja.

-Me alegra saberlo- mencionó menos tensa.

El silencio de nuevo hizo acto de presencia en el lugar, nadie sabía cómo continuar la conversación, era un punto muerto.

-¿Realmente sólo has venido a eso...Lucy?-

La pregunta de la pelirroja desconcertó un poco la maga celestial, ahora ella misma se planteaba esa pregunta...¿solo había ido a eso?

-S-si...sólo estaba un poco preocupada por él, después de todo... es mi amigo- pronunció esto último con una voz apenas audible.

-¿Segura que sólo es eso, un amigo?- preguntó demandante de una respuesta la pelirroja.

La rubia no se esperaba la última pregunta de Erza, no sabía que responder ante ello, todo era demasiado repentino.

-S-si, ¿P-por que preguntas ese tipo de cosas?- preguntó nerviosa, no estaba lista aún para ese tipo de preguntas.

-Bien, entonces vamos a casa juntas- sugirió Erza de forma tranquila.

Lucy sólo asintió y se pusieron en marcha.

Aquella noche, ya en su recámara, la maga celestial sólo tenía algo pasando por su mente una y otra vez: ¿Segura que sólo es eso, un amigo?

Aquella noche fue una tranquila, pero no fue cualquier noche, fue una donde 3 magos aceptaban su propia realidad por muy dura que fuera. Una maga celestial de a poco se daba cuenta de lo que sentía realmente y dos magos opuestos al fin se habían resignado con sus respectivos amores.

Al día siguiente un pelirrosa se levantó mas temprano de lo usual, se sentía más liviano y aliviado, al parecer en aquella pelea logró sacar su frustración de alguna manera.

-Supongo que hay cosas imposibles hasta para mi...- decía desde su ventana, dejando que cada palabra se la llevara el viento.
-Por mucho que me haya lastimado no puedo dejar de quererla después de todo...pero aún así tengo que seguir adelante como siempre, sólo me queda rendirme- pensaba desde aquella ventana.

El mago se alistó para ir, iba caminando por la calle aún hundido en sus pensamientos...se detuvo en seco, sin saber exactamente como había terminado en frente de la casa de su compañera...lucy. -Supongo que algunas costumbres son difíciles de quitar...- Comenzó a caminar en otra dirección, sólo quería alejarse de aquel lugar.

Por la ventana de aquella habitación lo observaba una rubia sin lograr hacer algo, no podía.

-No se que hacer, ya no se si hice bien al aceptarlo...después de todo Natsu estuvo ahí, siempre para protegerme y alegrarme...- Poco a poco las memorias de sus aventuras con el pelirrosa venían a su mente, cada una dolía como si de una apuñalada se tratase. -Natsu...- Las lágrimas no se hicieron esperar, tampoco se detenían, aún no comprendía del todo por que le dolía tanto verlo alejarse sin mirar atrás.

El aroma a sal que provenía de la maga celestial comenzaba a invadir los sentidos del pelirrosa, estrujando su corazón con confusión y tristeza.

-¡Natsu!-

Se escuchó un grito que sacó al mago de su predicamento, aquella voz que lo atravesó sin dificultad alguna, aquella voz que lo congeló sin piedad...

-Luce...- el mago luchaba consigo mismo por no voltear y seguir con su camino, pero a cada segundo le parecía más dificil mantener esa idea y resistir.

-Esta justo detrás de mí... ¿porque está pasando esto?-

-Natsu yo....yo...- las palabras no salían de los labios de la rubia, no podía decir algo, simplemente no sabía que decir.

La situación se comenzó a tornar cada vez más difícil entre los dos, estaban en un callejón sin salida.

En ese momento, iban pasando Erza y Juvia en dirección al gremio y al observar aquella situación, la pelirroja sabía que nada bueno podría salir de ahí y justo cuando Natsu estaba por voltear...

-¡Natsu!- lo llamó la pelirroja. -¿Podrias acompañar a Juvia al gremio?- le dijo acercándose a el junto con Juvia.

Antes aquellas palabras el pelirrosa sólo asintió y retomó el camino al gremio junto con la peliazul. Estaba profundamente agradecido con ella, sentía que lo había salvado de la peor de las catástrofes.

-Lucy...- la pelirroja la atrapó en un cálido abrazo. -Desahogate, adelante- dijo con voz dulce.

Las lágrimas de la rubia comenzaron a salir en mayor cantidad junto con gemidos que reflejaban dolor y confusión, era como el llanto de una niña al perder a su cachorro, el motivo de su felicidad.



Disculpen la tardanza, pero estuve muy atareado últimamente.
Y pues ojalá les haya gustado el capítulo y nos leemos en la siguiente ;D

Opuestos (TERMINADA) Where stories live. Discover now