Capítulo 4

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Este va a nombre de Pamelitha96
Que está de mamona en el skype cantando con Reik hahaha
 
Dulce se sentó en el pequeño sofá de mimbre que había en su habitación, se quitó el abrigo de piel imitada y los zapatos de tacon puntilla mientras suspiraba, se despojó también de la peluca fucsia y la acomodó junto a las otras, el uso de ellas era simplemente para verse diferente siempre, muy pocas veces salía a "trabaja" con su melena rojiza al natural. Levántandose perezosa se acercó al baño apenas dividido de la habitación por una cortina raida por el tiempo ya que la puerta era un servicio extra de la pensión, las mariposas borrosas y las flores marchitas... marchita como estaba ella, deslizó la cortina a un lado, se bajo las medias de malla y las bragas se sentó en el retrete a orinar, cuando hubo acabado se levantó y se subió las bragas pero las medias las dejó deslizarce hasta los tobillos, acto seguido se las quitó, se miró en el espejo mientras se soltaba la maraña de rizos rojos que le llegaban a la cintura, tomó un tarrito que había en un estante sobre el espejo, con aquel liquido mojó un pañuelo que tenía colgado de la llave del lavamanos y se quitó el maquillaje, cuando hubo terminado lavó el pañuelo y lo volvió a colgar de la manija, y se quedó allí unos minutos, mirandose al espejo, viendo el reflejo de si misma, y no veía más que miseria, desolación, tristeza...una lagrima recorrió su mejilla, una lagrima inexpresiva, sin llantos ni lamentaciones, solo una... Nunca había llorado amargamente, no había gritado ni maldecido entre lagrimas, nunca... llorar desahogandose para ella era desconocido, tiernas lagrimas habían zurcado sus mejillas pero no más, no había expresión alguna, sus labios no se separaban para gemir, ni por placer ni por dolor, no había llanto como en las novelas, sólo lágrimas silenciosas que se escapaban de sus ojos cafes, se limpió la mejilla humeda con el dorso de la mano y se sonrió frente al espejo, aunque fuese tambien una sonrisa vacia, no queria perder el habito de reir, no queria olvidar lo que era una sonrisa, una tierna y sincera. Salió del baño y fue hasta el rinconsito donde el dueño de la pensión, el Señor Pascual, muy amablemente le había instalado una cocinita de un puesto, que le servía apenas para calentar el café de la mañana, la mañana...miró la mesita de noche tonde tenía un destartalado relój que después de cuatro años de incontables golpes aún daba la hora perfectamente, las 5:30 am, bien había llegado a casa más tarde que los días de laborioso trabajo, aquel hombre... Cristian, no sabía lo feliz que ella se sentía, que por las ultima semana un hombre hubiese querido pasar las noches con ella hablando, por primera vez se habia salido de la rutina, bueno no del todo porque igualmente tenía que trabajar, porque por mucho que Cristian le pagase no alcanzaba, esa noche habían hablado hasta las 3 de la mañana y luego de eso se había ido a recibir dos clientes. Aquel desconocido que ya no lo era tanto le había dado un respiro en su ahogada existencia y se lo agradecía enormemente. Puso una olleta llena de agua sobre el fogón encendido mientras se cambiaba la ropa, se desnudó en medio del pequeó lugar, levantó la ropa y la metió en un cesto que tenía al lado del sillón de mimbre, abrió el armario incrustado en la pared y sacó un camisón que le llegaba a las rodillas, estaba un poco raido en las costuras pero aun servía, igual era para dormir, también sacó un chal de lana azul que paso sobre sus hombros para despejar el frio mientras se calentaba el agua, aprovechó entonces para abrir un tarrito que tenía en el armario y guardar allí el dinero que le había dado Cristian, pero antes sacó la mitad y la metió en un sobre, volvió a dejar el tarrito perfectamente escondido entre su ropa, cuando volvió a la estufa el agua ya estaba hirviendo, agregó el café y revolvió hasta que el delicioso aroma a café recien hecho impregnó la habitación, apagó el fogón y sirvió en un pocillo el café humeante, dejó la taza en la mesita de noche y se dirigió a la puerta, se quitó el chal y se metió en las cobijas con la taza entre las manos, se la llevó a los labios deleitandose con el caliente sabor en medio de la mañana fría, cuando hubo terminado se tapó con las cobijas hasta las orejas y espero a que el conciliador y relajante sueño la atrapará entre sus manos.
 
7:13 A.M...
 
Pajaros volaban en medio de un amplio bosque, revoloteando sobre la copa de los frondosos árboles repletos de frutas maduras, de flores vivas y hermosas que se ondeaban con la brisa y luego... un golpe, dos tres, furiosos estruendos hacían a los pajaros dispersarse asustados a toda spartes, el piso temblaba y las frutas caían, estrellandose contra el suelo, algunas magulladas otras estallaban regando todo su contenido, un golpe más fuerte siguió y luego otro y otro y entre cada uno escuchaba su nombre distante... Dulceeee, Dulceeee, Dulce María!!!!
 
Dulce se despertó asustada, alguien golpeaba la puerta insistentemente, se levantó rápido y se subió al sillón mientras miraba por la rendija quien era, su corazón se aceleró al ver a aquel hombre allí parado, pero no había otra opción tenía que abrirle antes de que hiciera un escandalo peor, destrabó la puerta corriendo el sillón a su lugar, descolgó la cadena y quitó el seguro, abrió la puerta y allí estaba él... imponente, temible, con la ferocidad bailando en sus ojos y la sonrisa lasciva curvando sus labios...
 
Simon: Hola Dulcecita
 
Simon era el hijo del amante de su tia, igual de corrompido y malevolo que su padre. Simon era un tramposo y manipulador, la manipulaba a ella, lamentablemente su tía había dejado deudas a rebozar y por haber estado casada pues bueno aquellas deudas también las cargaba su amante también fallecido, entonces eso dejaba a Simón con todas las deudad y como el había dicho, Dulce al ser la única familiar cercana a Pepa pues tabién tenía su parte en el pago de aquellas deudas, y por eso estaba allí esa mañana...
 
Simon: ¿Tienes el dinero?
Dulce: No todo, me falta un poco
 
Simon dejó su sonrisa de lado, entró a la habitación y cerró la puerta con seguro...
 
Simon: ¿Por qué no está completo?
Dulce: Será porque no he tenido el suficiente trabajo
Simon: (Arqueó las cejas) No haz tenido suficiente... JAJAJA dejame reír, te he visto Dulce, hay noches en que no descansas, los hombre shacen fila por ti muñeca.
Dulce: :cara_colera: No me digas muñeca.
Simon: Ah no te gusta que te diga muñeca... lo siento MUÑECA, te digo como se me de la gana, ahora entregame el dinero.
 
Dulce apretó la mandibula reprimiendo las ganas de reponderle y se dirigió al armario´, sacó el sobre y se lo entregó, él lo abrió y lo contó, luego levantó la mirada y la clavo sobre ella...
 
Dulce: ¿Qué sucede?
Simon: Falta más de "un poco"
Dulce: Es todo lo que tengo
Simon: quiero que pagues completo niñita
Dulce: No tengo dinero, no tengo nada más
Simon: Bien, entonces pagame como tu lo sabes hacer
Dulce: estás loco, no lo voy a hacer
Simon: Oh si que lo harás, lo quiero todo niñita, ahora!!!

Como Yo Nadie Te Ha Amado Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt