Capítulo 1

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Recién despertaba, la luz anaranjada anunció que era hora de despertar y que su trabajo debía comenzar.
A diferencia de una persona normal, la hora en la que él despertaba era el anochecer, su hora de trabajo era el resto de la noche, y estaba acostumbrado a ello. Sus únicos amigos y su equipo de elite carmesí aun podía verlos para desearles buenas noches.
Él se levantó de la cama y se dispuso a vestirse, colocando su pesada capa y su armadura. Debía salir de su habitación y dirigirse a las oficinas del castillo en busca de una nueva misión, si no era eso, otra noche libre.
Caminó por los pasillos del castillo.
—Buenas noches, Talon.– Escuchó varias veces viniendo de sus compañeros y algunos guardias que le reconocían en sus turnos de noche. Siempre respondía con cortesía.
Una vez en las oficinas del alto mando buscó al comandante que estaba a cargo de entregarle misiones desde que el general Du Couteau desapareció.
—¿Hay algo para mi esta noche?– Preguntó parándose frente al comandante.
—Algo para los siguiente días.– Entregó unos papeles mientras se estiraba y bostezaba. —Un experimento, necesitan información; pero a varios de nuestros soldados les atemoriza, después de todo se trata del vacío. Debes adentrarte a aquéllos lugares marcados en el mapa que está entre los documentos, obviamente tendrás que evitar el vacío por tu seguridad.
Talon miró los mapas.
—¿Para qué es todo esto?– Dijo mostrando los demás papeles.
—Es sobre la investigación, deberás escribir las características de lo que buscamos en ellas. Tienes como límite una semana, y tu pago es por cada papel que este lleno.
—Partiré hoy.
Se dió media vuelta dispuesto a seguir al punto mas cercano en en mapa: Icathia, ubicada al sur de Noxus.
Tomó un caballo para apresurar su camino. Alto y café, sería el acompañante en su viaje.
Hizo galopar a dicho animal una vez salió del castillo. Las calles estaban casi vacías y las personas de sus negocios se estaban preparando armados en caso de un ladrón nocturno. Algunos guardias que se retiraban de sus turnos se sorprendían al verle, pues para muchos Talon solo era una leyenda, la increíble historia del pequeño que mató a su mejor amigo a cambio de sus armas y fue perseguido por ejércitos enteros con tal de unirse a la armada de Noxus; para muchos era impensable que cierta persona existiera, pero al verlo no podían negarse, "Talon, el hijo de los Du Couteau" como se le conocía en su ciudad.
Manteniendo la velocidad constante del animal se sentía bien, sentir el viento sobre su rostro, mientras la luna alumbraba su camino acompañado por el sonido de las hojas de los arboles moverse, los grillos cantando y las patas del caballo marcando una tranquila sonata solo para él.
Solía encariñarce de los animales, y este caballo no era la excepción, los comandantes noxianos terminaron por regalárselo debido al uso contante que Talon le daba y sobre todo porque el animal se negaba a ser montado por cualquiera que no fuera Talon. Él lo nombró Kavin, en honor a su primer asesinato.

Al cabo de unas horas, divisó la entrada a dicha ciudad fantasma ubicada en Valoran.
Bajó del caballo y le acaricio el pelaje.
—Es peligroso que estés conmigo a partir de este punto, nos vemos en unos días. Cuidate amigo.– Finalizó dando un beso al animal y se encaminó a la ciudad dejándolo atrás.
La entrada estaba a punto de caer, en el suelo crecía poca vegetación debido a la humedad que había en el lugar.
Sacó las hojas las cuales venían con retratos hablados de lo que debía buscar.
Se adentró aún más en la ciudad, era tranquila y silenciosa, como a él le gustaba. Pasando el tiempo se dió cuenta de que había residentes ahí, aunque no humanos.
Eran pequeñas criaturas que tenían tonos entre purpura y azul marino. Él seguía de lejos a muchas de estas, pues varias estaban en los documentos que debía llenar.
Las horas pasaban y el se distraía anotando y observando. Para él estas criaturas eran agradables, silenciosas y pacificas, después de cierto tiempo se acostumbraron a la presencia del chico e incluso llegaban a acercarse a él.
Algo le llamó la atención al ver un punto en general donde las criaturas salían. Justo en el centro de la ciudad había una fuente sin funcionar, se asomó con cuidado; había una especie de portal que era del mismo color que aquellas criaturas. Anotó todo lo que veía y la información que era requerida.
En cierto momento notó la presencia de alguien más, alguien mucho mas grande que los entes del vacío. Buscó con discreción alguna presencia.
Entonces lo vió. Un chico de tez morena que cubría su rostro con una capucha morada y una bufanda un poco más oscura. El moreno lo miraba con curiosidad, sin intención de hacerle algo.
—Creí que estaba solo.– Habló en voz alta. —Sé que estás detrás de aquel muro, muestrate.
El chico salió y dejó mostrarse por completo, aun sin dirigirle una palabra o acercarse a él. Se agachó y dejo que una de las criaturas subiera a su brazo y se sentó en una roca a acariciarle lo que parecía ser su cabeza.
—¿Quién eres?– Preguntó esperando una respuesta, sin embargo, solo quedó en silencio. Suspiró. —Te pido que me dejes continuar con la misma tranquilidad con la que empecé.
El moreno solo lo miró unos segundos para seguir acariciando al pequeño que estaba sobre él.
El silencio volvió a aquél lugar, Talon extrañamente no sentía incomoda la presencia del chico que lo seguía con curiosidad, aunque manteniendo su distancia.
Las horas pasaron y la luz del sol comenzó a salir, notó a todas las criaturas correr hacia la fuente que antes había visto. El chico se quejó un poco bajo mientras crubria con mano la luz de la gran estrella.
—¿Sabes algo de ellos?–. Preguntó.
El moreno se sorprendió ante la curiosidad del castaño y asintió con la cabeza.
—Son entes del vacío, muchos no soportan la luz de este mundo y al amanecer corren a refugiarse en la oscuridad.
—Que envidia. El vacío debe ser un lugar bastante tranquilo.
—No lo es, tiene mucha rivalidad y es bastante oscuro. La luz de la luna a muchos nos tranquiliza.
—¿Tu también vienes de ahí?
—No exactamente.– Se acercó a Talon a observar el portal. —Aunque puedo decir que es aquí mi lugar favorito, jamás había visto a un extraño.
—Lamento molestar, pero necesito pasar unos días aquí, quiero saber mas sobre ellos.
—¿Por qué?
—Es mi trabajo.– Talon sentía raro entablar conversación con alguien. Socializar es algo que no se le daba bien.
—Te dejaré quedarte a cambio de tu nombre.
—Talon.
—Puedes llamarme Malzahar.

Infiltración. || Talon x Malzahar. [ F I N A L I Z A D A . ]Where stories live. Discover now