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Estaba caminando a la habitación - me da gusto que estés bien, ya sabes que cuentas conmigo - Dimitri hablaba por celular, en cuanto me vio se puso nervioso - si claro te veo en un rato - sonreí
- no es necesario que le cuelgues a la otra - dije en broma pero él seguía en ese plan tenso - ¿sucede algo? - dije entre risas
- no, para nada - me abrazó fuerte y me dio un beso en el cuello - ¿qué planes ahí de ahora en adelante? -
- intentare regresar al mundo de los muertos - dije con un cambio de actitud drástico por su mala, muy mala idea de cambiar de tema - creo que Irina es la mejor para decirme dónde está - mire por la ventana sentándome en el chaise lounge - aunque intentare encontrarla por otros medios antes, no quiero volver a estar tirada durante dos semanas - después de hablar con mi abuelo mi energía quedo en números negativos, no pude usar magia ni moverme bien durante ese tiempo, Ela tenía razón era peligroso pero necesitaba hallar el alma de Irina y robarle el alma de Ela a Alistair -
- es buena idea - dijo distraído, no me estaba escuchando
- ¿cuál de las dos? - dije aún más seria - la primera que no escuchaste o la segunda que tampoco escuchaste -
- claro que escuche Rose - ¿Rose? ¿Dónde quedo Roza? - creo que debes hacer lo que consideres mejor ¿de acuerdo? - miro la salida - voy a salir un rato, cuando vuelva hablamos - me besó automáticamente, me quede parada como estúpida mirándolo salir, me reí sola
- estás imaginando cosas - me dije, suspire y decidí volver a entrenar, ya tenía suficiente energía para hacerlo, entre las porras de Adrian y Sydney logre mantener el fuego y el aire trabajado juntos durante más de quince minutos, al final caí de rodillas pero estaba contenta por conseguirlo, pensé durante un momento y sonreí por mi nueva idea - levanta la fuerza y pasión de fuego - una flama se extendió en mi lado izquierdo - danza con la belleza y tranquilidad del agua - el agua hizo lo mismo que el fuego - elévate en el esplendor de la sabiduría en el aire - un remolino me cubrió - tráeme el equilibro y fortaleza de la tierra - los cuatro elementos convergieron a mi alrededor durante un minuto, moviéndose y serpenteando, volví a caer de rodillas pero mi sonrisa fue aún mayor
- ¿qué fue eso? - Christian parecía más que nervioso y sorprendido - ¿eso es posible? - sonreí débil
- para mí... No hay imposibles... - dije sin recuperar el aliento aún
- eso fue de otro mundo - Adrian me extendió la mano mientras le sonreía
- definitivamente es cierto, en los registros de los alquimistas jamás se escuchó de algo como esto -
- espero que sea suficiente para ganarle a la cosa esa - dije al fin respirando bien
- claro que sí y nosotros estaremos ahí dándote ánimos - Lissa creía que yo la dejaría estar en plena batalla pero no era mi idea, mi abuelo dijo que esa era una debilidad para mí porque pensaría en protegerlos antes que a nada pero si los ocultaba no tendría de que preocuparme, aunque estaba segura que sería contra su voluntad - ¿vamos a comer? - todos asintieron, Dimitri no había regresado - ¿a dónde? - eran las 10 de la noche
- sé que no está bien porque aún es nuestra mañana pero ¿y si vamos por pizza? Vi un lugar cerca de aquí, como a media hora, como es un bar también cierra noche ¿vamos? - ellos asintieron
- un día no nos hará daño - Scarlet estaba más que puesta y Demir nos miraba como dudando - pero tú y Lissa aún son menores de edad ¿las dejaran entrar - mire a Lissa que sonreía
- sobrevivimos durante casi dos años fuera de St. Vladimir ¿crees que fue siendo menores de edad? - me reí ante las palabras de Lissa, era cierto - así que vamos a arreglarnos - entre a mi habitación, le marque más de diez veces a Dimitri, sonaba dos veces y se cortaba, mejor dicho él me estaba colgando. Bien si él quería comportarse así yo le seguiría el juego, saque una falda asimétrica con cruce con flores lilas, una blusa negra con un escote pronunciado, unos botines de tacón, me mire al espejo sintiéndome satisfecha con lo que veía y aún no colocaba el maquillaje, no exagere con este último, solo coloque un poco de delineador y un labial un poco fuerte, solté mi cabello haciendo que cayera naturalmente a los lados - que guapa - Lissa entró, ella también había optado por una falda un poco más corta que la mía asemejándose al largo del centro de la que yo traía, era de un rosa muy bonito pero que jamás utilizaría, la blusa que traía se veía muy a juego con el resto de su look, traía unos tacones altos, parecía simplemente una modelo - ¿lista? - asentí marcándole por última vez a Dimitri
- Rose te dije que hablábamos cuando llegara - no alcance a decirle nada porque colgó, mire a Lissa a punto de gritar pero respire ' vamos a un bar. No te preocupes que vamos todos. Adiós ' le envié ese simple mensaje, volví a mi actitud alegre
- princesa Dragomir es hora de divertirse - ella estaba preocupada por mi relación con Dimitri, en su mente pasaban miles de tortuosos finales en los que él y yo no estábamos juntos - Lissa tu mente no ayuda - dije riendo
- lo siento - se lo pensó - pero ha estado muy raro en estos días, al inicio no se separaba de ti y ahora apenas y se te acerca -
- ya sé pero no me preocuparé por eso hoy - mentira en mi mente pasaban los mismos finales de Lissa martilleando mi poca cordura, le entregue su identificación, yo iba en el mismo coche que Demir, Christian y Lissa, detrás de nosotros Scarlet, Adrian y Sydney avanzaban. Dimitri me marco pero ignore su llamada, no era mi actitud la más madura sin embargo que más daba. Cuando llegamos al bar ni siquiera nos pidieron las identificaciones en parte porque el de seguridad nos comía con la mirada a las cuatro
- este es el momento en que agradezco la soltería - Scarlet sonreía viendo a los chicos del lugar, había que admitir que estaban guapísimos, nos sentamos en una mesa, pedimos pizza (obviamente), todos incluso Demir se pidió algo para beber, yo pedí una cerveza, no pensaba pasarme en alcohol pero tampoco me aburriría. Mi celular volvió a sonar, era Dimitri. Me disculpe saliendo a un área tranquila a hablar
- ¿qué sucede? - dije cortante
- ¿dónde están? - contestó en la misma actitud
- en un bar llamado 'auguri per una notte' ¿vendrás? -
- sí, nos vemos ahí - me colgó
- yo también te quiero - dije con sarcasmo, mientras regresaba choque con un chico que después de unos segundos reconocí como moroi - fíjate por dónde vas -
- chocas conmigo ¿y yo me debo disculpar? -
- sí básicamente así es - sonrío mirándome de pies a cabeza con una sonrisa descarada
- valdría la pena que lo haga, discúlpeme señorita Hathaway - lo mire sería
- ¿cómo?.. -
- sería un muy mal vampiro si no conociera a la nieta de mi reina - de tan obvio que era me sentí estúpida - me llamo Liam - me extendió la mano y yo la acepte, me la beso galantemente-
- bueno es un gusto pero debo regresar con mis amigos -
- espero verte pronto Rose - dijo, lo vi marcharse, era alto aunque un poco más bajo que Dimitri y como el resto de los morois también era delgado, bastante atractivo, regrese con mis amigos
- ya iba a buscarte - Lissa me miraba mientras yo buscaba entre las mesas donde estaba el tal Liam - Dimitri ya llego - mire enfrente donde él se sentaba con Cristian, yo asentí, me miro por unos minutos y regreso a su conversación con él como si nada. No iba a permitir que me amargara la única salida que había tenido en meses así que me divertí sobre todo con Lissa y Scarlet pues Christian parecía preferir la compañía de Dimitri, Demir estaba atento a todo y Sydney estaba con Adrian viviendo su historia prohibida de amor
Mientras estaba sentada un mesero se acercó - señorita, le envían esto - me entrego una rosa y sin esperar a que contestara se marchó
- ¿quién fue? ¿Dimitri seguro para arreglar las cosas? - Lissa estaba emocionada, Scarlet lo miró
- por la cara que tiene ahorita dudo que quiera arreglar las cosas - lo mire mientras él no quitaba la vista de la rosa, quite la servilleta que tenía atorada 'princesa Hathaway es un honor haber tropezado hoy con usted, espero tener la oportunidad de volver a encontrarla' atrás traía su numero, busque al chico con el fin de devolverle la rosa pero no lo veía por ningún lado
- ¿de quién es? - les entregue la nota a las dos - sabía que no pasarías desapercibida en este lugar, mira cómo tienes a la mayoría de chicos - voltee a donde Lissa miraba y era verdad muchos me miraban
- también te miran a ti y a Scarlet - la segunda sonrío
- es tan hermoso ser soltera - dijo y yo me reí
- pues tienes razón - Lissa miro a Christian que seguía con Dimitri - al menos esos chicos nos miran - volví a reír
- Liss nosotras no necesitamos esa atención - yo estaba molesta pero aún así me las arreglaba para parecer contenta - ¿o sí? - miro a Christian y me sonrío
- no - nos la pasamos bebiendo y disfrutando, a las dos decidimos que era hora de volver a casa, caminamos hacia nuestros autos - Rose, un chico muy guapo rubio te mira  y viene hacia acá - lo pensé un poco, yo había olvidado la rosa en el bar
- princesa - me giré, Liam me miraba como el momento en que lo conocí - veo que olvido mi regalo - me extendió la rosa
- te agradezco el gesto pero a mi novio no le agradará que reciba tu regalo - era solo un pretexto para no aceptarlo en realidad
- tienes novio... Debe ser alguien muy afortunado - lo busque con la mirada pero ya no estaba, se había regresado en el coche que él había traído, hice una mueca y me volví al chico
- gracias por el regalo Liam - acepte la rosa
- ¿me das tu número? - negué con la cabeza
- lo siento pero no - me giré y subí al coche mientras él se alejaba
- es muy lindo - Lissa me miraba sonriente - y al menos no te ignora - esto iba dirigido a Christian que estaba arriba ya - ¿le diste tu numero? -
- no ¿por qué lo haría? - ella se encogió de hombros - Christian ¿sabes qué le pasa a Dimitri? - le pregunte directamente
- no le pasa nada Rose, a lo mejor solo quiere su espacio - se dio cuenta del comentario que había hecho pero antes de corregirlo yo me voltee a la ventana, Lissa lo miró con coraje. Cuando llegamos cada quien se fue a descansar un rato pues a pesar de ser nuestro día eso de bailar y beber nos dejó un poco exhaustos. Entre al cuarto ignorando a Dimitri que estaba leyendo algo. Me di una ducha para librarme del olor a alcohol y tabaco, me acosté, él parecía no tener ganas de hablar, pensé en el tal Liam, me recordaba a alguien pero no sabía a quien, mi celular comenzó a sonar
- princesa Rosemarie, espero me perdone pero no pude evitar conseguir su numero - una sonrisa curvo por mi rostro
- a esto se le llama acoso - dije en broma
-¿en serio? Yo lo considero interés - Dimitri parecía ajeno a la conversación
- te lo dije tengo novio -
- pues yo la vi sola con amigas así que hasta que no lo vea no lo voy a creer -
- cambiare de numero así que no te acostumbres a tenerlo. Adiós- colgué pero mi sonrisa seguía ahí. Mire a Dimitri que seguía en lo suyo, me acerqué a él quitándole el libro, él me miró, me senté encima de él dándole pequeños besos en el cuello - ¿sucede algo guardián Belikov? Siento que esta un poco tenso - él me acerco más a él como si volviera a ser el mismo de siempre pero se lo pensó un poco y me quito de una forma grosera
- estaba leyendo Rose - yo lo mire con una sonrisa de burla mientras respiraba agitada por el coraje ¡qué estúpida! Mis lagrimas comenzaron a caer pero las contuve los más que pude
- ok, sigue disfrutando de tu libro - se lo aventé en la cara y salí de la habitación. Respiré hondo mientras salía de la casa, esto no estaba bien, su cambio de unos días me estaba afectando cuando no debería ser así ¿a eso se referían con mis debilidades? Las emociones serían mi peor conflicto en una batalla porque no pensaría claramente y no podía darme ese lujo, pero aún así, Dimitri seguía afectándome, odiaba esa sensación de no saber qué piensa ni que quiere o siente por mí, me senté en un árbol quedándome dormida en poco tiempo, cuando volví al cuarto el estaba en la ducha, su celular comenzó a sonar, me acerqué solo para ver la pantalla 'Tasha' se leía junto a una foto de contacto, estaba mal revisar el celular lo sé, pero mi curiosidad pudo más, entre a las llamadas, había bastantes a el número de Tasha, todas respondidas y unas cuantas pérdidas, la más corta era de una hora, también note que todas eran continuas, dejando pasar un día pero no más, así hasta el día de hoy. Me sentí tan idiota, tan malditamente estúpida, como nunca antes me había sentido.

Academia de Vampiros - EL LIBRO OSCUROWhere stories live. Discover now