La alquimista... ¿Escarlata?

3.9K 271 54
                                    


El estar a punto de recibir un título como alquimista estatal era algo que sin duda te hacía sentir alegre, te hacía sentir satisfecha contigo misma y es que nadie hubiera creído que esa florista que todo el día tenía la nariz metida en un libro llegaría tan lejos, es decir... Nadie, excepto tú...
Si algo habías aprendido en la vida era que el que persevera alcanza, y tú te habías esforzado tanto y todo había valido la pena, estabas a punto de recibir tu reloj y tu título, más feliz no podías estar.

Caminabas con pasos firmes hasta la oficina de aquel que te entregaría lo que ya te pertenecía, te veías decidida, parecías estar llena de fortaleza... Hasta que se abrieron las puertas de aquella oficina que marcaría un antes y un después en ti. Tus piernas empezaron a temblar, tu gesto de seguridad se debilito y tus mejillas se sonrojaron, no podías creer lo que veías en frente tuyo, más bien a quien veías... Roy Mustang. Tal vez se habían topado antes en distintos lugares pero estabas tan ocupada procurando pasar las pruebas que ni atención le habías prestado, pero ahora estabas frente a él, a solas.

Antes de desear ser una alquimista tú le habías visto un par de veces, sobre todo en la florería cuando él iba a comprar algún ramo de flores o algún otro arreglo para sus "conquistas", eso tú lo sabias muy bien, sabias que él era un mujeriego, pero no era como si te importara realmente, tú sabias que un hombre como él era inalcanzable para ti y al final solo te bastaba con mirarle y escuchar su voz, porque eso sí, él era el único que podía hacer que dejaras un libro a un lado.
Te habías equivocado, el estar a punto de recibir un título como alquimista no era lo mejor que te había pasado en el día, lo mejor era el poder intercambiar unas palabras con el pelinegro... Las formalidades... ¡Se te había olvidado por completo la formalidad! Te habías quedado como tonta mirándolo casi babeando, si no te expulsaba de su oficina por eso de seguro lo haría más tarde por acoso sexual, sonaba tonto, pero desde donde estabas podías oler su dulce aroma y te preguntabas si podrías pedirle que se quitara el uniforme para olfatear si de allí venia el aroma, o para algo más... Y ¡Maldición! De nuevo el color rojo en tus mejillas. Respiraste profundo y echaste tu cabello hacia atrás de los hombros, intentando disimular, por último pasaste saliva antes de comenzar a hablar, o intentar hacerlo...
El hombre fue el primero en tomar la palabra, pronunciando tu nombre sin ningún tipo de carisma, seguido por tu título "La alquimista _________". Se puso de pie para poder salir de detrás del escritorio, tomando unos cuantos papeles mientras lo hacía, se posó en frente tuyo, estando tan cerca podrías apreciar detalles que antes no habías tomado en cuenta, por ejemplo el color de sus ojos negros que eran tan oscuros que te podías reflejar en ellos, también él era un poco más alto que tú y tenías que elevar tu mentón para poder observarle bien, así de cerca parecía aún más atractivo y oler aún mejor.... ¡Y Joder! Ese color rojo se hacía presente una vez más, ahora si era imposible el que no lo notara
-Escarlata....- de los labios del más alto salió esa palabra
-¿Ah? - preguntaste, confundida, al menos el calor de tus mejillas comenzaba a bajar
-El color de su cara señorita... Es escarlata-
Y de nuevo ese inevitable color, solo querías cubrir tu cara, lo único que querías era que nadie te viera así, mucho menos él....


La Llama De Nuestro Amor (Roy Mustang X Reader).Where stories live. Discover now