Con los motivos inadecuados.

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-... Coronel estúpido, ¿Qué se está creyendo? ¿Qué puede hacernos perder nuestro tiempo sólo porque tiene una simple gripa?-
-He... Hermano... No hables así del coronel...-
-¡Pues es un idiota, Al! ¡Sólo un idiota saldría a la lluv...!-
-Mmn... Chicos... Sigo aquí...- arqueando una ceja interrumpiste lo que parecía ser una discusión entre los hermanos Elric, los dos habían estado con eso desde hacía un buen rato y en camino a casa del coronel, tú, que caminabas detrás del pequeño muchacho y su hermano menor dentro de aquella enorme armadura no hacías más que escucharlos, escuchar a Edward quejándose de Roy y entonces casi seguido de eso escuchar a Alphonse pidiéndole que no lo hiciera... Eran increíbles ese par, pero bueno, no podías esperar menos del tipo que había hecho una rabieta porque en un primer momento lo habías confundido con su hermano menor, creyendo que el tipo en la gran armadura era en realidad el tan famoso "alquimista de acero".
... Les apreciabas, al igual que todos y cada uno de los miembros del cuartel habías aprendido a apreciarlos.
Edward volteó para mirarte sobando su nuca con una sonrisa nerviosa, parecía que había olvidado que eras tú la que realmente había salido a la lluvia torrencial primero.
-Lo lamento, _______...- Se disculpó el rubio, como si esto fuera necesario, volviendo su mirada hacia el frente apenas había hecho esto, sus pasos eran largos considerando lo cortas que eran sus piernas -... Es sólo que ese coronel Mustang es un verdadero im... -
-¡Hermano!- Alphonse le interrumpió, parecía que otra vez iban a empezar con todo eso -... Para de insultar al coronel, asustarás a _______...- su tono de voz, aunque calmado demostraba que de alguna forma si estaba preocupado por asustarte.
-Oh, descuida Alphonse... Está bien, tu hermano sólo se está expresando así que está bi... ¡Oh!- hablabas con calma, eso hasta que lo único que había salido de tus labios era ese sonido de sorpresa, esto a causa de que ya habían llegado al lugar en el cual vivía Roy, quizás antes de lo esperado, quizás en el tiempo justo, no podías saberlo, demasiado distraída con la conversación de los hermanos Elric como para darte cuenta en realidad.

Siguiendo a ambos chicos terminaron por quedar al pie de la puerta, tú detrás de ambos mientras Edward utilizaba la llave que le habían dado en el cuartel para poder abrir la puerta. Finalmente, la puerta había sido abierta y sin ningún sonido aparente dentro del lugar el que ustedes pasaran había quedado completamente a su decisión.
-Bien... Vamos...- Edward fue el primero en hablar, poniendo ambas manos en sus caderas y mirando hacia arriba dando una mirada apreciativa a todo eso -Dame los papeles que el coronel nos pidió, Al... - La seguridad se reflejaba en su forma de estar de pie y todavía más en cada una de sus palabras, así hasta que.
-Eh... Hermano... - El chico en la gran armadura con su suave voz fue respondiendo.
-¿Si, Al?- el rubio se giró poco a poco para mirarlo, no le gustaba ese tono de voz tembloroso que estaba usando y sentía nada bueno podía salir de él... Entonces lo notó... Alphonse no estaba cargando nada en sus manos.
Abrió sus ojos y boca en una expresión casi cómica, intentando formular palabra alguna hasta que...
-Va... ¡Vamos!... ¡Tenemos que darnos prisa!- exclamó este mismo chico antes de tomar la mano enguantada (al igual que la de él) de su hermano menor y salir corriendo con él.
... Vaya... Que ese chico tenía mucha más fuerza de la que en un principio aparentaba, tan sólo bastaba con ver sus piernas corriendo a toda velocidad con Alphonse detrás...
... Quizá podía ser una mentira, pero estabas segura de haber escuchado la voz de ambos al pedirte disculpas, uno de ellos llamándote por tu nombre mientras el otro utilizaba tu título como alquimista, seguido de esto el que antes de salir corriendo como un loco el mayor de los Elric te pidiera que te hicieras cargo del coronel aún si fuera por un rato.

Suspiraste, pasando y cerrando la puerta con cuidado detrás de ti, eso recordando un poco de todos los eventos que te habían hecho terminar allí, para empezar, estaba el hecho de que tras esa noche en la que tú habías decidido llevar las flores para Mustang a toda costa él había enfermado... Una simple gripa, meramente, pero quizás algo que iba mucho más allá de eso pues dada su condición no había podido ir a trabajar... Lo que no le impedía llevar el trabajo hasta su casa, pidiendo a los hermanos Elric le llevaran un par de cosas hasta su casa... Papeles entre otras cosas que al parecer, y por irse quejando durante todo el camino (aunque sólo en el caso de Edward) , habían olvidado... Lo que básicamente había hecho que tú terminaras allí en su casa con el coronel enfermo esperando que los Elric llegaran después de que tú ya antes y preocupada por la salud del de cabello negro te ofrecieras a acompañarlos u "escoltarlos", en otras palabras.
Volviste a suspirar dando un par de pasos dentro del domicilio, los hermanos Elric sí que eran todo un caso. Siendo la primera vez que estabas allí, no sabías mucho lo que podías hacer, pues para empezar ni siquiera sabias dónde estaba la habitación de Roy... O al menos eso hasta que, antes de dar otro paso, lo escuchaste.
Su voz sonaba débil detrás de una puerta a unos pasos de donde tú estabas, no sólo eso, que no era como si hubiera hablado, pues aquello que habías escuchado sonaba más como un quejido.

-¿Coronel?- tu tono de voz era bajo mientras ibas rumbo a este lugar, tus pasos por un momento se escuchaban tan pesados hasta que en algún punto habías llegado a esta puerta, girando la perilla con cuidado y despacio por igual -... Pido permiso para pasar, coronel... -
Ni medio segundo pasó antes de que la puerta fuera abierta y tú introdujeras el pie, dando el primer paso dentro de este lugar, así como mirabas.
... El hombre de cabello negro estaba acostado sobre la cama con una sábana encima de su cuerpo cubriendo la mitad de este, encima de su frente había una tela blanca, probablemente algo que estaba usando para bajar su fiebre, y, a causa de esto sus ojos estaban algo cubiertos.
-¿Coronel Mustang?- pronunciaste despacio, parecía que estaba dormido... O al menos eso parecía...
Levantó su mano, quitando lo que cubría sus ojos y enseguida mirando hacia a ti, algo débil, en verdad parecía verse mal.
-¿Alquimista escarlata...?- sonrió un poco.
¿Quién lo diría? Que eras tú la que se había expuesto a la lluvia y era él el que se había enfermado debido a esto.




|| Notas del autor:

¡Hey, hola! Así que... Esta actualización tardo más de lo esperado y es que tuve una serie de problemas con el celular en el cual la empecé a escribir...Lo lamento.

¡Espero, con muchas ansias, esté resultando de su agrado! Muchas gracias a todos aquellos que me leen, agradezco muchísimo el que me regalen un poco de su tiempo. :'3

¡Saludos! ¡Muchas gracias por la paciencia! ¡Espero de todo corazón tengan un gran dia!

La Llama De Nuestro Amor (Roy Mustang X Reader).Where stories live. Discover now