Capítulo 3: El puzzle.

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Capítulo 3: El puzzle.

-Vicky-Parece tan sorprendido como yo.

Recorro su cuerpo con la mirada ¿Cómo es posible ser tan guapo?. El jersey de punto blanco se ajusta a su torso, los pantalones vaqueros se ciñen a sus muslos, va descalzo, sujeta sus zapatillas en la mano junto con la correa del perro.

El animal vuelve a lamerme la mejilla y sonrío mientras lo acaricio.

-¿Es tuyo? - Pregunto levantando la mirada a su perfecto rostro.

-No, es de mi madre- Me explica sentándose a mi lado- Están pasando unos días conmigo.

-¿Se llama Sinatra?

Ríe divertido, acaricia la cabeza del perro quien busca su cara para besarlo. Río al ver como pasa su enorme lengua por el mentón cuadrado de Ryan.

-Mi madre adora a Sinatra, tanto al perro como a Frank.

Sus preciosos ojos azules brillan al mencionar a su madre.

-Todos deberíamos adorar a Sinatra.

No comprendo por que no puedo borrar la sonrisa, es como si tenerlo cerca me relajara... me hiciera feliz.

-Tienes toda la razón- comenta divertido. Durante unos segundos nos quedamos en silencio, jugando con el perro, Ryan es el encargado de romperlo. -¿Cómo estas?

Tanteo la posibilidad de mentirle, pero algo me hace contarle la verdad.

-Mal ¿Cómo podría estar si ni siquiera logro recordar donde guardo el café? -Intento sonar tranquila. Fracaso estrepitosamente. - Y de los aparatos electrónicos mejor ni te cuento, no consigo encender el móvil, no recuerdo el pin y el ordenador... más de lo mismo. Siento como si viviera la vida de una desconocida.

-Esta es tu vida Vicky-Sujeta mi mano entre las suyas, una electricidad recorre mi cuerpo, es extraño pero no retiro el contacto- Pronto todo esto se solucionará.

-¿Cómo puedes estar tan seguro?

Sonríe de medio lado. Este hombre conseguiría que cualquier mujer hiciera cualquier cosa solo poniendo esa sonrisa, y lo sé por que yo soy una de ellas.

-Por que eres la persona más terca que conozco. Eres una cabezota, y sé que harás todo por recordar o por lo menos para saber hasta el más mínimo detalle.

Me muerdo el labio inferior, intentando controlar la risita nerviosa. Aparto la mirada de la suya, sus ojos me hablan sin que las palabras salgan de su boca, y hablan de cosas que yo no recuerdo.

-En realidad no se cuanto quiero saber de mi vida...-No entiendo el motivo por el cual le cuento todo esto, no entiendo por que no puedo mentirle- Tengo miedo de que tan grandes pueden ser mi errores.

Aprieta más fuerte mi mano, como si le hubieran dolido mis palabras.

-No tengas miedo. Eres la persona más maravillosa e increíble que he tenido el placer de conocer, y lo único que harás es sorprenderte a ti misma al recordar lo que ha pasado todo este tiempo- Su mano libre agarra mi barbilla, levanta mi cabeza hasta que sus ojos se unen a los mios- Eres una mujer luchadora, fuerte, inteligente... Eres casi perfecta, aunque ese "casi" desaparece para mí.

Mis mejillas comienzan a arder. Quiero dejar de mirar sus ojos, pero su mano en mi barbilla no me lo permite. Para ser sincera, tampoco podría apartar la mirada, es como si me cautivara, como si me hechizara.

-Marmota- Dice sonriendo.

Arrugo el cejo sin comprender a que se refiere, su sonrisa se vuelve más amplia al ver mi gesto.

La Desconocida.Where stories live. Discover now