Capítulo Final

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Dulce: ¿hola?

Christopher: te extraño

Dulce: Yo también (rió) Deberias dormir

Christopher: No puedo si no estas junto a mí, tú mamá y la mía están locas, ya estamos casados podemos compartir habitación o por lo menos dejar ue te quedaras en casa

Dulce: Solo por esta noche Christopher... las demás las pasaremos juntos hasta que estemos viejitos

Christopher: No sabes lo que me estas pidiendo...Te necesito

Dulce: Y yo a ti, pero esperaremos ¿bien?

Christopher: Está bien...Dulce

Dulce: Dime

Christopher: te amo

Dulce: Me parece extraño escucratelo decir a cada momento, antes ni siquiera se te pasaba por la cabeza

Christopher: Claro que se me pasaba por la cabeza... el día del accidente yo estaba dispuesto a decirte que te amaba

Dulce: Talvez no era el momento entonces

Christopher: Pero ahora lo es, y te lo repetiré todos los días a cada momento, asi que vete acostumbrando

Dulce: No me será difícil, te lo aseguro

Y entre risas lograron despedirse para poder dormir y descansar preparándose para el dia que les esperaba.

EPILOGO

Christopher: ¿Estás segura Dulce?

Dulce: Si... vamos a hacer papás de nuevo

Christopher: (la abrazó) ¿tan pronto?

Dulce: (rió) Si, pronto, cuando volvamos de esta Luna de miel improvisada tendremos que contarles a Juan David y Gabriela

Christopher asintió y la abrazó mientras la llevaba a la cama...

Lleavaban dos semanas en aquel paraíso tropical al que los habían enviado león y Martin como regalo de bodas, habían viajado una semana después de la ceremonia en que se juraron amor eterno frente al padre y frente a todos los que alguna vez los vieron casarse hacia años, ahora estaban allí disfurtando de la luna de miel que no habían tenido, con la sorpresa de un nuevo miembro en la familia...

Christopher le lleno de besos el rostro repitiéndole una y otra vez cuan loco lo ponía y cuanto lograba hacerlo perder el control. Dulce simplemente se dejo llevar por las emociones del momento, Christopher era el amante perfecto, el esposo ideal, un padre ejemplar, era su príncipe azul... no azul no, cuando se trataba de colores Christopher podía ser tan negro como el ébano o tan blanco como el cielo... era su príncipe soñado, el que salió de los cuentos y le robo el corazón, aquel con el que siempre soñó y que después de todos los obstáculos que pasaron era suyo en cuerpo y alma.

Christopher se entrego a Dulce por completo, dejó que ella explorará su cuerpo una y otra vez, lo hacia como una mujer tierna y cariñosa, el pasado de ella que alguna vez le afecto ahora no le importaba, para el los hombres alguna vez pudieron compartir el sexo con Dulce no eran mas que borrones en la historia, porque ellos obtuvieron sexo pero el obtuvo algo más grande, el alma de Dulce, su completa entrega a la hora de hacer el amor, porque era amor aquel acto en que sus cuerpos se unian y explotaban en un mismo placer, la vida nunca era perfecta, pero la suya era tal cual como quería que fuera.

Las manos vagaron, los besos se intensificaron, la ropa voló por los aires y allí ellos dos solos en la penumbra de la habitación con el viento calido del verano entrando por la sventanas y colándose por las cortinas acariciaba sus cuerpos desnudos agitados por los besos y caricias que se procuaraban...

Dulce: Christopher...

Era aquella suplica, esa que lograba enamorarlo cada vez más, esa que le prometia un placer exquisito, al que no se iba a esperar, Entró en ella despacio, tortuosamente elevándola en la cima de los placeres exquisitos de su cuerpo. Solo ella respondería a su toque de esa manera con total entrega, con tal pasión que lo conmovía completamente.

Dulce gimió al sentir el miembro de Christopher abriéndose paso dentro suyo, su cuerpo se estremeció y el sabor de sus besos la empujo más cerca de la cima... Christopher le acarició los pechos masajeándolos suavemente teniendo cuidado de no espicharla por temor a lastimar al bebe, con la idea en la cabeza salío de ella y la montó sobre su regazo dejando que ella alcanzar su placer y le regalara el de él, Pronto Dulce consiguió un ritmo enoloquecedor, sus cuerpos chocaban y la humedad de sus juegos se derramaba por sus pieles, provocando que la sensibilidad creciera con cada toque...

Dulce cabalgo a Christopher con un solo objetivo... alcanzar el climax junto a él, gimió jadeo y se retorció mientras Christopher la ayudaba a no perder el ritmo, sus ojos se llenaron d elagrimas y un grito ahogado hizo que su pecho se convulsionara, Christopher empujó en ella haciéndola levantarse y caer rápidamente en el precipicio decadente del orgasmo arrastrándolo con ella.

Christopher la recostó al lado suyo y le lamio el cuello, probando el sabor salado de su sudor que resbalaba por su nuca, su sonrisa era enorme y su cuerpo aun temblaba...

Christopher: Jamás me cansaré de esto florecita

Dulce: ni yo chris (le acaricio la mejilla) Me haz hecho la mujer más feliz Christopher... te amo tanto

Christopher: Yo también te amo Dulce... Como yo nadie te ha amado.

Y allí entrelazada en los brazos de Christopher mientras el cansancio los atrapaba, Dulce supó que los sueños si podían hacerse realidad y entonces creyo en que cenicienta si podía volverse princesa o que bestia podía volverse en el príncipe de sus sueños... solo era cuestión de paciencia y constancia... Porque tarde que temprano su cuento de hadas se hizo realidad y durante el proceso había ganado no solo el amor de su príncipe sino el amor de toda una familia.

FIN

Como Yo Nadie Te Ha Amado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora