Decisiones equivocadas.

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"Sí, coronel... Soy yo..."
... Y la sonrisa en tus labios había sido por igual inevitable.
. . .
Había pasado un rato desde que habías llegado a aquel lugar, tras haber preguntado por la salud de Mustang y haber pedido disculpas una y cien veces... Tal vez menos, tal vez más... Que ya habías perdido la cuenta, simplemente te sentías culpable y querías hacer algo para "compensarle"... Después de todo no había salido a la lluvia por "cualquier cosa", él había tenido un motivo... Y ese motivo habías sido tú...
... Tal vez por eso habías pedido acompañar a los Elric apenas se había presentado la oportunidad...
... Lo menos que podías hacer era "cuidar" de Mustang... Porque claro, incluso si los hermanos no olvidaban los papeles tú hubieras pedido quedarte.

... Y allí estabas, intercambiando un par de palabras con él mientras ambos estaban a la espera de los hermanos Elric... Tal vez y tal como creías estar a solas con el coronel, enfermo, no era tan bueno o tan malo... Pero claro que había cosas buenas en todo eso... Por ejemplo, habías entendido un poco sobre el porqué de los "insultos" de Edward hacia Roy durante su camino hasta ese lugar, y era que ese "¿Qué dices que hizo el enano esta vez?" que había dicho cuando le habías dicho que se habían olvidado del informe no dejaba mucho a la imaginación... Bueno... Que también era un poco gracioso, sólo pensar en Edward molestándose por ese tipo de comentarios hacia su estatura con un "¡¿A quién le llamas enano, coronel de pacotilla?!" o algo así te hacía reír un poco... Los dos se llevaban así, meramente así era y no podías hacer mucho para detenerlos o hacer que siguieran... De todos modos no era como si quisieras o fueras a hacer cualquiera de estas dos cosas... La relación de esos dos, con toda esa confianza, parecía estar por demás bien.
... O al menos no se odiaban.

-... Gracias por estar aquí, _________...- sacándote de tus pensamientos él dijo, eso después de que tú al imaginar tan chusca situación te hubieras quedado callada... ¿Acaso él lo había notado? ¿Era que te habías reído en voz alta? Tal vez... ¿Eras más obvia de lo que creías?... Eso podía significar también que él sabía lo que sentías, ¿O no?... Tus sentimientos... Todas esas cosas... Decidiste abrir tu boca antes de que el "escarlata" se apoderara de tu rostro y por tanto fueras a hacer o decir alguna imprudencia.

-Je... No es nada, coronel Mustang... Es lo menos que podría hacer por usted... Ya sabe... Es mi culpa que usted esté as... -
-No lo diga de nuevo alquimista escarlata... - Sentado sobre la cama con la sábana todavía cubriendo la mitad de su cuerpo te interrumpió, mirándote fijamente con aquellos ojos tan oscuros, a ti, que estabas sentada a un lado suyo en una silla que habías arrastrado hasta ese lugar.
-Lo... Lo sien... -
Estabas a punto de decir, mas, él nuevamente te arrebató la palabra... Y con palabras tan ciertas que eran mejor que tu disculpa número 104.
-Usted ya hace mucho por mí, alquimista escarlata... - él dijo con una suave voz -Su simple presencia el día de hoy me hace feliz, siempre es esencial para mí... Si una simple gripa es el precio a pagar por verla bien entonces la acepto... -

-Co... Coronel... -
Era extraño, parecía que de una u otra forma tenía aquellas palabras tan correctas...
-Intercambio equivalente, alquimista escarlata... - Sonrió, su mirada no se alejaba de tus ojos -... Usted ya no tiene que hacer más por mí...-
-Intercambio equivalente... - Repetiste con la boca entreabierta, no eran sólo esas palabras, sino que con todo eso sentías un deja vu de lo que había ocurrido en su oficina, cuando él, tan sincero contigo... Te había hecho pensar que... Tal vez sentía algo más por ti...

-¡Le... Le prepararé algo de té, coronel! ¿Pu... Puedo?- antes de ponerte más nerviosa exclamaste al levantarte, no querías ni necesitabas pensar en ninguna de esas cosas, no en ese momento, no estando a solas con él... Después de todo, tú y a pesar de todas sus palabras no eras mucho más que su subordinada... No era del todo correcto ocupar tu mente en esos temas.

La Llama De Nuestro Amor (Roy Mustang X Reader).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora