5. ¿No era posible, cierto?

2.7K 282 44
                                    

"¿Vas a sentarte?" había preguntado pero YoonGi no sabía qué debía hacer. Quería seguir tocándolo, quería sostenerlo fuerte y besarlo, poseerlo en todos los sentidos y quería que NamJoon lo aceptara por completo... Pero Nam estaba algo drogado, quizás muy drogado como para analizar bien lo que estaba haciendo.

Una punzada en su pecho hizo que volteara a ver a ese chico con ojos dilatados, de rodillas, justo a sus pies, luciendo tan vulnerable, tan deseable que todo su cuerpo ardía con solo mirarlo.

Sin embargo,  su estúpido corazón seguía sintiéndose inquieto. No podía obviar el hecho de que si SeokJin no hubiera puesto algo raro en su bebida, NamJoon nunca hubiera siquiera volteado a verlo de esa manera. Rayos, todo era culpa de Jin, si no hubiera venido con su licor, YoonGi no estaría en esa posición tan complicada... Seguiría lamentándose por la pérdida de lo que no posee, pero no estaría decidiendo continuar con algo que bien podría arruinar su amistad y de paso, gran parte de la vida de YoonGi.

-Creo que estás demasiado drogado - dijo, podía sentir como su corazón dolía - tan drogado que talvez ni siquiera recuerdes lo que acabas de hacer, Nam.

-Hyung, te dije que sé lo que estoy haciendo, no tienes que preocuparte por nada - dijo  y lo vio  intentar  levantarse del suelo, sus pies parecían  inestables y con temblorosas manos, se apoyó en sus  muslos  para levantarse de una vez por todas. YoonGi sintió fuego donde sus  manos hacían contacto.

- No voy a hacerte daño - susurró al fin, se suponía que no debería continuar con eso, pero quizás esa sería su única oportunidad de tener a NamJoon al menos por unos instantes.

YoonGi se sentía tan patético en ese momento.

Nam no respondió y el rubio inhaló fuertemente cuando su adorado dongsaeng se colocó con muchísima precaución en su regazo. La vista casi hizo que se corriera, su miembro dolía y pedía ser aliviado, pero trataba de controlarse, de disfrutar un poco más de lo que no tendría en ninguna otra oportunidad. Suprimió los deseos de seguir masturbándose y centró su total atención en el cuerpo del menor.

NamJoon era simplemente imponente. Su delgado pero proporcionado torso pedía a gritos que YoonGi le quitara la ropa y sus ojos brillosos eran hermosos, aun si brillaran por el alcohol. Tragó grueso y se atrevió a soltar su miembro, cuando pensó que ya no se vendría en cualquier momento.

Su dongsaneg  aún tenía toda su ropa y el rubio seguía con su entrepierna expuesta. Nam se acercó lo suficiente como para rozar solo un poco esa parte sensible en el mayor, tuvo que abrir un poco sus largas piernas pero al fin YoonGi sintió su delicioso trasero reposando en sus muslos.

Con manos temblorosas, YoonGi acarició  los muslos de su amigo, subiendo lentamente  y tragó grueso cuando por fin  desabotonó el pantalón del menor.  Podía notar lo duro que estaba NamJoon y se lamió los labios con anticipación a lo que encontraría detrás de las prendas.  No era la primera vez que lo vería desnudo,  pero definitivamente sería la primera vez que iba a ver directamente su erección. YoonGi quiso reír amargamente por lo pervertido que estaba siendo. Deseaba tocarlo, lamerlo, chupar cada parte de su cuerpo, quería tener la posibilidad de hundirse entre esas gloriosas piernas y demostrarle con todo su entusiasmo, simplemente cuanto le gustaba.

Con nerviosismo, dirigió sus manos hacia el menor, maldijo cuando sintió  el miembro erecto del menor por fin en su mano  y se deleitó con la reacción de su amigo al acariciarlo de arriba hacia abajo,  con cautela. Amó verlo arrrugar sus cejas con los ojos cerrados y levantar ligeramente sus caderas, buscando más contacto.

YoonGi tuvo que controlarse y obviar la presión en su propio miembro, fuego lo recorría y sin analizarlo, acercó más  a su dongsaeng, atrayéndolo de su camisa  y besándole el cuello  con necesidad. Su cuerpo entero sintió la cercanía del orgasmo a escasos segundos, se avergonzaba de ser tan débil,  pero había deseado a NamJoon  y con tanta necesidad,  que con cada movimiento que hacía  en la polla del menor , su propio  orgasmo se volvía cada vez más inevitable.

Insulin by Mink (NamGi)Where stories live. Discover now