「BITTERSWEET TRAGEDY」●.:•BillDip•:.●

「B A B Y C A M E H O M E」

  Desde lo alto de su trono el ente sonrió, una sonrisa macabra y entera, enseñando al completo sus dientes amarillentos mientras que sus ojos escarlata admiraban con diversión mórbida la escena.

—Bill Wilhem Cipher, es todo un honor tenerte por fin en mi poder—susurró Calixto, enredando uno de sus rojizos dedos en su larga melena oscura—. Habíamos escuchado mucho sobre ti. No es así, ¿cariño?

  Se volteó hacia un chico pálido, de orbes azules y desgastados, con una ligera sonrisa y los rulos dorados sucios. Sus prendas hechas jirones. Estaba demacrado y cansado, pero de todas maneras asentía mientras sostenía la mano libre del señor del Inframundo.

  Bill achicó los ojos mientras lo inspeccionaba más a fondo. En su espalda, dos alas grisáceas se desplumaban a cada segundo, y portaba en la yugular una gargantilla redonda de bronce.

—Así es, amo—concedió el chico, temblando ligeramente.

—Oh, Hebreos, amor mío. Ya te he dicho que guardes esas oraciones para la cama—los ojos de Calixto adquirieron un extraño color morado y la gargantilla alrededor del cuello del ángel caído pareció soltar humo—. Mientras no esté dentro tuyo soy sólo Calixto.

—Calixto—gruñó Bill entre dientes, las cadenas en sus extremidades resonando y apretándose aún más fuerte cuando intentó dar un paso hacia adelante.

—No, imbécil—la mirada del demonio se volvió hacia el Cipher y sus ojos volvieron a adquirir ese color escarlata—, para ti sí es amo y señor supremo por toda la eternidad.

—Me la mamas, pendejo—los orbes dorados del chico echaban chispas—. El único amo y señor supremo por toda la eternidad aquí soy yo.

—Ah, ¿en serio?—se llevó uno de los dedos rojizos a la barbilla y empezó a repiquetear contra ella varias veces—. Realmente crees que, después de todo lo que has hecho, ¿te mereces la inmortalidad y un título tan alto como ese?

  Bill bufó.

—Yo me merezco volver a casa, ahora mismo—rodó los ojos—. ¿Quién eres y por qué me tienes aquí, de todas maneras? Según yo estaba con la perra novia del Pines y un par de sus amigas cuando salimos a beber y mi vino sabía raro. ¿Me drogaron? Jamás vuelvo a salir con tales putas.

—Oh, ¿no lo sabes?—el ángel caído sonrió ligeramente—. Esto es el Inframundo, cariño, estás muerto.

  Las palabras no cayeron tan pesadas como deberían haberlo hecho, y después de la confusión inicial Bill simplemente se encogió de hombros.

—Bah, ya qué se le va a hacer—hizo una pausa—. ¿Supongo que ahora tengo que quedarme en este putrefacto lugar ardiendo eternamente?

  Calixto ladeó una sonrisa.

—Oh, no, no. Eso es para las almas malas. Tú alma está jodida, tan putrefacta que no debería seguir existiendo. A ti se te asigna un castigo.

  Las pupilas de Bill se expandieron.

—¿Y eso qué sería?

—Bueno, si mencionaste que querías volver a casa, y que querías vivir para la eternidad, así que...—se encogió de hombros, dejando la oración a la mitad.

—¿Me vas a hacer un fantasma o algo así?—frunció el entrecejo, eso era taaaan cliché.

—Oh, no, no, no. Eso sería demasiado gentil. Qué opinas mejor de una... ¿muñeca? Si, eso me gusta. Encárgate de eso Hebreos.

  Y Bill no tuvo tiempo de protestar que era estúpido ser un juguete para niñas y que prefería lavar baños por la eternidad cuando el ángel se acercó demasiado y le clavó algo en el costado.

  Después un dolor total se apoderó de sus sentidos y todo se volvió oscuro.