Capítulo 5

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La jaló de las muñecas, Dulce luchó pero era evidente su derrota, Simon era un hombre alto y fuerte, las manos gruesas aferraban sus muñecas como cadenas de acero, todo en él era temible, sus facciones, sus piernas, todo en él exhudaba yemor, era un cabeza dura completamente, Dulce gimió de dolor cuando la apretó contra su torso musculoso, podía ser un hombre guapo, pero después de que se le conocía llegaba a ser detestable y su forma de ser le quitaba todo encanto, Dulce le dió una patada en la canilla de forma que ganó un poco de terreno, lo rebasó yendo hacia la puerta pero el dolor le aceró el pecho cuando él la tomó del pelo y la jaló nuevamente a sus brazos, la empujó contra la cómoda alta lastimándole el vientre contra la manija del cajón, se le acercó a la oreja sin soltarle el cabello enredado...
 
Simon: No juegues conmigo pu*ta barata
 
Dulce quería llorar, quería gritar pero no podía, tenía la garganta cerrada y comprendió lo inevitable, iba a suceder, Simon la tomaría allí sin importarle nada, así que no había otra cosa más que hacer que resignarse, algo que había aprendido muy bien desde muy pequeña, apretó los puños contra la madera mientras sentía como el miembro tieso de simon se frotaba entre sus pliegues, pero unos segundos después se retiró, Dulce giró el rostro conmovida, ¿Se habría arrepentido? Talvez dentro de él si había un apice de compasión, pero cuando vio que el sacaba un condón de sus vaqueros y lo desenrrollaba a lo largo de aquella tripa, volvió a sentir el mismo asco por aquel tipo...
 
Simon: Prefiero no correr riesgos, nada raro que tengas quien sabe que enfermedad, maldita vagabunda
 
La volvió a empujar ala cómoda y esta vez entró en ella de un solo golpe haciéndola soltar lagrimas contenidas, pero cómo habia hecho antes solo las dejo salir, no grito de dolor, ni gimió cuando sentía las paredes de su vagina estirarse brutalmente, solo se quedo allí, alimentando su ira y dejando que las lagrimas empaparan la madera sobre la cual simon la fo*llaba como lo que era... una vil prostituta.
 
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Mabel era una mujer inteligente, demasiado a decir verdad, solo que enfocaba aquella inteligencia para ser siempre la mejor o para hacerle daño a los que consideraba menos que ella, era hermosa, a sus 49 años aun era aquella flor elegante y estirada, ni una sola arruga marcaba su rostro. A la tierna edad de 17 años había tenido a su primer hijo, Christopher, y antes de que él naciera ella y León se habían casado y al contrario de todo lo que la gente pensaba se habían casado por amor, un amor que aun perduraba después de 32 años, con tres hijos eran considerados la familia perfecta, para ella lo era así tuviese que pasar por encima de miles para que esto fuese cierto.
 
Mabel: ¿Qué averiguaste Christopher?
Chris: Nada
Mabel: Creo que me estas ocultando algo ¿A dónde va Cristian todas las noches?
Chris: No lo sé y creo que a ti no te debería importar.
Mabel: (alarmada) Ustedes son mis hijos, por supuesto que me importa :cara_oh:
Chris: y Cristian tiene 25 años, ya no es un niño, es adulto y sabe muy bien lo que hace.
Mabel: ¿Y si está en malos pasos?
Chris: Si lo esta, pues es responsabilidad de él mamá
Mabel: No acepto aquello Christopher, no quiero que mis hijos sean el blanco de habladurias de la sociedad.
Chris: Mamá por una vez ponte a pensar en otra cosa que no sea la sociedad si?... ¿Dónde está mi papá?
Mabel: Se fué a la empresa, temprano, tenía que firmar unos contratos, te dejó dicho que necesitaba tu firma para unos permisos.
Chris: Bien... oh también te quería avisar que hoy vuelvo a mi casa
Mabel: ¿Tan pronto?
Chris: Si, Julia me llamó esta mañana a avisarme que ya habían terminado las remodelaciones, así que ya puedo volver a mi casa
Mabel: ¿Y ahora cómo voy a saber en que está metido Cristian?
Chris: Por Dios mamá, olvidalo, ya le pregunté yo no me ha dicho nada, no hay nada que pueda hacer (le dió un beso en la frente) los invitaré a cenar en estos días, cuídate (se fué)
Mabel: No puedo dejar que Cristian eche su vida a perder, no, no lo permitiré.
 
Y con aquellas palabras juró por encima de su cadaver averiguar a toda costa lo que escondía su hijo menor.

Como Yo Nadie Te Ha Amado Where stories live. Discover now