Lluvia y flores.

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...Flores...

...El desconsiderado quería que fueras a comprar flores...

¿Ese debía ser considerado un trabajo verdadero? Pues en realidad sólo te había llamado a ti por que tú eras aquella que conocía esas flores que le gustaban a cierta persona... Eso debería ser considerado malo pero bueno a su vez, tal vez sentías un poco de celos, eso era algo que no valía la pena ocultar, después de todo tú también gustabas de ese hombre de cabello negro que solía frecuentar la florería en la cual trabajabas, pero... Eras sólo su subordinada también, nada más que esto... Y el que te considerara la persona adecuada para llevar a cabo este "trabajo" te decía que al menos te tomaba en cuenta.

Vistiendo con ese uniforme azul habías salido de aquel edificio apenas el te había indicado que era lo que quería...

...Tulipanes... Lo que él quería era una docena de estos antes de salir a su cita... Oh... Si de alguna manera el supiera que tú también gustabas bastante de estos.

Era tarde y tu turno estaba ya por terminar, sólo faltaban unos 45 minutos, lo cual era tiempo suficiente para que fueras a comprar estas flores y volvieras con ellas, así Mustang las recibiría y podría ir a su cita.

Mientras ibas por la ciudad entre el ruido de esta misma escuchabas el taconeo de tus zapatos, junto a esto las diminutas gotas de lluvia que caían sobre tus hombros y lo silenciosa que podían llegar a ser esas calles a veces, sólo era un atardecer normal en esos días entre el trabajo y las actividades de algunas otras personas. Diste vuelta en una esquina para poder llegar a la florería, sonriendo apenas viste esta y caminando hacia ella, ya sólo era necesario comprar la docena de tulipanes para entregárselos a tu jefe y posteriormente salir del trabajo. Al final no iba a ser un día tan extraordinario como tú hubieras creído.

Con una sonrisa saludaste al joven que se encargaba de atender aquel lugar, haciendo tu pedido y recibiéndolo unos minutos después, agradeciendo mientras pagabas para posteriormente no poder evitar el acercar estas flores a tu pecho e inhalar un poco el aroma de estas, sin duda eran agradables, y, aunque no gozaban de un perfume fuerte o algo similar era bastante bueno el sentir en tu nariz ese olor que desde hacía tiempo atrás no sentías, que si tu decisión hubiera sido preferirías volver a este lugar, volver a disfrutar del aroma y la humedad de las plantas, el perfume de las flores y todas estas cosas que habían hecho tu trabaja tan único y mejor que separar y ordenar...

Con la docena de tulipanes entre tus brazos y la nostalgia que parecía no querer marcharse diste la vuelta de nuevo hacia tu trabajo, las gotas de lluvia que anteriormente habrían sido sólo rocío estaban tomando más fuerza y algunas personas conscientes de esto comenzaban a dispersarse.

"Es sólo lluvia" pensabas "No puede ser tan mala..."

Con las personas que iban volviendo a sus casas la lluvia se iba haciendo más fuerte, pequeñas gotas que cada vez dejaban una marca más grande en el piso, pequeñas gotas que de a poco se iban haciendo más gruesas y pesadas... Gotas que te hacían tener un paraguas a la mano, algo con que cubrirte a ti o a los tulipanes.

Como la lluvia se iba haciendo más fuerte y tu trabajo quedando tan alejado tu perseverancia para llegar hasta él y poder entregarle las flores a Roy era más, completamente decidida a que debías hacer algo bien por él, después de todo ese era el primer trabajo "real" que el de cabello negro te asignada a ti, no podías decepcionarlo, claro que no.

La lluvia era más, en un esfuerzo máximo estabas abrazando el ramo de doce tulipanes a tu pecho para evitar que se mojara así como había ocurrido con tu cabello. Tus zapatos con tacón antes tan bonitos ahora mojados por esa agua sólo hacían que tuvieras que caminar con cuidado para no tropezar y tu dignidad... ¿Dónde estaba esta? ... Tal vez allí estaba... Tal vez no... Después de todo andabas por la ciudad intentando proteger unas flores para entregárselas a tu jefe y que enseguida este fuera a dárselas a su cita, probablemente a una mujer atractiva como las que gustaban de él...

Te detuviste al pensar en ello, frunciendo el ceño y dándote cuenta de lo mojadas que ya estaban tus ropas, ni que decir de tu cabello, tu espalda y tus hombros cubiertas por estas gotas de lluvia.... Miraste a los doce tulipanes, necesitabas buscar refugio antes de que se arruinaran, pero a la vez necesitabas llegar a tiempo para entregarlos...

¿Valía tanto la pena en realidad?

La Llama De Nuestro Amor (Roy Mustang X Reader).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora