2. Baekhyun

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No me dejó terminar, tiró de mi brazo para levantarme y me llevó al centro de la sala. Los ojos penetrantes de este chico me intimidaban, no lograba soltarme para empezar a bailar, pero él enseguida se desató. Y eso fue aún peor. Podía ver cómo sentía la música a través de todo su cuerpo. Tenía un control total sobre lo que hacía y el efecto que tenía. Aunque mi corazón temblaba por Chanyeol, no podía negar el atractivo de este chico.

Su cabello castaño oscuro contrastaba con el tono pálido de su rostro y lo hacía ver más frío. Y su mirada era feroz. Parecía una bestia indomable. Su camisa blanca, holgada, de mangas largas y anchas, se transparentaba y dejaba lucir un cuerpo delgado, de líneas simétricas y perfectas. Los primeros botones abiertos dejaban a la vista las clavículas como dos trazos milimétricamente colocados sobre su pecho. Cuando en medio de un paso se le levantaba la camisa, mi mente se nublaba con la imagen de su abdomen suavemente marcado. No solo se movía de manera electrizante, sino que todo él lo era.

Decidí terminar el trago que todavía tenía en la mano para desinhibir y le dejé el vaso vacío en la mano a alguien que pasaba a mi lado. Luego me aventuré a bailar con Sehun. Parecía que hubiéramos practicado la coreografía por años de la manera en que nos seguíamos los pasos naturalmente. Nuestros cuerpos se rozaban y pegaban y sentía que mi piel se prendía fuego. La gente comenzó a abrir un círculo entorno nuestro, alentándonos a seguir. Se escuchaban silbidos y aplausos de admiración. Me sentía extasiado, jamás había bailado así con nadie. Como si nos leyéramos la mente o conociéramos nuestros movimientos. Ni siquiera con Yixing, que era el que mejor bailaba dentro del grupo que solía rodearme.

Al terminar la canción, estábamos uno al lado del otro cruzando un brazo por delante de nuestro compañero, tomando su cintura, con la cabeza volteada para mirarnos fijo a los ojos, agitados. Al fin pude ver un brillo en esa mirada. Le sonreí y solté su cintura al darme cuenta que ya habían pasado unos segundos de que había terminado la canción. Pero cuando me disponía a apartarme, su agarre en la cintura se volvió más fuerte y me acercó a él, tanto que podía ver las diminutas perlas de sudor deslizarse por su cuello y sentir su pecho descubierto subir y bajar mientras respiraba fuerte contra el mío. Esta vista y la gente a nuestro alrededor comenzando a cuchichear me estaban poniendo nervioso. Desvié la mirada, incómodo. Entonces la tensión de su mano se relajó y me dejó ir.

—Lo siento, debo irme —dijo para luego ir a paso acelerado a buscar su campera y salir de la casa.

***

Estaba algo cansado y el alcohol me impedía centrar las ideas. Me senté en un sillón porque noté que comenzaba a caminar de manera graciosa. Cuando Sehun se fue, fui arrastrado por Chen y Yixing a bailar con ellos otra vez. Estaban un poco (demasiado para mi gusto) emocionados de que hubiera vuelto a salir. Habían estado insistiéndome por un tiempo y solo habían recibido negativas como respuesta, así que estaban sorprendidos de que apareciera como si nada.

Mi vista se fijó en la puerta. Chanyeol volvió a entrar con la misma chica. Estaban ebrios, seguro se habían estado "divirtiendo" un rato. Yo no estaba mejor. Cuando vi al chico que me gustaba acariciar la espalda de la chica con la que estaba, atrayéndola hacia él otra vez, ya no pude contener más el malestar que me provocaba. Me levanté del sillón y crucé la sala con una agilidad que minutos atrás no tenía. Una vez a su lado, la chica me miró con intriga y asco al mismo tiempo. Yeol sonrió como siempre.

—¡Baekkie! ¿Dónde has estado?

—Más bien, ¿dónde has estado tú? —lo interrogué haciendo puchero—. Estaba solo y aburrido.

—¿No estabas con Sehun? —preguntó apenado.

—Se fue hace rato... —respondí bajando la vista y tirando del borde de su camiseta como un niño.

—¿Qué? Ese maldito... ¿cómo pudo dejarte solo? —Comenzó a evaporarse el agarre que lo unía con la chica.

—De todos modos no es su responsabilidad quedarse conmigo, no somos amigos y él no me invitó —respondí en un tono inocente, con intención maliciosa—. ¿Bailarías un rato conmigo?

—Claro, Baek, lo que desees —respondió complaciente, soltando a la chica—. Luego hablamos —le dijo como despedida.

La chica se cruzó de brazos, lanzándome rayos con los ojos. De espaldas a Chanyeol, le saqué la lengua y luego me enredé alrededor del cuello de mi poste. Él rodeó mi cadera con su brazo, sin enterarse de nada. A veces me preguntaba si era así de despistado o si fingía serlo para no hacerse cargo de mis sentimientos ni tampoco arruinar nuestra amistad.

Cuando bailamos no sentí la misma conexión que había sentido con el otro chico, Yeol era más torpe. De todas formas me encantaba verlo bailar y escucharlo cantar, su voz grave entraba en mí para hacerme cosquillas en todas las arterias. No pude resistir el deseo de treparme a él y comer su boca. No lo rechazó. Abrazó mi cintura y nos fundimos en uno.

***

Abrió la puerta del auto y cuando me sujeté de la mano que tendió para ayudarme a bajar, tiró de ella para que terminara contra su pecho. Volvió a besarme y continuamos haciéndolo mientras caminábamos hacia el edificio. Una vez pasamos la puerta, me levantó en brazos y lo rodeé con mis piernas, así subimos al ascensor. Abandoné sus labios para comenzar a lamer su cuello y, de un momento a otro, estábamos dentro del apartamento, frente a un Sehun en pijama con un vaso de agua en la mano, a medio camino hacia su habitación. Se quedó quieto en el lugar mirándonos con su inexpresiva cara. Un poco avergonzado por la situación que le había obligado a presenciar, decidí bajarme de los brazos del más alto. Chanyeol tomó mi mano y, despidiéndose de su amigo, me guió al dormitorio, donde continuamos con lo nuestro.

Por la mañana desperté en una cama vacía, con un buzo gris que no me pertenecía. Escuchaba voces provenir de la sala-comedor. Me acomodé un poco el cabello y revisé que no me quedaran restos de maquillaje. Al mirarme al espejo creí que estaría bien si salía como estaba, tenía un aspecto "tierno", ya que el buzo de Yeol me quedaba enorme y tapaba lo justo y necesario para dejar que se notaran los bordes de las piernas de mi bóxer sobresalir por debajo. Me asomé por la puerta y escuché que hablaban normalmente así que tomé coraje. Salí despacio de la pieza y me dirigí al sillón, donde Sehun estaba sentado hablando con Chanyeol, que hacía el desayuno.

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