「M I L K」

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  Wirt bebió intranquilamente del popote, intentando mirar cualquier cosa pero el chico frente a él.

¿Está buena?—preguntó el pelinegro, acercándose más al inclinarse sobre la mesa para robar un sorbo—. Creo que jamás le habíamos pedido malteadas a nuestro chef, así que no puedo decir a qué sabe con exactitud.

  El castaño se apartó, ofreciendo la pajilla con manos temblorosas y regalando una media sonrisa. Bryce sorbió un par de veces antes de retraerse a su silla.

—No sabe mal—comentó, saboreando lo poco que aún le quedaba en la boca—. Aunque nunca he tenido una, así que no sé con qué compararla.

—Está rica—accedió Wirt, ladeando la cabeza con curiosidad—. ¿Cómo es que nunca has tenido una malteada antes?

—Eh... yo no como mucho fuera de casa, y aquí tenemos un nutriólogo. Así que si no es balanceado simplemente no es lo mío—el Alighieri se encogió de hombros, restándole importancia con un movimiento de mano—. ¿Qué en tu casa no es así?

—Bueno, no creo que tengamos dinero para contratar un chef, o un nutriólogo. Así que mamá cocina lo que ve en internet o en la televisión, mantenernos en forma depende de nosotros.

  Bryce se mordió el labio inferior, tomando un bocado de su carne asada antes de seguir la conversación.

—Eso no parece muy sano, mira lo flaco que estás, algún nutriente te debe de estar faltando—se quedó pensando unos segundos antes de decidir—. Llamaré a nuestro nutriólogo, estoy seguro de que podemos encontrarte una dieta saludable y dársela a tu madre. Eso o podríamos organizar un horario en el que vengas a comer conmigo hasta que estés en un peso saludable.

—Eso no es necesario—interrumpió Wirt, intentando mantenerse calmado. ¿Cómo es que un niño rico había logrado descifrar su anorexia en menos de un día? ¿No debería preocuparse por otras cosas?—. Mamá no me dejaría comer fuera de casa tan seguido.

—Entonces admites que tienes problemas de peso, lo sabía—le dio vueltas al tenedor entre sus dedos antes de dejarlo delicadamente sobre el plato—. ¿Por qué no comes lo necesario?

—Como lo suficiente—espetó el castaño, empujando ligeramente la malteada—. La regla es parar cuando estés satisfecho, ¿no? Y yo lo estoy.

—Mentira, puedo oír tus tripas gruñir hasta acá. Tienes hambre—el pelinegro rodó los ojos, cortando un poco de su carne y llevando el tenedor hasta la boca de Wirt—. Vamos, abre, no voy a dejar que mi novio se muera de hambre.

—Disculpa, ¿qué? ¡¿Novio?!

  En un movimiento ágil, Bryce empujó el tenedor un poco pasados los dientes de su amigo y cerró su mandíbula con la mano, obligándolo a tragar mientras lo miraba fijamente.

  Wirt lo seguía mirando como si le hubiera crecido una segunda cabeza.

—Necesitaba que abrieras la boca, era la respuesta más fácil—se encogió de hombros, ofreciendo una pequeña sonrisa de boca cerrada—. Aunque no me molestaría salir contigo, para serte sincero, pareces alguien centrado. Me falta alguien así en la vida.

—Y tú pareces un demente—el castaño rodó los ojos, soltando el aire que había estado reteniendo inconscientemente—. Vamos, tenemos que terminar este trabajo.

  Empezó a levantarse cuando una mano lo jaló y pronto se encontraba sentado en el regazo de Bryce, quien lo observaba atentamente.

—Yo no voy a levantarme de aquí hasta que comas bien, Wirt. Depende de ti quién se alza primero, si nosotros y continuamos el trabajo o mi erección por tenerte aquí tan vulnerable. Aunque eso no te conviene, porque terminarías comiendo también mi leche y a nadie le gusta comer doble, ¿o sí?

  Wirt tragó grueso y con manos temblorosas alcanzó el tenedor de donde había caído en la mesa.

「BITTERSWEET TRAGEDY」●.:•BillDip•:.●Donde viven las historias. Descúbrelo ahora