1. ¿Nervioso?

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YoonGi se encontraba en ese pequeño estudio de grabación que con mucho esfuerzo había logrado tener junto a NamJoon. La música siempre había sido lo suyo, más que solo rapear, le gustaba inspirar a las personas con sus letras y sus melodías. Podía quedarse ahí hasta que la luz del amanecer hiciera estragos con su vista y él sería feliz porque hacer eso era lo que le daba significado a su vida.

Hacía unos años que había abandonado su ciudad natal en busca de su sueño. De niño se decía que algún día haría sentir algo en el corazón de las personas que llegaran a escucharlo y se repetía así mismo ese sueño todos los días, cuando se ponía frente al computador y el micrófono. Amaba eso, no se visualizaba haciendo algo que no fuera música, nació para crear arte y eso... pronto todos iban a verlo.

El chico en frente de él, se vestía con respiración acelerada mientras sonreía pícaro y se mordía los labios en un intento de no reír. Rémi, un chico francés que estaba en Corea por un intercambio estudiantil, solía venir de vez en cuando al estudio ya que también estaba interesado en la música y había conocido a YoonGi hacía un par de meses atrás en una discoteca.

-Joder – empezó el francés con un acento muy marcado- si me sigues viendo se esa manera, tendré que sentarme en tu regazo otra vez - YoonGi lo veía vestirse, con una mirada pervertida y llena de deseo, casi sintió su polla calentarse al ver los chupetes en el cuello del pelirrojo.

-Ven y siéntate de nuevo... no muerdo – dijo seguro de sí mismo palmeando sus regazos, su bragueta aún seguía abierta y se mordió el labio cuando vio al chico sonrojarse. "¡Era una puta y aún se sonrojaba!" Pensaba divertido el rubio, eso era lo que hacía que aún siguiera permitiendo que el extranjero llegase al estudio, que sabía cómo volverlo loco con esas finas caderas pero tenía la osadía de fingirse inocente una vez que aquello había pasado.

-No me tientes... sabes que mañana tengo examen, no puedo demorarme más – dijo poniéndose la camisa, YoonGi sonrió victorioso al ver que la entrepierna del chico parecía estar reaccionando.

-Está bien... suerte con eso – dijo, porque sabía que en verdad debía irse y también porque era hora de llamar a NamJoon . Este se despidió de YoonGi con un rápido beso y salió a la fría noche, dejando a YoonGi solo de nuevo.

Limpió el desorden del pequeño estudio y permaneció unos minutos en absorto silencio, repasando mentalmente las rimas de la canción en la que estaban trabajando. Eran poco más de las 2 de la mañana, su estómago rugía del hambre ya que no había comido nada desde el almuerzo y su cuerpo le estaba pasando la factura.

Dentro de poco lanzarían un álbum, creado en su totalidad entre él y NamJoon y entonces, la no muy buena situación económica en la que ambos se encontraban, iba a tener posibilidades de mejorarse, así no tendría que regresar a esa cafetería de nuevo, donde su jefe no le pagaba lo justo y las viejas ricachonas (y algunos viejos) intentaban comprar la hermosa sonrisa del mesero con propinas que rara vez aceptaba, pues sabía las intenciones.

También estaban trabajando especialmente en una canción de ese mismo álbum, con la cual esperaban darse a conocer un poco más en esa industria creciente que le hacía competencia al kpop dominante; iban a hacer un video musical – algo poco elaborado, dados sus recursos – de la misma y esperaban que esto hiciera que más personas buscaran adquirir su material.

Llevaba un par de años haciendo música junto a NamJoon, ambos tenían trabajos humildes y vivían juntos para poder costear los gastos que conllevaba vivir en una de las ciudades más globalizadas del mundo, Seúl.

-¿NamJoon? sí, soy yo... ¿ya estás durmiendo? – dijo a través del teléfono. Su estómago volvía a hacer ruidos extraños por el hambre; cuando se concentraba demasiado en algún proyecto, solía olvidarse del mundo externo, así que comía solo cuando su cuerpo le avisaba que ya no podía seguir aguantando – ¿no estás?, ¿en un bar? – cuestionó - Aja, sí... lo que sea está bien, sabes que no soy delicado... bueno, oye pero que no se te ocurra traerlo, sabes que le da por tocar todo y joder, no me gusta que toquen mis cosas, acuérdate que la vez pasada casi rompe el micrófono... está bien, aquí te espero.

Insulin by Mink (NamGi)Where stories live. Discover now