Descubro el pasado oscuro de Santa Claus.

22.6K 1.3K 953
                                    

JACK

No tenía idea de qué eran esas criaturas, todo lo que sabía era que tenía que sacar a Sia de ahí. Esas cosas se afectaban, demasiado, si la hicieron llorar de esa manera en tan poco tiempo no tenía idea de qué podía hacer si llegaban a acercarse.

- ¡Meme distráelos y vete! - dije cuando Sia se aferró a mí. No podía dejarlo solo peleando, pero tampoco dejarla a ella. Me elevé y sacudí mi cayado, el viento mezclado con nieve ahuyentó a los fantasmas y nos lanzó lejos. Sia lloró todo el camino, en ningún momento se separó de mí aunque seguramente se estaba congelado. La llevé al bosque, a mi lago y la hice sentar en la gruesa rama de un árbol. Me senté junto a ella y traté de calmarla, pero no tenía idea de qué hacer.

- Hey, tranquila Zanahoria, ya pasó - murmuré intentando verle la cara. Ella se apartó y se limpió con la manga del abrigo. Tenía las mejillas entumecidas y afiebradas, eso hacía que sus pecas se viesen graciosas. Volví a soplarle la cara, sabía que a ella no le gustaba pero la hacía reír y esa vez no fue diferente. Una pequeña sonrisa fugaz apareció en su rostro. Estaba temblando, instintivamente me separé, esa era una de las pocas cosas que no me gustaba de ser yo, solamente podía congelar a las personas.

- No - me dijo Sia y me tomó por el brazo. Enrojeció hasta la punta de la nariz, pero como siempre me sostuvo la mirada - Por favor.

Me quedé en mi lugar aunque comencé a sentirme nervioso, no tenía idea de porqué. Ella apoyó su cabeza en mi hombro y cerró los ojos, yo la sentía temblar.

- Te estás helado - le dije, había algo raro en la situación, me sentía cómodo e incómodo a la vez y quería una excusa para alejarme.

- No me importa - murmuró ella. Su cara volvió a ser triste en cuanto me separe. Yo también me había sentido mal en la azotea, como si no pudiese sonreír otra vez. Solamente cuando Meme se presentó me sentí un poco mejor, aunque cuando esos fantasmas aparecieron fue peor.

- ¿Qué pasó en la azotea? - pregunté poniéndome frente a ella. Sus ojos se humedecieron pero esta vez no lloró. Yo tenía las manos en sus rodillas mientras buscaba su mirada.

- No sé - musitó con vos ausente - me sentía mal.

- ¿Cómo? Es decir... ¿Tenías miedo o algo? - por un momento temí que Pitch hubiese regresado, pero él seguía en su prisión torturado con sus propias pesadillas, además, había escuchado a una mujer... bueno, si es esa risa desquiciada podía pertenecer a un ser humano.

- No, miedo no - siguió diciendo Sia - solamente me sentía… triste.

Lo pensé. Sí, eso se parecía bastante a lo que yo había sentido. Como si fuera un pesar en el alma y una ráfaga de recuerdos dolorosos. ¿Pero por qué a Sia le había afectado de esa manera? ¿Y porqué Meme nos había hecho sentir mejor?... esperen un segundo... ¡MEME!

Miré para todos lados con el corazón en la garganta. ¡No soy más idiota porque no tengo tiempo! Le había dicho que escapara pero siquiera me fijé si nos seguía. Ya sabía lo que podía llegar a pasar, no iba a arriesgarme de nuevo, además, no tenía idea de lo que podían llegar a hacer esas cosas. Miré a Sia, ella seguía sentada como ausente y triste, con la mirada perdida en la nieve del suelo. Tenía que irme, fui a alzar vuelo justo cuando una nube dorada apareció y sentí el corazón regresar a su lugar. Meme se apareció sin un solo rasguño pero me miraba escéptico como si me dijese "no te vas a escapar tan fácil, te la voy a cobrar".

No sabía que significaba, ni siquiera sabía si era posible en alguien como yo, pero por primera vez sentí que me ardía la cara. Era como si me hubiese encontrado haciendo una broma y me avergonzara.

Me llamo Jack Frost, ¿Y tu?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz