10. ¿Confías en mí?

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Su mano hormigueaba y no supo qué decir o hacer. No había nada de malo en esa acción, NamJoon solo se había levantado la camisa, dejándole ver su apetecible abdomen a solo centímetros de distancia. No había nada extraño en eso, el chico solo había tomado su mano con fuerza y la había guiado hacia ese torso, había cogido sus flacos dedos y los había obligado a tocar la tinta que se esparcía por el área de la cadera izquierda.

-¿Crees que he hecho algo estúpido? – dijo el menor. Este lucía bastante serio y enojado a la misma vez. Nam mantenía los dedos de YoonGi presionados sobre el pequeño diseño y aunque la piel estaba roja por la irritación, al chico no parecía molestarle el contacto.

YoonGi lo miró a los ojos por un segundo y luego miró el diseño de nuevo. Un hermoso tatuaje de unos 12 centímetros se extendía por su piel, el área era ocupada por un diseño algo extraño que envolvía hexágonos y dentro de los hexágonos, distinguió un árbol robusto. Tragó grueso, a YoonGi siempre le habían gustado los tatuajes mas nunca había considerado hacerse uno y jamás había pensado que NamJoon se haría uno, o al menos, no que lo haría sin siquiera comentárselo… era… miró con detenimiento el tatuaje y luego vio lo cerca que estaba de su ombligo y luego también notó la pretina negra sobresaliendo de la línea de sus pantalones.

La imagen ante sus ojos era sexy y no ayudaba en absolutamente nada, que NamJoon estuviera tan cerca de su cuerpo  y que sus dedos estuvieran rozando una piel tan exquisita.  Tampoco ayudaba en nada que su dongsaeng sostuviera su camisa en alto con una mano mientras exponía su abdomen, luciendo incluso algo inocente  y absolutamente hermoso, como ninguna otra persona que YoonGi hubiera conocido.

-Creo que te has hecho la cosa más provocativa y excitante  que he visto en toda mi  vida – dijo, anonadado con la presencia de NamJoon, sintiéndose realmente afectado al verlo exponerse así frente a él. YoonGi sintió escalofríos en su espalda y un calor que subía desde sus muslos se extendió hasta el pecho. Pero… un momento… ¿qué mierda había dicho?, ¿en serio había dicho eso es voz alta?

Se puso extremadamente rígido y su corazón comenzó a latir con extrema fuerza. Él no pudo haberle dicho eso a NamJoon, no pudo haber sido tan idiota y casi sintió desfallecer cuando Nam soltó su mano lentamente, apartándola de su piel. YoonGi no fue capaz de voltear a verlo a los ojos, solo podía escuchar los latidos lastimeros de su corazón y pensaba en lo estúpido que había sido.  Su rostro palideció y se convenció para  voltear a ver a NamJoon, ¿aún podía arreglarlo, cierto? ¿Podría decir que solo estaba bromeando, que no pensaba eso y que por supuesto, no deseaba poseerlo en ese momento, verdad? NamJoon lo miraba fijamente, estaba igual de rígido que él, extremadamente serio  y ni siquiera parecía acordarse de que aún mantenía su camisa levantada con una mano.

-¿Por qué estás excitado? – dijo y YoonGi sintió como si un balde de agua fría cayera sobre su espalda. No se molestó en comprobar su estado, de pronto fue consciente de la presión que ejercía su pene excitado contra su bóxer y odió recordar que andaba vestido con un deportivo flojo y que probablemente eso lo hacía más evidente.

La  voz de NamJoon sonó extraña, ronca y algo asustada… lo había arruinado, YoonGi lo había arruinado por completo. ¿Cómo iba a explicar su reacción sin lucir como un traidor y pervertido? Evadió su mirada, mirando de nuevo hacia el frente y encontrándose con la morena piel de nuevo… sintió hambre y no era correcto querer comerse a alguien a  quien llamaba amigo.  Percibió nítidamente  la presión en su ropa interior, el cosquilleo en su parte baja y la sed en su garganta, estaba mal sentirse de ese modo, pero no podía pensar en otra cosa que no fuese NamJoon y la verdad sea dicha, YoonGi estaba cansado de sentirse de ese modo.

Si fuese cualquier otra persona, YoonGi no lo hubiera dudado ni un segundo, si hubiera sido cualquier otra persona, esa persona ya habría caído ante YoonGi, habría caído con sus palabras y con su linda cara, habría caído tan rápido que YoonGi no tendría si quiera tiempo de disfrutar el reto y menos la victoria.  Pero no había tal persona, era NamJoon y eso bastaba para hacerlo entrar en pánico en ese momento.

Insulin by Mink (NamGi)Where stories live. Discover now