CAPITULO 16 ASALTO A LOS FORAJIDOS DE LARS

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PERSPECTIVA: Rozuel Drayt


Con una cortina de humo pestilente sobre un buen puñado de los forajidos en el prado, me centre en los arqueros que estaban en lo alto de la iglesia, corrí con cuidado subiendo la colina, desde aquí los arboles comenzaron a menguar en su número sobre el terreno elevado, elegí al que más cerca tenia para tomar cobertura antes de que mis enemigos notasen mi presencia y con el AK-47 en automático, di inicio a esta función.


Apunte viendo a través de la mira telescópica que hice para el rifle, si bien el aumento no era tan grande comparado a las miras empleadas en mi mundo, pero brindaba el suficiente zoom (aumento) para una óptima precisión, apreté el gatillo y mi arma se hizo sentir ante mis enemigos, logre abatir a dos de ellos acribillando sus cuerpo, pero al tercero aquel que estaba sobre la campana, logro tomar coberturas atrás del instrumento recibiendo solo un disparo en su hombro izquierdo, lo había dejado herido solamente.


—Maldición...


Maldije el resultado debido a que la razón de mi falla al matar a ese último fue que se me habían acabado las balas, mi error yacía en mi descuido por olvidar que usaba el mismo cargador que emplee cuando me defendí de esos lobos, tenía tan solo la mitad de munición (15 de 30 balas), un error bastante estúpido sin lugar a duda.


Tome cobertura y recargue el rifle con otro cargador del tipo normal, apunte hacia el campanario y dispare, las balas fácilmente podían travesar el metal oxidado de esa campaña por lo que ese arquero se confió demasiado al creer que podría eludir la potencia de mi arma con esa mediocre defensa.


Pronto un creciente número de bandidos mayor a lo visto con anterioridad sobre el prado salen de la cortina pestilente antes de su tiempo para disiparse, dispare a alguno de ellos logrando acabar con un buen numero, sin embargo me veo obligado a tomar cobertura al ser atacado a distancia por alguno de ellos quienes emplean pequeñas ballestas desde sus muñecas y arrojándome cuchillos con punterías casi certera (de hecho uno casi me rebana media oreja).


Me quedo sin balas y vuelvo a recargar, pero esta vez tengo en mente probar el nuevo tipo de munición, coloco en el rifle un cargador con munición incendiaria y decido probar su letalidad en un combate real, disparo y las primeras balas en atravesar carne y tejido dejan un daño extra en forma de ardor en llamas sobre mis enemigos.


Aquella que impactan en los bandidos y se quedan en su cuerpo la tienen peor, pues desde adentro las balas se encienden como una pequeña antorcha quemándolos desde su interior, el agonizante gritos de las víctimas que lo padecía era prueba suficiente de cuanto sufrían antes de que la muerte calmara su agonía.


Un mago de entre el grupo de bandidos logra repeler con éxito y suerte las tres últimas balas incendiarias del cargador con un escudo para defender a los suyos, aunque la última había logrado pasar su defensa atravesándole en su trayectoria el tobillo derecho lo que hizo perder su equilibrio y dificultando su efectividad de combate.


—El siguiente...


Use las balas incendiarias y ahora era el turno de la eléctrica, coloque el cargador en el rifle y dispare a matar teniendo cuidado de las flechas y cuchillas de mis enemigos, aquellas que impactaron en los bandidos y continuaron respirando, comenzaron a hacer padecer efecto repentino de la munición, los movimientos de su cuerpo se vieron entorpecido por la electricidad provocada de los proyectiles en su interior.

Metalord RevolutionWhere stories live. Discover now