007.

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—Entonces, ese chico Shawn. ¿Sólo es tu amigo?.—Preguntó papá por octava vez durante el almuerzo.

—Si papá, solo es mi amigo.

—Y...¿Dónde lo conociste?

—Papá...

—Prometiste que dejarías que hablara contigo sobre esto si subía a mi habitación.

—Pero...

—Por favor.—Alargó pataleando como niño pequeño, reí un poco y entonces dejé que siguiera hablando.—Te amo muchísimo cariño, solo quiero saber que pasa con tu vida mientras no estoy. No paso el suficiente tiempo contigo.

—Mamá tampoco lo hacía.

—Oh linda.— Papá tomó mi mano sobre la mesa con algo de lástima, retiré mi mano y negué con la cabeza.

—No la necesite antes,no la necesito ahora. Si quiso irse con ese sujeto del bajo desafinado es su problema. Solo te quiero a ti.

—Y me tendrás aquí por muchísimo tiempo, cariño. Tengo que irme, regresaré temprano para cenar contigo. Lo siento, quiero pasar más tiempo contigo pero solo con este trabajo yo...

—No es nada, se te hace tarde. Te quiero.—Papá besó mi frente, tomó un pequeño maletín sobre el sofá y salió cerrando la puerta tras él. Al escuchar el auto de papá alejarse corrí hacia mi habitación, abrí la puerta y no había rastro del chico que anoche se encontraba fuera mi puerta. Shawn había pasado la noche aquí, no habíamos dormido juntos él simplemente pasó la noche en el sofá y se refugió en mi habitación hasta que papá se fuera. 

Escuché el agua de la ducha por unos segundos y después el rechinido de la llave del agua al cerrarse, la puerta se abrió a cabo de unos segundos revelando a Shawn con el cuerpo casi expuesto si no fuese por una de mis toallas rosas enredada en su cadera.

—¡Diablos! Lo siento, solo tomaré mi ropa y me vestiré en la habitación de papá.—Dije sin respirar entre cada palabra mientras tomaba torpemente ropa que no necesitaba. Giré para tomar camino hacia la puerta pero me detuvo poniéndome mucho más nerviosa de lo que estaba.

—¿Estás nerviosa?.

—N-No.—Maldecí mentalmente por mi respuesta insegura. Me dio la vuelta y tomó mis mejillas con sus manos todavía algo húmedas. Caminó lentamente haciéndome retroceder hasta chocar contra una pared. ¿Esto será una costumbre?. Pegó sus caderas a las mías y respiró lentamente en mi cuello, trataba de mantener mi cordura pero todo se fue al carajo en el momento que posó sus labios en el punto exacto entre mi cuello y mi hombro.

Me arrojé a sus brazos como si de un cazador a su presa se tratase, de forma hábil y sin dejar caer la toalla que cubría su desnudez nos dio vuelta sobre el espacio entre mi cama y las sabanas desdobladas sobre ésta. Me besó con la misma intensidad que los besos anteriores y en tan solo cuestión de segundos la parte superior de mi pijama había desaparecido dejándome desnuda de la cintura hacia arriba. Enloquecía en cada roce de sus manos y me daba la sensación de solo querer mucho más pero al sentir que este momento iba directo a otro nivel lo detuve abruptamente.

—No puedo.—Salí de debajo de su cuerpo y cubrí mi torso con el insignificante pedazo de tela que hacia llamar blusa.—No puedo solo...

—Tranquila, no es para alterarse. Está bien.—Sonrió de lado haciendo que me relajara un poco pero no podía dejar de pensar en lo que pasó.—Fuí yo quien empezó, lo siento. Vístete, iremos por ahí un rato y conocerás a unos amigos, sé que te caerán bien.—Sonrió, tomó su ropa ya seca y entró al baño nuevamente.

Salimos de casa una vez que estuvimos presentables y nos subimos a su auto. Shawn condució por veinticinco minutos hasta parar frente a un edificio de dudosa reputación. Bajó del auto y me abrió la puerta.

—Estamos en mi casa, tranquila. Solo quiero cambiarme de ropa.

—De acuerdo.—Tomé su mano y ambos entramos a aquel lugar. Subimos tres pisos por las escaleras y nos detuvimos frente a la única puerta que no estaba hecha pedazos o estaba podrida. Sacó las llaves de su bolsillo y abrió la puerta dejándome pasar primero.

El lugar era mejor de lo que mi mente creó, las paredes estaban teñidas de marrón oscuro y un sofá alargado de cuero color negro estaba acomodado minuciosamente en el reducido espacio frente a un televisor viejo. La cocina estaba impecable para solo tener un pequeño lavaplatos y una estufa integrada a una mesa maltratada de madera. Sus libros descansaban sobre una mesa pequeña con dos sillas y al adentrarnos más pude visualizar dos puertas casi juntas.

—Ponte cómoda, en un momento regreso.—Abrió la puerta que se encontraba en la izquierda y se encerró ahí. Comencé a pasearme por el pequeño piso hasta llegar a una repisa llena de fotografías. Tomé una donde un niño pequeño sostenía con emoción un balón de fútbol americano, la deje en su sitio con una sonrisa y tomé la siguiente donde ahora un bebé de apenas un año mostraba su dentadura imperfecta emocionado y travieso mientras tenía pedazos de pastel de chocolate en sus manos y en la mayoría de su carita. En la última fotografía el mismo pequeño algo más mayor abrazaba a una hermosa mujer con sonrisa perfecta y ojos de un tono azul precioso. Ta vez podría ser su madre.Sentí las manos de Shawn abrazarme por la cintura y recargarse en mi hombro de la misma manera que lo hizo cuando Emily me enfrentó. Tomó la foto con su mano derecha y la observó unos segundos antes de dejarla en su lugar.

—¿Quien es ella?.—Pregunté curiosa. Él sonrió sin mostrar completamente su sonrisa, dejó el retrato en su lugar y respondió mientras seguía admirando aquel retrato.

—Es mi madre.

—Era hermosa.—Susurré algo apenada dando por hecho que ella ya no estaba con vida

—Sigue viva.—Dijo riendo haciendo que me sonrojara algo apenada.—Ella no vive conmigo, vive en el centro de la ciudad. Te llevaré a conocerla.

Diablos.


Dedicado a 

ohmybenito

Posesión{Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora